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lunes, 31 de julio de 2017

Otra Reseña veraniega



Soy Pilgrim, de Terry Hayes.

Por Raquel Ferreras.

Soy Pilgrim es una novela extensa (864 páginas), entretenida, trepidante, que te atrapa desde la primera página. Los capítulos son breves y existen variaciones temporales de presente a pasado (flashback). Los narradores son los dos protagonistas principales: Pilgrim y El Sarraceno.
La novela da comienzo cuando en un apartamento de Manhattan aparece el cadáver de una mujer en una bañera, sumergido en ácido sulfúrico, con unos tomos de la guía telefónica encima. Además, le han arrancado los dientes y destrozado la cara.
¿Cómo identificar el cadáver? La primera ley de la ciencia forense es el principio de Intercambio de Locard, y dice así: “Todo contacto con el perpetrador y el escenario de un crimen deja rastro”. Pero aquí no hay Locard que valga. Todo está más limpio que la patena.
Para solucionar el caso, la policía echará mano de los conocimientos de un antiguo espía, nuestro protagonista: Pilgrim, que actuará en plan CSI.
A continuación, saltaremos en el tiempo a una aldea de Arabia Saudí, donde un niño de catorce años, presencia la decapitación injusta de su padre. Un hecho que le marcará de por vida.
Más tarde, aparece en un vertedero de Damasco un sirio experto en biotecnología con signos de tortura. Además, en una zona remota de Afganistán, son hallados los restos de tres cooperantes internacionales, secuestrados y contaminados con una sustancia bacteriológica en los huesos.
Con todos estos ingredientes, da comienzo una historia donde el terrorismo biotecnológico  jugará un papel esencial. A lo largo de la novela se van construyendo tramas y subtramas donde los protagonistas principales nos llevarán a construir un puzzle con las piezas repartidas por medio mundo.
Lo mejor, el comienzo y el último tercio. El único inconveniente que he observado es que la línea temporal es algo caótica y que tiene conexiones y situaciones algo forzadas.

Os recomiendo que la leáis, con tranquilidad, durante unas vacaciones. Os va a entusiasmar.

domingo, 23 de julio de 2017

SAYONARA JAPÓN

Antes de continuar con las recomendaciones veraniegas, creo que va siendo hora de despedir definitivamente la novela japonesa, con una reseña de Leo y otra, muy cortita del que suscribe, escrita cuando leí mi primera obra criminal nipona hace cinco años.

La sombra del Kasha, de Miyuki Miyabe

Por Leonilde Álvarez

Miyuki Miyabe nació en Tokio en 1960. Ha escrito más de 40 novelas de casi todos los géneros: intriga, fantasía, juvenil, ciencia ficción y novela histórica. Por esta novela, Editada por Quaterni en 2010, recibió el premio Shugoro Yamamoto en 1993.

El tema central de la obra, es cómo influye en la vida de la gente la ignorancia de unas normas básicas de economía y el afán de consumir; el quiero y no puedo destroza la vida personal y familiar llevando a la gente a la desesperación y al suicidio.

Shoko Sekine es una joven que ha desaparecido, a la que su prometido buscará con ayuda de Shunsuke Honma, el marido de su difunta tía, policía recuperándose del disparo recibido en una pierna. Honma lleva una vida normal, tiene un hijo, y es muy bueno siguiendo pistas.

 Pronto comprobará que Shoko no es lo que parecía, que hay dos jóvenes diferentes y una suplantación de personalidad motivada por las deudas contraídas con tarjetas de crédito. Recibiremos una clase de economía sobre los efectos de la bancarrota personal, los elevados tipos de interés de los préstamos usureros y cómo la Yakuza controla la vida y la muerte de las personas que caen en sus manos. La autora nos muestra que la prostitución es la única salida que le queda a la mujer para pagar sus deudas, entrando así en un submundo del que es difícil salir.

El policía, siguiendo las pistas, va viajando por diversas ciudades, reflejando el sistema social y burocrático japonés con un mosaico de personajes cotidianos que nos enseñan diversos trabajos y estilos de vida en los años noventa, en un momento de crisis económica y paro en Japón que recuerda la España actual.

 El ritmo de la novela parece ir siguiendo la condición física del policía. Lenta al principio, cuando apenas puede andar, muy rápida al final cuando se ha recuperado. Un final que sabe a poco, pues nos quedamos con ganas de conocer la historia de la otra parte, de la cual solo sabemos inquietantes pinceladas que la investigación ha ido descubriendo.

