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jueves, 28 de diciembre de 2017

Almodóvar adaptará La bestia ciega


 
Según la revista Fotogramas, el popular director manchego, que ya destroz…. Digo llevara a la gran pantalla novelas de género negro como “Carne trémula”, de Ruth Rendell, o “Tarántula “ de Thierry Jonquett, acaba de adquirir los derechos de “Moju, la bestia ciega”, de Edogawa Rampo, con idea de realizar su versión de la obra que ya ha sido adaptada en repetidas ocasiones en el país del Sol Naciente.

Esta novela corta, ganadora del I Tordo Negro de nuestro club de lectura fue publicada por primera vez en España por Jaguar y recientemente reeditada por Satori, cuenta la escabrosa historia de un asesino en serie ciego, que haciéndose pasar por masajista, secuestra y mutila sin compasión, pero con toneladas de humor negro, un buen puñado de chicas de gran belleza.

Se trata de uno de los máximos exponentes del eroguro, subgénero erótico-grotesco que fue muy popular en Japón allá por los 20 y los 30 del pasado siglo, por combinar sensualidad y malformidad, eros y thanatos, por lo que no es de extrañar que Almodóvar, que rarito es un rato, se haya interesado por el título.

Ahora bien, de momento, nada se sabe acerca del reparto de la cinta, aunque se especula con que Javier Cámara, e incluso Bardem podrían estar interesados en encarnar al psicokiller ciego.

¿Os imagináis que, en vez de masajista, en la versión Almodóvar, el asesino sea un vendedor de cupones transexual?

Pronto lo sabremos, porque su estreno está previsto para principios de 2019.

domingo, 17 de diciembre de 2017



 
Nuestro autoproclamado “tapado para el Premio Nobel de Literatura”, cito textualmente sus propias palabras, me mandó una nota rara, una reseña del complot mongol que no pude aprobar, porque apenas pude entender (empiezo a pensar que escribe directamente en sueco, Google Translator mediante, para allanar el terreno a la academia…), le indiqué que dijera algo del libro y mandó otra nota de difícil encaje y

He aquí el resultado de tan doloroso parto, en dos tomas… por si no os gusta el caldo…

 

Reseña de El complot mongol

Manuel Polo Recio

 Toma 1

 ¡Peste conquistadores, gente blancuzca con los tocinos por fuera de los pellejos! Como me llamo Filiberto que nunca pensé hasta pisar Europa que los nietos de la parentela que dejó Cortés por acá pudieran ser tan flojos, majes delicados, tan dicharacheros.

Pero se vive bien en Cuenca. No tiene mérito llegar a centenario. Yo lo hice, y sigo para contarlo. Fresquito pueblo, aires puros y aguas claras, todo limpio, sin balaceras. Así pasa, que una pareja de muertes crudas altera todo el país. Es el precio de la vida segura, la confianza hace mucho ruido al quebrarse.

En este otoño de sequía -¡qué sabrán estos paisanos lo que es sed!- una pajaritos píos se han puesto a leer lo que de mi contó mi cuate Rafael en el caso del complot mongol. ¡Qué cándidos los negritos de las Casas Ahorcadas! Fingen ser cuervos, buitres, milanos, pero no pasan de ser golondrinas dándose aire de grajas. Gente pacífica, ordenada, buenos modales, ni una voz más alta que otra, y disimulo extremado de los deseos de vida, que llaman pecados. Les cosquillea el magín con las salvajadas, la suciedad, el caos, la violencia –virtudes que no practican- a estos burgueses instruidos, bien alimentados, que se ducharán casi todas las semanas, leídos y viajados, que no conocen el miedo.

Y no es que sean valientes, no lo necesitan, es que están tranquilos, han sido bien domados (se tienen por civilizados, que finura) sino porque el orden establecido es democrático y social. Aunque cueste creerlo, parecen convencidos de disfrutar leyes justas, policía eficaz, jueces santos, gobernantes en estado de beatitud. ¡Si no hubiera tanta tía buenorra entre ellos me los hubiera cargado a todos, peste pendejos! Cuatro buenas jacas por cada borriquillo, qué derroche. Y todas santas, qué pena tan honda.

