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domingo, 25 de diciembre de 2011

¡Feliz Nazidad!

¿Qué, cuántos habéis sobrevivido al atracón de Nochebuena?
¿Y a la bulicomilona de sobras conocida como comida de Navidad?
Pues para ayudaros a hacer hueco para la próxima bacanal de triglicéridos, ¿qué mejor que la serie de Javier Pérez sobre los primeros días del nazismo?

Un magistral retrato del turbulento Munich de entreguerras, sacudido por la perpetua amenaza de la revolución bolchevique, el golpe de estado de los camisas pardas y el nacimiento del crimen organizado, en unos tiempos de inflación galopante en que el dólar pasó de cambiarse por un marco a hacerlo por más de 4 billones en cuestión de meses, Y la última esperanza para la depauperada República de Weimar era el incorruptible comisario Muller.
Ni el mejor clarividente habría augurado que Muller, el mayor azote del nazismo durante los nada felices años veinte, estaría al mando de la Gestapo en apenas dos décadas.

Obras:
• “La crin de Damocles”, editorial Planeta (Premio Azorín 2006).
• “La espina de la amapola”, Planeta 2008.
• “El gris”, Ediciones B, 2010.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Guerra Incivil, Paz Militar (II)


Muerte de un nacional, Rebecca Pawell.





Por Luis Ángel Clemente.

Esta novela criminalista se desarrolla en el Madrid del día siguiente de acabar la guerra, una capital que, en un principio se nos presenta como un paseo expectante por unas calles ante un futuro incierto marcado por la muerte execrable, pero en la que luego se urde una historia policíaca que protagoniza un sargento de la Guardia Civil, empecinado en descubrir el asesinato de un cabo amigo suyo. Y así, entre los contrastes entre la esperanza y la desesperación, la mentira y la conservación, la honra y la vileza, la resignación y el inconformismo, el lector deambula a través de los elementos genuinos de la novela negra, en especial las pesquisas, que en este caso se materializan en las páginas de un cuaderno escolar hallado en el lugar del crimen.



El arte de matar dragones, Ignacio del Valle.





Por Amparo Prados.

Arturo Andrade es un teniente del Alto Estado Mayor al que se le encomienda recuperar una tabla pre-renacentista que desapareció en el traslado de los fondos del Museo del Prado entre 1936 y 1939. Los rastros de la obra le depararán a nuestro protagonista recorrer la España más profunda cercana a la Guerra Civil. La novela cuenta sus investigaciones para encontrar el cuadro y descubrir otras muchas historias en torno a esta que forman parte de una tela de araña compleja.
Es un honroso homenaje a Don Quijote con una trama inteligente. La novela engancha, un puzzle para encajar, lectura muy recomendable, nada que envidiar a muchos best-sellers.



La tristeza del samurai, Víctor del Árbol.




Por Guillermo Muñiz.

María Bengoechea, una abogada joven, ambiciosa y de prestigio, pero enferma, en la Barcelona de 1981, con el 23 F por ahí rondando.
Isabel Mola, esposa de un hombre importante del Movimiento en la Extremadura de 1941, con el franquismo en plena juventud y lozanía.
Dos historias con las que la novela comienza, que consiguen que te enganches rápidamente y vayas encaminándote hacia donde esas historias se encuentran.
Muchos personajes variopintos, hay malos, hay violencia, hay política, hay mucha desazón. También hay muertos, y muertos en vida, descreimiento, cutrez, tristeza, arrepentimiento y hasta un poquito de esperanza en algún momento. Tiene de todo, hasta algún gazapillo histórico y alguna explicación de más, fácilmente perdonables.
Aunque tiene altibajos, te mantiene interesado, y el final, siempre difícil, está bien resuelto.
Leedla, sin duda.




domingo, 11 de diciembre de 2011

El club de los martes ya no es lo que era (V):

Tras un largo parón motivado por la escasez de negritos literarios, volvemos a la carga gracias al ingenioso teclado de nuestro paisano juntaletras Mauricio Romero, que vive bajo el anodino pseudónimo de Antonio para evitar el acoso sexual de sus numerosas gruppies, y que, salvo imprevistos de última hora (¡corre, insensato!), será el nuevo fichaje estrella del club.
Y, como propuse hace mucho mucho tiempo, en un post muy muy lejano, de ahora en adelante cada entrega del microcrimen tendrá un título distinto para que, cuando finalmente concluya (y cruzo los dedos para que así sea) elijamos el que más nos guste.
Ni que decir tiene, que vuestras sugerencias serán más que bienvenidas.