La trama engancha, el estilo es blanco con atención a los detalles, fácil de leer, alternando diálogos y narración. Refuerza los valores de esfuerzo personal e integridad, nos hace reflexionar sobre el valor de las cosas inmateriales, la amistad, la ayuda entre personas y el interés por los demás en contraposición al dinero y al todo vale. Todo ello nos llevará a aprender un poco más sobre Japón y como trasladar estas enseñanzas a la vida española actual.

A mí me ha gustado, y os la recomiendo.

 


La devoción del sospechoso X, de Keigo Higashino

 Por Sergio Vera
Cansada de aguantar los desmanes de su exmarido, una mujer acaba estrangulándolo con ayuda de su hija. Acto seguido, su misterioso vecino, el profesor Ishigami, se ofrece a ayudarlas a deshacerse del cadáver.

Así arranca este formidable duelo intelectual entre dos mentes portentosas, el brillante pensamiento deductivo del gris profesor de matemáticas Ishigami, y el empirismo del reputado físico que ayuda a la policía, el conocido profesor Galileo, cuyo sensible desenlace contrasta con el aséptico racionalismo del que hace gala toda la obra.

Un thriller diferente, donde la intriga no radica en el quién sino en el cómo, en cómo ha logrado Ishigami engañar a los investigadores.  Uno de los mayores éxitos de crítica y público del Japón actual, donde la serie del profesor Galileo es un verdadero fenómeno, que ningún aficionado al género debería dejar de probar,y una de las mejores muestras de lo que nos estamos perdiendo por la escasez de títulos del país del Sol Muriente que llegan a nuestras estanterías.

lunes, 10 de julio de 2017

SABOR A MUERTE, de P. D. James


Por  Cris “Marple” Asensio


Con esta reseña quiero acercaros a una autora que, aunque bastante conocida, considero que no ha sido tan leída como merece. Yo la descubrí a finales de los 80, con esta novela que presento, y fue una revelación.

En 1986, la revista Times dedicó a P. D. James honores de portada, considerándola una ilustre continuadora de Agatha Christie, calificativo que en mi opinión no le hace justicia. 

Sus tramas son más sólidas y elaboradas, la caracterización de sus personajes más profunda, la recreación ambiental mejor conseguida y la calidad literaria muy superior. Para ella el whodunit, el esclarecimiento del crimen que abre convencionalmente la novela enigma, no es lo más importante. Me interesan, dice, los efectos que causan en el individuo los desastres y las catástrofes sociales. La estructura del crimen, el detective, las pistas, el descubrimiento final me es muy útil para el tipo de investigación social que pretendo, le da una base psicológica importante.

Phyllis Dorothy White, James es su apellido de casada, nació en Oxford en 1920, aunque pronto se trasladó a Cambridge, donde cursó sus estudios. Empezó a trabajar muy joven y a escribir tarde, después de ejercer una serie de oficios que influirían decisivamente en su creación literaria.

 Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó como enfermera de la Cruz Roja. Esta experiencia, como ella afirma, le sirvió para conocer de cerca el dolor, la muerte y la desesperación, así como la reacción de los seres humanos ante situaciones extremas. En 1949 empezó a trabajar para el Servicio Nacional de Sanidad y en 1969 ingresó en el Home Office, donde desempeñó diversos cargos en el servicio forense del departamento de policía. Este empleo le proporcionó no solo los profundos conocimientos de metodología policial y forense con los que da a sus obras un inigualable tono de verosimilitud, sino la motivación que la llevaría a escribir una serie de novelas policiacas de gran nivel humano y literario.

Sabor a muerte es la novela que la autora siempre recomendaba para comenzar su obra, según cuenta Paco Camarasa en su imprescindible Sangre en los estantes. La obra comienza con el hallazgo, en la iglesia de St Mathew, de dos cuerpos degollados en medio de un charco de sangre. Uno es bien conocido en la parroquia, se trata de un vagabundo de la vecindad, sorprende sin embargo la identidad de la segunda víctima,  Sir Paul Berowne, ex ministro de la Corona. La singularidad de esta coincidencia en las muertes de dos personas que aparentemente no tienen nada en común inquieta al comandante Adam Dalgliesh, encargado del caso. Un investigador  de carácter valiente, tenaz, empático con la gente, que exige a sus subordinados integridad, dedicación y eficacia,  que dirige una brigada destinada a investigar homicidios de especial dificultad.

