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sábado, 9 de noviembre de 2013

ALBA


Me llamo Cándido Blanco, y tanto en la infancia como en la juventud todo el mundo me ha llamado Alba porque, decían, tenía porte de Grande de España y terrateniente. Pero no es mi figura ni mi elegancia lo que les lleva a la burla, pues aunque soy alto y delgado, también tengo unos hombros estrechos entre los que apenas puede aposentarse mi poquito de chepa. La broma es más fina. 
Lo cierto es que soy el albino más “clara de huevo frito” que jamás existió, pues si los demás suelen tener blanco pelo y piel blanca, alguna rojez les asoma en párpados, encías  y lengua. En mí todo es blanco, inmaculadamente blanco, salvo el gris perla de mis ojos. Jamás cepillados, mis dientes brillan blancos entre mis blancos labios. Mi sangre tampoco es blanca, ni azul, quizá no tenga sangre. Las pocas veces que me herí rezumé un líquido amarillo pálido como pus aguada. En las revisiones médicas del colegio la gente de bata blanca se extrañaba, pero como siempre he tenido la suerte de ser pobre de solemnidad, los matasanos contuvieron su curiosidad. No todo van a ser desventajas en la miseria. Nunca estuve enfermo.
Por todo eso me llaman el príncipe Alba. Hasta Araceli, mi novia para toda la vida me llama así.

Manolo Polo

viernes, 1 de noviembre de 2013

ENTRE PÁJAROS ANDA EL JUEGO




Por Sergio Vera Valencia
Coordinador del club de novela criminal las Casas Ahorcadas

¿Hay algo más raro que un canario montando en Ave? – me pregunto cuando llegamos a la estación para recoger al palmense Alexis Ravelo.
Mientras llega, aprovecharemos para rebobinar: es viernes, 25 de octubre, un sol de justicia se empeña en reírse del calendario y el hombre del tiempo, y el autor viene del festival Getafe Negro, para presentar “La estrategia del pequinés” (Alreves, 2013), una novela negra de perdedores que se ha ganado el favor del público, agotando su primera edición en apenas tres meses.
Hablando del gran canalla de las Palmas, ahí viene. Espera un segundo, que lo abrace. Y otro, para que pongamos al cachondo mirando para Cuenca,como hace él con sus personajes en la novela.


Hecho. Ahora, breve parada en boxes, y volando para la biblioteca, que llegamos tarde.
Bien, ya estamos en el salón de actos, y un pajarito me sopla que el aforo sobrepasa la treintena. No está mal, para una ciudad donde la historia de la Balompédica es un superventas, y su presentación, el acto más multitudinario de la feria del libro.
Cinco, diez minutos de cortesía, y empezamos.
 Comento brevemente su vida, obra y el milagro que es traer a un autor de tan lejos de la corte, en plena época de recortes.
 Hablamos de lo humano, nos reímos de lo divino. Charlamos de sus orígenes humildes, nos partimos con el éxito de su primera novela, escrita para mojar bragas, pero que terminó secando bolsillos.

 

Y así, entre parrafadas y carcajadas, disquisiciones y chascarrillos, nos pasamos de la hora.
Y entre sorteos y firmas, camisetas y Resolis, se nos van treinta minutos más.
 




En otros treinta, las Casas Ahorcadas sentencian: la novela ha convencido, pero los negritos callan, tras el duelo de mudos, no queda mucho que añadir, dicen.

 



Cena, paseo, discoteca…y fundido en negro, que luego todo se sabe.













9:30 de la mañana, estación de autobuses. Doce negritos y dos mulatitos salen para Getafe con camisetas a juego con las ojeras.

 Les da igual. Montan tanto follón, que parece una excursión de instituto.
Aunque algunos tienen edad para que sea del INSERSO.

Y con la cháchara, ya han llegado a Getafe. Desayuno exprés, y para la carpa de actividades.


12 de la mañana, lección magistral sobre el origen del género a cargo de Claude Mesplede.
Muy interesante, pero ya nos lo sabemos. Hablamos largo y tendido de la “Cosecha Roja” de Hammett el curso pasado.
1 de la tarde, mesa redonda sobre novela negra vasca con Jon Arretxe, José Javier Abasolo y Félix Modroño.
 Genial, pero no hay ejemplares. Tenemos suerte, El editor nos regala los únicos.


Almuerzo vasconquense, las risas corren de nuestra cuenta.


Y a las cinco, vuelta al ruedo: presentación de Holocausto-Manhattan de Bruno Nievas.
El siguiente acto, el resurgir del cómic negro, es en otro lugar. Salimos a todo gas, y a medio aplauso.
Houston, Houston, tenemos un problema: hablan gabacho. Hay intérprete y auriculares. Gracias, Houston
A las 7, firma de Fred Vargas.
Menudo ejemplar.
Hay mesa a las 8, pero nos marchamos a la francesa. Sin patata, la tortilla  resulta insulsa.


10 de la noche, ¡negritos al bus!
Increíble pero cierto, todavía tienen ganas de cachondeo.
Nadie diría que gente tan dispar pueden ser tan amigos.
Nadie diría que son un club de lectura.
Pero lo somos.
Y tú, ¿a qué esperas? No nos leas, ¡únete!



PS: Clownclusiones del viaje
By Pichuchina Fernández, alias Ana.


 Simenon es superdivertido comparado con algunos compatriotas.
 Las vueltas son más cortas porque vamos mirando para Cuenca.
 Un baño es un lugar muy digno para vivir.
 Nuestro club goza de una eterna primavera. 
Con una bolsa en la cabeza todas pasamos por veinteañeras. 
Desde Cuenca a Bilbao SanFrancisco es perversión. 
A Sergio la fuerza le acompaña para aguantarnos.