¿No
sabes cómo matar el rato este verano? Aquí van cuatro crímenes perfectos para
lograrlo, las cuatro obras finalistas del Tormo Negro, el premio al mejor libro
leído durante el curso por las Casas Ahorcadas.
Crímenes
exquisitos,
de Nieves Abarca y Vicente Garrido. Un asesino en serie que se inspira en obras
de arte asola La Coruña. Para atraparlo, la inspectora Valentina Negro y el famoso
criminólogo Javier San Juan se verán sumidos en una compleja trama de sectas
secretas, trata de blancas y corrupción política repleta de sadomasoquismo,
acción y violencia explícita. Una obra visual y adictiva como una serie de
televisión, mortal de necesidad en playas y piscinas sin toneladas de crema
solar, por ser imposible soltar sus 800 páginas hasta llegar a la última.
Yeruldelger.
Muertos en la estepa, de Ian Manook. Una niña muerta en medio de la
estepa de Mongolia. Unos chinos salvajemente asesinados en Ulán Bator. Y por si
no fuera suficiente para el atormentado comisario Yeruldelgger, alguien está conspirando para echarlo de la
policía, alguien que conoce muy bien sus puntos débiles y qué ocurrió realmente
con su hija muerta. Así es la novela negra francesa más premiada de los últimos
tiempos, un apasionante thriller que combina a la perfección personajes
potentes y atormentados, intrincadas tramas sociopolíticas y una cuidada
ambientación, en la exótica y desconocida tierra de Gengis Kan.
Vestido de novia, Pierre Lemaître.
Sophie está perdiendo la cabeza. Desde hace años, tiene episodios de amnesia.
Cosas que desaparecen de sitio. Cosas que no recuerda haber hecho. Y ahora…
ahora esto. Y esto es el cadáver del niño al que se supone que estaba cuidando.
Así comienza esta angustiosa novela de suspense digna del mismísimo Hitchcock,
donde las sorpresas se suceden y nada es lo que parece, salvo su autor. Porque sin
duda que Pierre es el gran le Maitre del thriller europeo.
El ángulo muerto, de Aro Sainz
de la Maza. En la Barcelona en crisis, a nadie le importa el estrangulamiento
de una becaria dedicada al cobro de morosos. Solo a Milo
Malart. Un inspector obsesivo y antisocial con un don extraordinario para
meterse en la piel de los criminales, y una desesperante incapacidad para
hacerlo en la de sus colegas. La novela más contundente y transparente sobre la
crisis, una historia de trama muy cerebral, pero escrita con las tripas, que se
devora en dos días pero con tanta bilis que cuesta semanas digerirla.
Recapitulando:
Si eres fan de
Mentes criminales, sírvete un ejemplar de “Crímenes exquisitos”.
Si te gusta
conocer nuevas culturas, compra un billete a Mongolia de la mano de Yeruldelgger.
Si te conoces
todos los trucos del mago del suspense, sácate de la chistera un ejemplar de
Vestido de novia.
Y si piensas que
la crisis es cosa de Grecia y Petros Markaris, asómate a El ángulo muerto de
nuestro país.
Mejor, léelos
todos y ven a las Casas Ahorcadas el 22 de septiembre, a ayudarnos a elegir el
próximo Tormo Negro.
Te
esperamos.
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