Estadisticas

sábado, 9 de febrero de 2013

Entrevista con Antonio Santos, Creador de Mauricio Romero, el detective de Cuenca


 

Antonio Santos nació en Honrrubia, pero es conquense por casualidad, porque por aquel entonces sus padres vivían en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), donde residió hasta 1997. Afincado ya en la ciudad del crimen, estudió Humanidades en la Universidad de Castilla – La Mancha, trabajando en lo que podía, ya fuese encuestador, albañil, repartidor o  piscinero.  En la actualidad, imparte clases particulares de Lengua  y Literatura, tras perder su puesto de interino gracias a la proverbial austeridad Cospedaliana.

En lo estrictamente literario, ha publicado un poemario,” Del aire y la voz” (2005), y sus versos han aparecido en la revista Saigón y en las antologías “Inmaduros 26, jóvenes poetas de Castilla-La Mancha  “y “Los rostros de Medusa. 20 años de poesía conquense”.  Así mismo, ha resultado finalista de los certámenes poéticos Villa de Villamayor de Santiago y  el Luis  Ríus de Tarancón, del Alea Iacta est de relato corto y ha obtenido el 2º premio en  la edición 2008 del certamen de jóvenes artistas de Castilla-La Mancha.

“Los Casos de Mauricio Romero, el detective de Cuenca”, es su primera novela.

 

P: ¿Cuándo y cómo nació Mauricio Romero?

R: Mauricio nació hace como seis años, quizás más, como un entretenimiento en las horas muertas de tedioso trabajo de oficina, y, como nació en Cuenca, era lógico que fuese conquense con todos sus defectos y virtudes.  Así, escribí, primero, casi por casualidad, un relato muy cortito y sencillo, el que abre el libro, que solo buscaba matar el aburrimiento propio, y cuando, al dejarlo leer a amigos y compañeros, descubrí que también mataba el aburrimiento ajeno decidí hacer algunos más a ver qué pasaba.  En principio iban a ser como catorce o quince de la extensión del primero pero los otros dos relatos se me fueron de las manos y superaron con creces los límites con los que jugaba al principio.  

 

P: ¿Crees que haber llegado crecidito a Cuenca puede haber influido en que tengas una visión tan incisiva de los usos y gentes del  terruño?

R: Es posible, a veces se ven desde fuera cosas que desde dentro se ignoran, o, simplemente, no parecen llamativas hasta que alguien las señala, aunque realmente creo que va más con la personalidad de cada persona que fija su atención en unas cosas u otras, en mayor o menor detalle, así como el modo de exponerlas.  Realmente la mayoría de cosas que en el libro se destacan no son especialmente llamativas porque, si bien es cierto que me he criado lejos de aquí, lo es también que he crecido en contacto muy estrecho con la idiosincrasia del terruño.

 

P: Cuando, hace más de un año, empecé la novela, que por aquel entonces circulaba por la red, confieso que al principio me tragué lo de que hubiese un huelebraguetas apatrullando nuestras calles, dime por favor que no soy tan tonto como mi madre piensa y no fui el único.

R: No juzgaré los pensamientos de tu madre, pero es cierto que más de uno, obviamente evidenciando que no había leído el libro completo, creyó que un detective del corte de Mauricio Romero podía existir realmente en la ciudad de Cuenca.  Alguno, incluso, no sé si riéndose de mí o en serio, me expuso vía correo electrónico su problemática para contratar los servicios de Mauricio Romero.  Yo creo que esa es la magia del personaje, que puede ser real.  Que cualquier conquense podría ser Mauricio Romero, que cuando vamos al Roco o al Jovi, podemos mirar a nuestro alrededor y preguntarnos si alguno de los hombres que hay ahí en ese momento es Mauricio Romero.   Una vez que se dio por sentado que Mauricio Romero era un personaje, yo no lo tengo tan claro, comenzó la otra carrera, la de averiguar quién se escondía detrás. 

 

P: ¿Y qué te impulsó a pasar de la edición digital al papel?

R: El libro fue acabado una noche, y tras consultar con algunos amigos que me ayudaron y lo habían leído, aconsejándome que esperase un poco para hacer modificaciones y correcciones (mis amigos tenían y tienen razón, las necesita) les di la razón, como he hecho ahora, en todo y lo subí a bubook para descargarlo gratis.  Paralelamente creé una cuenta de facebook (eldetectivedecuenca@hotmail.es) a nombre del detective y envié algunos correos también a su nombre, presentándose y creando una ficción de segundo grado, con el enlace para hacer una cadena.  El enlace corrió por la red como la pólvora y en un par de meses o tres, quizás cuatro, ya ni lo recuerdo, el libro había tenido dos mil descargas.  Cada cual que juzgue por sí mismo.  En ese momento, lo que había comenzado como un juego, como una travesura, se me había ido de las manos.  Así que me lancé a buscar quien me lo publicase sin yo poner un duro, porque la Nota al lector final, desgraciadamente, es demasiado habitual.  Los editores me ponían una pega: el libro había tenido ya dos mil descargas, más los ejemplares que habían circulado en cadenas, por lo que no tenía posibilidad de vender más libros.  Finalmente, en Cáceres, en El Hinojal, encontré alguien que apostó por el libro para venderlo en papel en internet (http://www.alternativaluzdeluna.com/show_book.php?isbn=LOS+CASOS+DE+MAURICI&PHPSESSID=eqtl8tijcmq3pe29k4h5g0tn93) en las librerías donde fuese solicitado y en ebook en bubok (http://www.bubok.es/libros/208476/Los-casos-de-Mauricio-Romero-el-detective-de-Cuenca) . 

