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miércoles, 31 de diciembre de 2014

LOS CUATRO FANTÁSTICOS DE 2014


Nochevieja. El 2014 toca a su fin. Un año muy negro en todos los sentidos, en lo bueno y en lo malo, en lo literario y lo personal.

El quinto invierno desde que las Ahorcadas abrieron sus puertas. Más de cuatro años de sonrisas y lágrimas, alegrías  y sinsabores. Más de doscientas semanas cultivando el amor al género día tras día, y recogiendo frutos muy de mes en mes, y no siempre lo que uno creía haber sembrado.

Por ello, quería dedicar esta última entrada no a recomendar mis novelas favoritas (el que quiera, puede verlas aquí), sino a homenajear a mis cuatro fantásticos del 14. Las cuatro personas que, sin saberlo, más han contribuido a que, pese a las adversidades, sigamos aún más al pie del cañón que el primer día.

Para ello, aunque soy consciente de la injusticia que cometo (y pido disculpas por ello), me centraré en cuatro que hasta este año eran desconocidos o prácticamente desconocidos para mí.

Y, para no seguir liando la madeja, os dejo con ellos (y que sean ellos los que elijan el personaje que más les guste, o el traje que más juego haga con sus zapatos), en riguroso orden de descubrimiento:

 

Jon Arretxe.

 Después de libros como “612 euros” o “Shahmarán” no pude evitar caer rendido a los pies de este autor vasco. Pero después de nuestro festival, la Semana Negra de Gijón, Getafe Negro y su paso por la Universidad, el autor está muy bien, pero me quedo con la persona. Una persona honesta y generosa, valiosa y sencilla de las que, por desgracia, ya no quedan. Y por si fuera poco, además un amigo.

 

Javier Manzano.

Yo lo doy todo, siempre lo doy todo. Soy así, no puedo evitarlo. Pero, no estoy acostumbrado a recibirlo todo. Y Este plumilla de tan poético apellido (me pregunto cuántas veces le habrán hecho la rima, al pobre), siempre lo da todo. Por eso, correo a correo, charla a charla, hemos ido forjando un curioso tándem, una amistad (sí, estoy hecho una maricona) que me anima a seguir aquí, a seguir así, dándolo todo por las Ahorcadas.

 

Juan Carlos Galindo

Este simpático capullo, que coordina el blog de novela negra de El País también ha aportado su montañita de arena. No tanto por su simpatía (que aunque sea en flor, un capullo es un capullo), sino porque  es un tío íntegro y muy capaz, exigente y justo, que ha llegado a donde ha llegado, a lo más alto, sin venderse ni regalar oídos. Y cuando alguien así, valora tu trabajo, el trabajo de alguien que ve como por mucho que predica con el ejemplo, no es profeta en su tierra, el subidón de autoestima no tiene precio, y no hay MasterCard que valga.

 

Carlos Bassas

Por último, aunque todavía no lo conozco en persona, está Bassas miyamoto. Un escritor y tío de puta madre, frikazo como la copa de un pino, que no sé si tirando de katana o de estrella ninja, ha logrado organizar un festival como debe ser, un festival donde la cultura esté no sólo valorada, sino también remunerada como merece. Y que después de tantos años yendo a Gijón a cambio de nada, haciendo presentaciones sin que te den ni las gracias, alguien como él te invite a su festival sólo por tu trayectoria, eso le alegra las Navidades hasta al Grinch,  Cuanto ni más, a este joven viejo verde.

 
Y hasta aquí, mis superhéroes de este año. Muchas gracias a todos, ¡y feliz 2015!

martes, 23 de diciembre de 2014

SALEM HECHIZA CUENCA


 
Cualquiera que haya organizado un acto cultural, sabe que lleva mucho trabajo, y sobre todo, muchísima planificación.
Pero ninguno hasta la fecha (y ya van unos cuantos) ha precisado de tanta planificación como el de Carlos Salem.
No en vano, desde que allá por octubre de 2010,  este por aquel entonces recién nacido club de lectura fuera bautizado por el argentino, su visita siempre fue tan prioritaria como imposible, porque entre novias literales y literarias, presentaciones firmadas y por confirmar, bolos prometidos y comprometidos, ha sido casi tan complicado que pase por la biblioteca como por la vicaría.
Hasta que este año, en una de esas nigérrimas noches gijonesas, acordamos que finalmente vendría el 19 de diciembre…. ¡y aún estábamos a principios de julio!
Es lo que tienen las estrellas…. Que están más solicitadas que los Planetas.
Y pasaron las semanas y los meses, las lecturas y las reuniones, los paquetes de tabaco y los sustos hospitalarios, los correos al autor y las llamadas al amigo, los pedidos a editorial y los repartos a domicilio, hasta que llegó el viernes pasado, el viernes señalado.
Mucho trabajo, sí, pero también mucha satisfacción, por tener el privilegio de escuchar al maestro (no conozco a nadie que hable tanto sin repetirse, que diga tanto y siga teniendo tanto que decir), hablar de lo divino y lo humano, del pasado y el futuro, de novelas escritas y por escribir, de amigos y enemigos, de sus proyectos y los míos.
Y así durante horas y horas, de la tarde a la mañana, durante la comida y la presentación, la cena y el desayuno.
Y es que es imposible no caer rendido ante el embrujo de Salem.
Especialmente si, como la inolvidable noche del viernes, el maestro toma el micro y recita sus conjuros de amor y sexo, palabras tan mágicas que es inevitable quedar encantado.
Entonces, sólo entonces, entiendes porqué tantas princesas rosas suspiran por un pase privado con el brujo negro.
Que tiemblen Potter y Rowling, porque la magia de Salem amenaza con hechizar el mundo.
 Como Cuenca, el viernes pasado.
Por algún sitio había que empezar.