Nochevieja. El 2014 toca a su
fin. Un año muy negro en todos los sentidos, en lo bueno y en lo malo, en lo
literario y lo personal.
El quinto invierno desde que las
Ahorcadas abrieron sus puertas. Más de cuatro años de sonrisas y lágrimas,
alegrías y sinsabores. Más de doscientas
semanas cultivando el amor al género día tras día, y recogiendo frutos muy de
mes en mes, y no siempre lo que uno creía haber sembrado.
Por ello, quería dedicar esta
última entrada no a recomendar mis novelas favoritas (el que quiera, puede
verlas aquí), sino a homenajear a mis cuatro fantásticos del 14. Las cuatro personas
que, sin saberlo, más han contribuido a que, pese a las adversidades, sigamos
aún más al pie del cañón que el primer día.
Para ello, aunque soy consciente
de la injusticia que cometo (y pido disculpas por ello), me centraré en cuatro que
hasta este año eran desconocidos o prácticamente desconocidos para mí.
Y, para no seguir liando la
madeja, os dejo con ellos (y que sean ellos los que elijan el personaje que más
les guste, o el traje que más juego haga con sus zapatos), en riguroso orden de
descubrimiento:
Jon Arretxe.
Después de libros como “612 euros” o
“Shahmarán” no pude evitar caer rendido a los pies de este autor vasco. Pero
después de nuestro festival, la Semana Negra de Gijón, Getafe Negro y su paso
por la Universidad, el autor está muy bien, pero me quedo con la persona. Una
persona honesta y generosa, valiosa y sencilla de las que, por desgracia, ya no
quedan. Y por si fuera poco, además un amigo.
Javier Manzano.
Yo lo doy todo, siempre lo doy
todo. Soy así, no puedo evitarlo. Pero, no estoy acostumbrado a recibirlo todo.
Y Este plumilla de tan poético apellido (me pregunto cuántas veces le habrán
hecho la rima, al pobre), siempre lo da todo. Por eso, correo a correo, charla
a charla, hemos ido forjando un curioso tándem, una amistad (sí, estoy hecho
una maricona) que me anima a seguir aquí, a seguir así, dándolo todo por las
Ahorcadas.
Juan Carlos Galindo
Este simpático capullo, que
coordina el blog de novela negra de El País también ha aportado su montañita de
arena. No tanto por su simpatía (que aunque sea en flor, un capullo es un capullo),
sino porque es un tío íntegro y muy capaz,
exigente y justo, que ha llegado a donde ha llegado, a lo más alto, sin
venderse ni regalar oídos. Y cuando alguien así, valora tu trabajo, el trabajo
de alguien que ve como por mucho que predica con el ejemplo, no es profeta en
su tierra, el subidón de autoestima no tiene precio, y no hay MasterCard que
valga.
Carlos Bassas
Por último, aunque todavía no lo
conozco en persona, está Bassas miyamoto. Un escritor y tío de puta madre, frikazo
como la copa de un pino, que no sé si tirando de katana o de estrella ninja, ha
logrado organizar un festival como debe ser, un festival donde la cultura esté
no sólo valorada, sino también remunerada como merece. Y que después de tantos
años yendo a Gijón a cambio de nada, haciendo presentaciones sin que te den ni
las gracias, alguien como él te invite a su festival sólo por tu trayectoria,
eso le alegra las Navidades hasta al Grinch,
Cuanto ni más, a este joven viejo verde.
Y hasta aquí, mis superhéroes de
este año. Muchas gracias a todos, ¡y feliz 2015!
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