 

P: Un aspecto que llama poderosamente la atención en tu novela es la enorme cantidad de localismos que aparecen, ¿te has documentado a conciencia, o me has mentido como un bellaco y en realidad eres más de pueblo que los ababoles?

R: Se puede decir que llevo toda la vida documentándome, aunque realmente muchos de ellos se los he robado a mi amigo Marcos Huélamo que es el auténtico especialista en el habla del terruño. 

 

P: La Plaza Mayor y sus antros, el centro y sus bares, ninguna barra escapa al impenitente codo de Mahou, ¿sueles acompañarlo en sus correrías?

R: Los bares que aparecen lo hacen, creo, que bien reflejados y con cariño porque son los bares a los que yo soy o he sido en algún momento o periodo de mi vida asiduo.  Para mí son los mejores bares de la ciudad y claro, supongo que la gente pensará que conozco todos los bares como esos y quizás no es así, pero me gusta aprender y nunca es tarde si la dicha es buena: acepto invitaciones de quienes me quieran presentar sus bares favoritos.

 

P: Aunque la cita con que se inicia sea de Bogart, Mauricio tiene más de pícaro que de Marlowe, ¿cuáles fueron tus referentes literarios y cinematográficos para parirlo?,

R: No tengo claras las referencias literarias.  Si hago un inventario de mis lecturas creo que muy pocas encajarían con el perfil de Los Casos de Mauricio Romero, el detective de Cuenca.  Aunque realmente en este libro se recoge de forma velada y sucinta gran parte de la tradición literaria castellana, en ocasiones incluso redundando en tópicos y tópicos.  El libro que leí justo antes de comenzar a escribir el primer caso del libro fue uno protagonizado por un detective, Pulp de Charles Bukowski, pero creo que no hay demasiadas concomitancias entre ambos más allá de algunos tópicos detectivescos. Cinematográficamente sí podría encontrar algunas referencias del cine negro, el cual me gusta muchísimo.

 

P: Confieso que llevo meses observándote, buscando sin éxito el Mauricio que llevas dentro, ¿eres muy buen escritor o demasiado tímido para compartir tu socarronería?

R: Me gustaría ser buen escritor, pero en realidad me temo que soy más tímido e introvertido que diestro con la pluma.  Me cuesta conocer a gente y darme a conocer, no soy bueno en las relaciones sociales de primeras, pero cuando cojo confianza sí soy muy socarrón. 

 

P: A propósito, además del detective hay otro personaje, Santos, que aparece en  los tres relatos de los que consta el volumen, ¿no será un trasunto del hijo juntaletras de tu madre?

R: Supongo que al final los escritores son todos unos ególatras, y yo que pretendo serlo tengo por lo menos que parecerlo también y ser tan ególatra como el que más.  Dado que el libro no lo firmaba no pude resistirme a llevarme mi parte de protagonismo, mi parte del pastel. 

 

P: En el primer cuento, en origen un caso típico de cuernos aunque provisto de un desenlace sorprendente, se pone de relieve la enorme dificultad que entraña ser detective en una ciudad pequeña donde todo el mundo se conoce, ¿tienes constancia de que haya existido realmente algún investigador privado en nuestra ciudad?

R: Que yo sepa no, y como en Cuenca se sabe todo supongo que así será. Desde luego sería difícil.

 

P: En el segundo caso, parodia Da Vinci reconocida, una esperpéntica secta encomienda a Romero encontrar el Grial y el Santo Madero en la Semana Santa  de Cuenca, resulta asombrosa la abrumadora cantidad de datos históricos que aportas, ¿hasta qué punto  son verídicos?

R: Son verídicos todos, desde la cronología, actas auténticas de juicios de La Santa Inquisición, la autopsia de Carlos II, el Hechizado, etc… excepto aquellos que me fue necesario cambiar o añadir para crear mi trama narrativa.  El segundo caso es muy entretenido y quiere mostrar con qué poco puede hacerse una trama histórica para que la gente aprenda a no leer las novelas como si fuesen manuales de historia, porque son cosas diferentes y tienen objetivos diferentes.  Con ello no critico a los escritores de novela histórica sino a los lectores que hacen un mal uso de ella. 

 

P: Por último, en el transcurso del tercer relato, en que Mauricio tendrá que bregar con el kamikaze de la Parrilla, un conductor suicida que recorría en sentido contrario la carretera nacional, su cliente menciona otros casos célebres de Romero, ¿piensas dar a imprenta más entregas de la serie?

 

R: Lo comercial sería decir que si la gente compra el libro saldrán más entregas.  Pero entonces, Dios me libre, mi mentalidad estaría más cerca de la de un editor del siglo XXI que de la de un escritor, por lo que lo justo sería decir que igual que escribí esta entrega sin demasiadas pretensiones, empujado por cierto instinto y disfrute más que por puro interés, aunque no voy a negar tampoco el interés una vez que el libro se comienza a vender, seguramente, no sé si pronto o tarde, al final acabaré escribiendo más.  ¿Sobre Mauricio Romero?  Tengo ideas, algún caso ya avanzado en la cabeza pero sin comenzar en el papel.

Muchas gracias, Antonio. Ojala no tardemos en reencontrarnos con Mauricio en bares de Cuenca y librerías de toda España.