La agente especial Asensio, detective de mesa camilla, sacó los pertrechos necesarios y se dispuso a liar un cigarrillo. Estiró el papel con delicadeza en su mano, colocó el tabaco sobre él y añadió el ingrediente secreto que le permitía soportar el mundo cada mañana: un poquito de orfidal. Intuía que iba a necesitar mucha paciencia y alguna química artificial para llevar este caso que tenía todos los ingredientes de una macabra chirigota a la española: ensañamiento, no había visto una cosa igual desde que Fidel Hernández matara a su mujer con una lezna de zapatero, sospechosos a porrillo, nada más y nada menos que un grupo de frikis de los crímenes para los cuales esto era la oportunidad de sus vidas de vivir en primera persona una novela, y para colmo un compañero ciego Llamado Max que se postulaba como estrella que indica el camino correcto por las oscuras vidas de la sospecha y el crimen. Solo le faltaba ya, tener un aborto del mismísimo Espíritu Santo.
Miró a Max, que desplegaba sus cuatro sentidos en la habitación como una mezcla de murciélago y perdiguero de Burgos, y se dispuso a hablar con él. Si iban a trabajar juntos, cosa que temía iba a tener que hacer sí o sí, era mejor dejar las cosas claras cuanto antes, aunque él fuese ciego y lo viese todo oscuro. Las cosas claras, y el chocolate, con churros.

viernes, 9 de diciembre de 2011

La mejor guía turística de la ciudad del crimen



Ni Pepe Carvalho, ni Toni Romano. El detective patrio más auténtico se llama Mauricio Romero y, no sé si por suerte o por desgracia, apatrulla la ciudad del crimen.
Y es que, como todo españolito de ppro, el bueno de Mauricio no dudará en aprovecharse del débil, derrochar en vicios el dinero de sus clientes y criticar a todo hijo de vecino, reflejando/denunciando nuestros usos y costumbres más arcaicos y arraigados.
Así, mientras trata de resolver los tres casos que componen este volumen, a cuál más disparatado y esperpéntico, su avezado ojo clínico pasará revista a las calles, monumentos y tugurios más cutrefactos e idiosincrásicos de nuestra ciudad, sin dejar títere con cabeza ni escatimar en sarcasmo y expresiones del terruño, que, a buen seguro, dejarán al lector paisano con una sonrisa en la boca y ganas de más
Porque, afrontémoslo de una puta vez, España es un país de Lazarillos, no de Quijotes, así que ¡no más anacrónicos caballeros andantes dispuestos a jugarse el tipo por preservar sus principios y ganarse cuatro chavos!
¡Basta ya de remedos chandlerianos, que nuestra crisis en valores es cien veces más atávica y profunda que la económica!
Si el género negro se jacta de ser el más apropiado para conocer una sociedad, señoras y señores, le pese a quien le pese, aquí tienen la mejor guía turística de Cuenca.
Y además, gratis.

http://www.bubok.es/libros/208476/Los-casos-de-Mauricio-Romero-el-detective-de-Cuenca

domingo, 4 de diciembre de 2011

De guías sin michelín y presentaciones en su salsa:

Las presentaciones literarias no suelen ser plato de buen gusto.
Convences al autor para que más que gratis venga pagando, al editor para que te haga una rebaja jugosa, haces tanta publicidad que pareces llevarte comisión… y al final en la sala está sólo tu familia y terminas gastándote una pasta en platos combinados de ejemplares con patatas y “culpabilidad on the Rocks”.
Por eso, en cuanto el escritor se marcha, te juras por lo más sagrado que jamás de los jamases volverás a meterte en un embolao semejante.
Pero lo haces.
Porque en tu fuero interno mantienes la esperanza de que al fin llegue la excepción a la regla.
De que alguna vez marche tan bien como la de Yanet Acosta.
Por eso, y porque además de autora es periodista, prefiero serviros su jugosa crónica en bandeja, en vez del típico post de la casa. (Haz clic en el enlace siguiente)
http://bit.ly/tCwwak






Y de postre, cortesía también de la chef, un microplato especial para las Ahorcadas:
Guía canina en su jugo
-Hmm -se relamió-. Es el mejor plato que he tomado nunca.
-Gracias, señor. Buscamos siempre el sabor más familiar.
Luis, cuando se levantó, ya no llevaba perro guía.