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Eso es lo que nos propone con una reseña maravillosamente escrita en clave de maleficio, Anita Martínez, Subira para los negritos veteranos, la última novela de dos amigos del club que con un poco de suerte, este año volverán por las Ahorcadas
Leedlas o ateneos a las
consecuencias.
LA LEY DEL HAMBRE, DE ANA BALLABRIGA Y
DAVID ZAPLANA
Por Ana Martínez Fernández
“Mercurio, guardián de las fronteras, jefe
de los sueños, príncipe de los ladrones, espía nocturno, escucha mis plegarias
y castiga a quien no lea este libro. Arrebátale el cuerpo, el color, las
fuerzas y las energías, conduce su alma a Plutón para que la ate y consuma…”
¿Te da igual? ¿Realmente no crees en las
maldiciones? ¿Eres una persona de ciencia y todas estas brujerías te parecen
patrañas? De cualquier forma, con maldición o sin ella, te recomiendo que leas
este libro. Tradición y brujería se dan la mano con ciencia e ingeniería
genética, en una espiral que se toca, la del ser humano jugando a ser dios.
¿Acaso no son dos caras de la misma moneda?
Una noche de tormenta, un cabo de la
Guardia Civil acude a la llamada de los vecinos de un pueblo de los Monegros
que escuchan gruñidos aterradores en la balsa. Al llegar, un animal monstruoso
les ataca y huye, dejando en el agua un brazo amputado. Empieza así una
investigación trepidante, siguiendo los pasos de Vera, quien, tras ser
despedida de su periódico por hacer un reportaje sobre semillas transgénicas,
decide seguir investigando por su cuenta. Investigando en el pueblo en el que
cuarenta años atrás, la sirvienta Calixta presencia un hecho terrible que hace
que la maldición la persiga.
Nos adentramos en Candasnos, un lugar con
una energía oscura, de la mano de los tres protagonistas principales. Por las
historias de ese pueblo nos llevan Caín, Calixta y Vera. Tres vidas, varios
saltos temporales, tres ovillos que van conformando el tapiz de una historia
tan antigua como actual, en un escenario mágico. Tres historias que se van
entretejiendo hasta llegar a componer el desenlace final, que quizás sea lo
menos llamativo del libro.
Porque lo más destacable son esos personajes.
Caín, que lucha con animales monstruosos y con sus propios monstruos; Vera, que
recibe una herencia inesperada; y, especialmente, Calixta, cuya vida nos lleva
por los recovecos del destape, el espectáculo y el inicio del posporno. Pero
también otros personajes inolvidables que los acompañan, como Quico y sus
admirados anarquistas o la ilustrada mujer enferma de Caín. Personajes cuyas
vidas bailan al son de la magia negra de Candasnos y cuyas luces y sombras los
convierten en personajes de carne y hueso, como los del pueblo de los abuelos a
los que íbamos de niños.
Cada una de las tramas te va atrapando, por
la fuerza de sus protagonistas, por su tesón y ganas de luchar, por sus
aventuras y desventuras en un entorno hostil bajo el dominio de los Crispos.
Porque al final es una historia de lucha de clases, de cómo los caciques de
antes se asemejan a los de ahora, de cómo finalmente son los héroes del día a
día los que pueden rebelarse y luchar contra un sistema opresor e injusto.
Nuestras raíces y nuestro posible futuro
distópico, las maldiciones y la ciencia, los anarquistas y los caciques, las
mujeres empoderadas y las atrapadas en vidas encorsetadas… un libro de
contrastes, de muchas tramas, de muchos temas, de muchos años de investigación
y documentación. Un libro trabajado que no te dejará indiferente.
“Y
yo te pido, Mercurio, que a la persona que lea esta reseña le des la sabiduría
suficiente para no dejar de lado este libro y que, si no, la eches a perder,
que la arruines, esparzas sus huesos y entregues su alma a Plutón.” Amén.
3 comentarios:
Espectacular la reseña.
Muy buena reseña, parece un cuento. Leo
Fantástica reseña, me udo nivel en Las Casas Ahorcadas; y, sin duda, el libro estará a la altura
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