 En el transcurso de la investigación, se topará con una serie  de interrogantes a los que deberá encontrar respuesta para llegar al esclarecimiento de los hechos: ¿Qué sucedió en una fiesta a orillas del Támesis en la que murió ahogada una joven?  ¿En qué medida están relacionados una vieja solterona que ronda por la iglesia, el huérfano al que protege, el amargado cuñado de Berowne y su hija?

Como es habitual en las novelas de esta autora, Adam Dalgliesh, especializado en Derecho, con una amplia cultura que abarca sólidos conocimientos en pintura, arquitectura y literatura y  ha publicado varios libros de poemas, contará con la colaboración de la inspectora Kate Mikin, el contrapunto del comandante y el personaje más potente de esta obra, pues pese a su origen humilde, salió de la pobreza con disciplina y esfuerzo, y representa la reafirmación de la mujer en el mundo laboral.

   P. D. James murió en 2014. Su legado incluye, entre otras,  14 novelas con esta pareja de investigadores. Con Sabor a muerte, ganó en 1988 el Gran Prix de la Litterature Policière, y está considerada una de las 100 mejores novelas negrocriminales de la Historia.

martes, 4 de julio de 2017

SE BUSCA TORMO NEGRO 2017


¿No sabes cómo matar el rato este verano? Aquí van cuatro crímenes perfectos para lograrlo, las cuatro obras finalistas del Tormo Negro, el premio al mejor libro leído durante el curso por las Casas Ahorcadas.


Crímenes exquisitos, de Nieves Abarca y Vicente Garrido. Un asesino en serie que se inspira en obras de arte asola La Coruña. Para atraparlo, la inspectora Valentina Negro y el famoso criminólogo Javier San Juan se verán sumidos en una compleja trama de sectas secretas, trata de blancas y corrupción política repleta de sadomasoquismo, acción y violencia explícita. Una obra visual y adictiva como una serie de televisión, mortal de necesidad en playas y piscinas sin toneladas de crema solar, por ser imposible soltar sus 800 páginas hasta llegar a la última.
 
 Yeruldelger. Muertos en la estepa, de Ian Manook. Una niña muerta en medio de la estepa de Mongolia. Unos chinos salvajemente asesinados en Ulán Bator. Y por si no fuera suficiente para el atormentado comisario Yeruldelgger,  alguien está conspirando para echarlo de la policía, alguien que conoce muy bien sus puntos débiles y qué ocurrió realmente con su hija muerta. Así es la novela negra francesa más premiada de los últimos tiempos, un apasionante thriller que combina a la perfección personajes potentes y atormentados, intrincadas tramas sociopolíticas y una cuidada ambientación, en la exótica y desconocida tierra de Gengis Kan.
  Vestido de novia, Pierre Lemaître. Sophie está perdiendo la cabeza. Desde hace años, tiene episodios de amnesia. Cosas que desaparecen de sitio. Cosas que no recuerda haber hecho. Y ahora… ahora esto. Y esto es el cadáver del niño al que se supone que estaba cuidando. Así comienza esta angustiosa novela de suspense digna del mismísimo Hitchcock, donde las sorpresas se suceden y nada es lo que parece, salvo su autor. Porque sin duda que Pierre es el gran le Maitre del thriller europeo.
 El ángulo muerto, de Aro Sainz de la Maza. En la Barcelona en crisis, a nadie le importa el estrangulamiento de una becaria dedicada al cobro de morosos. Solo a Milo Malart. Un inspector obsesivo y antisocial con un don extraordinario para meterse en la piel de los criminales, y una desesperante incapacidad para hacerlo en la de sus colegas. La novela más contundente y transparente sobre la crisis, una historia de trama muy cerebral, pero escrita con las tripas, que se devora en dos días pero con tanta bilis que cuesta semanas digerirla.

 
Recapitulando:
 
Si eres fan de Mentes criminales, sírvete un ejemplar de “Crímenes exquisitos”.
Si te gusta conocer nuevas culturas, compra un billete a Mongolia de la mano de Yeruldelgger.
Si te conoces todos los trucos del mago del suspense, sácate de la chistera un ejemplar de Vestido de novia.
Y si piensas que la crisis es cosa de Grecia y Petros Markaris, asómate a El ángulo muerto de nuestro país.
Mejor, léelos todos y ven a las Casas Ahorcadas el 22 de septiembre, a ayudarnos a elegir el próximo Tormo Negro.

 
 Te esperamos.