Yo, sentado en la última fila, escuchaba. Dudo que alguien reparara en mí, tan diminuto, tan frágil, tan apagado. ¿Cómo, si ni siquiera el buen retrato que me hizo el cuate Rafael les parecía creíble? Un sicario, decían de mí, no sé con cuanto desprecio. Alguien debió explicar que no más que uno de tantos, salvo que destapado. Un asesino, un matarife, un criminal, un verdugo. Canalla, depravado, escoria, basura. ¡Corderitos ellos, balando felices hasta que sus ángeles de la guarda les rebanen los gaznates! Inocentes criaturitas que llegan a la vejez sin verse metidos en un fregado. Casi ochenta años ya sin una buena guerra en la que curtirse. Cristalería fina. ¿Acaso tienen dientes para roer un mendrugo?

 Yo soy un sobreviviente, no más. Una bombita que haga media docena de muertos en una procesión de Semana Santa, y tenemos a esta élite cultural usando pañales a perpetuidad, mojaditos todos sus días, entonando a todas horas el estribillo ese: “Cordero de Diooooos, que quita los pecados del mundoooo, daaaanos laaaaa paaaaaz!

Mejor no volver por Aguirre, no sea que se me pegue el dedo al gatillo y haga un estropicio ¡Pinche ciudadanos ejemplares! A esta manada la sacas de Rambo y Bogart y se pierden.  

 

Reseña de El complot mongol

 Manolo Polo

 Toma 2
 
Esta es la historia de Filiberto García, Un tío mayor, setentón ya o casi, mu serio, parco en palabras y nulo en sonrisas, si me apuras hasta patibulario, que aún así, enamora a un pivón al tiempo que tutea en su trabajo con eficacia y autoridad, humilde verdugo anónimo mexicano él, solito y engañado, al KGB y a la CIA. Sin heroicidades ni machadas, sin patriotismo ni ideario, así a la pata la llana.

Y este individuo sin pedigrí que nunca pisó la Universidad, ni el instituto y puede que ni la escuela, soldadito pistolero y espía desde casi antes de cubrirse de pelusilla el escroto, viajado, experimentado, sin cultura libresca, sigue con los mismos menesteres. A su edad, con sus títulos, algunos lo temen y todos lo desprecian, incluidos sus doctos y honorables “superiores”, aunque su lealtad es indudable. Se la quieren meter doblada y la devuelve emplomada. Lo envían al matadero o cuando menos al fracaso y al ridículo pero el vejete habla poco, camina lento y razona consecuente; evita los peligros, resuelve las incógnitas, descubre el pastel, ejecuta a los culpables y limpia la casa. Perfecto todo si el picha brava no se hubiera embarcado en sueños erótico-platónicos.

Relato conciso. Ritmo sin prisas ni pausas. Personajes bien perfilados. Podredumbre mostrada sin regodeo ni tufaradas. Palabrario exótico. Contraste de aspereza y delicadeza. Una joya.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Encuentro virtual con Graziella Moreno



Por Sergio Vera Valencia, Coordinador de las Casas Ahorcadas
 

Iris es una abogada recién divorciada y hastiada de su trabajo, a la que todas las noches asola la misma pesadilla. Recorre el bosque de su niñez, intentando desenterrar con sus propias manos algo que nunca llega a descubrir antes de despertar.

Y cuando un día amanece con tierra entre las uñas, decide aceptar la invitación de su tía y visitar Rocablanca, el idílico pueblo catalán donde se crió, huyendo de Barcelona y sus sueños recurrentes, que teme que puedan ser premonitorios, como los que tenía durante su juventud.

Pero cuando llegue a Rocablanca, en vez de la paz que ansía, encontrará el pueblo patas arriba, buscando un niño desaparecido, y tendrá un encontronazo con Gabriel Sira, un tipo sospechoso, obsesionado con la figura de Gilles de Rais, el desalmado aristócrata francés de la Edad Media, que torturó y asesinó decenas de niños e inspiró a Charles Perrault el cuento de “Barbazul”.

Con tan sugerentes mimbres, la escritora y jueza Graziella Moreno (Barcelona, 1965), urde “El bosque de los inocentes” (Grijalbo, 2016), su segunda obra publicada, tras debutar con “Juegos de maldad” (Grijalbo, 2015), la primera entrega de la serie de la jueza Sofía Valle, que este año ha regresado a las librerías con “Flor seca” (Al Revés, 2017).

El bosque de los inocentes es una novela negra diferente, con pinceladas de elementos históricos, ribetes sobrenaturales, y la pedofilia como leiv motiv.

Un libro de ágil lectura y sólidos personajes, que alterna la voz en primera persona de su protagonista con un narrador omnisciente que, a ritmo de thriller, nos irá desvelando poco a poco las luces y sombras del pasado y el presente de Rocablanca, un lugar donde Iris descubrirá que no podrá dejar atrás sus pesadillas, porque se hacen realidad.

Por todo eso y mucho más, el próximo viernes 15 de diciembre, Las Casas Ahorcadas se complacen en invitarte al encuentro virtual con Graziella Moreno, que se celebrará en el salón de actos de la biblioteca municipal de Cuenca a las 19. 30 h.

Porque si no te adentras con nosotros  en el bosque de los inocentes, seguro que estas Navidades te sentirás de lo más culpable.

domingo, 3 de diciembre de 2017


 
The voices, de Marjane Satrapi.

 
Por Nieves Guijarro.

 
Jerry es un joven aquejado de esquizofrenia, que se aferra a la realidad mediante el uso de medicación. Un universo gris y traumático para él, por ello decide optar a una existencia mucho más amable, desechando el uso de sus pastillas.
 Así, su tediosa y rutinaria vida se transforma en una fantasía más en consonancia con su frágil espíritu. A diario, escucha las voces de sus mascotas: El señor bigotes, un gato que le recrimina su locura y los peligros que deberá soportar en el mundo, y Bosco, un perro que le anima a continuar con su vida y ensalza sus virtudes personales.
 Profundamente enamorado de su compañera de trabajo, Fiona, Jerry decide seguir el consejo de sus mascotas, y proponerle una cita, lo cual le sumerge en una espiral de locura de la cual sólo es partícipe, en cierto grado, su psiquiatra.
 A partir de ahí, Jerry se sumerge en una espiral de muertes, degradación y confusión, a medio camino entre la fina línea que separa la realidad de la ficción.
 
Nacida el 22 de marzo del año 1963 en Rasht (Irán) y afincada en Francia desde el año 1994, la directora, escritora, periodista y gran dama del cómic Marjane Satrapi firma esta particular alegoría de la locura que le ha valido el favor de público y crítica en festivales como Toronto o la 47 edición de Sitges.
 Es la primera producción americana de la reconocida autora, que cuenta en su haber con más de 25 nominaciones a prestigiosos premios internacionales gracias a su primer proyecto de animación titulado Persépolis, adaptación de la novela gráfica del mismo título firmada por la escritora, que vio la luz el año 2000 por obra y gracia de Norma editorial.
La vuelta al ruedo de Satrapi en 2015 no es solo un nuevo ejercicio poético y visual que camina entre los vericuetos del drama, el horror y la comedia alternando colorido, musicalidad y momentos de emotividad.
The voices supone mucho más que eso, pues es la primera incursión de la directora que cuenta con guión de otro autor, en este caso Michael R. Perry, con gran experiencia en el ámbito de las series televisivas, que firma un trabajo repleto de diálogos para quitarse el sombrero.
 Y cabe decir que el resultado es espectacular, e incluso más notablemente artístico que sus anteriores trabajos. Lejos de presentar el cruento retrato introspectivo de una mente psicópata, el mundo de Jerry se presenta ante el espectador como un trágico y bello cuento donde todo es alegría, diversión y saturación de colores, eso sí, mostrando de cuando en cuando, a retazos, la trágica realidad que envuelve su existencia.
Armónico ejercicio que combina, con singular maestría, aspectos cómicos o fantásticos sin olvidar el toque macabro de ciertas pinceladas de sangre y violencia.
Acertadísima la elección de Ryan Reynolds (The Proposal, 2009, Buried, 2010), que logra dar vida a uno de los villanos más dicotómicos y, a la vez, entrañables de los últimos años. Teatral, que no histriónico, profundamente mordaz y totalmente convincente, resulta evidente que Reynols constituye el punto fuerte de la cinta, poniendo también voz a las mascotas que, con sus dictados, rigen la vida del protagonista.
 Del mismo modo, y no menos importante, cabe reseñar un excelente plantel de secundarios entre los que destacan nombres como Gemma Arterton (Clash of the titans, 2010, Hansel & Gretel, 2013), Anna Kendrick (Up in the air, 2009, Into de Wood, 2014) o la veterana y dos veces nominada al Oscar, Jacki Weaver (Ilver lining, 2012, Stoker, 2013).
 
Asombrosa, magistral, formalmente perfecta, The voices constituye una victoria en toda regla tanto para Satrapi como para su público, así como para todo tipo de espectadores.
Una atípica muestra de cómo componentes que pueden parecer diametralmente opuestos, pueden dar forma a un conjunto hermosamente equilibrado. Inolvidable.