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lunes, 19 de marzo de 2018

Adelanto del VI Encuentro de novela criminal las Casas Ahorcadas


Por Sergio Vera Valencia, Doctor en Comprensión lectora  y capo del festival.


Según los resultados de la Encuesta hábitos de lectura y compra de libros 2017, la última publicada por la Federación de Gremio de Editores de España (FGEE), Castilla-La Mancha no es particularmente aficionada a la lectura.
Y es que, aunque nuestra Comunidad Autónoma  es la segunda que más ha crecido en índice de lectores desde 2011 (un 12%), aún somos la cuarta que menos posee (57,5%) y nos encontramos por debajo de la media nacional (65%),
A sabiendas de ello, El Plan Estratégico de Comprensión Lectora y Fomento de la Lectura promovido por La Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla- La Mancha considera importante dinamizar y sensibilizar a la población regional para el fomento de la lectura y la comprensión lectora en el ámbito educativo.
Pero para que el plan sea realmente efectivo, habrá que animar no solo al alumnado, sino también a sus familiares, ya que el hábito lector se adquiere fundamentalmente por la observación de modelos lectores, y entre las personas que más influyen en los alumnos se encuentran sus padres y madres, que según una encuesta publicada por la Consejería en 2017, no son especialmente lectores.
De forma paradójica, Los padres y madres encuestados sitúan la lectura en el segundo lugar entre las actividades que suelen hacer en su tiempo libre, pero solo un 10% afirman que les gusta mucho leer. Una de cada 10 familias dice no leer nada por ocio, y la mitad (51%) afirman haber leído menos de cinco libros por placer durante el último año.
Ahora bien, ¿cómo cambiar esto?
Si como dice el premio Nobel Vargas Llosa, vivimos en la “sociedad del espectáculo”, para ganar lectores, debemos cambiar la imagen social de la lectura, fomentando la literatura popular de forma popular.
Y en este sentido, la novela negra puede ser un recurso muy valioso para el fomento de la lectura y el pensamiento crítico, por combinar un estilo ameno, que persigue atrapar al lector desde la primera línea, con la crítica social, denunciando las desigualdades de nuestra sociedad y haciendo reflexionar sobre el mundo en que vivimos, que es el primer paso para cambiarlo.
Por esta razón, desde las Casas Ahorcadas, elegido mejor club de lectura de Castilla-La Mancha en 2016,  llevamos cerca de una década apostando por promover uno de los géneros literarios más populares hoy en día, como demuestra  el hecho de que, según la FGEE, seis de los diez libros más leídos por los españoles el año pasado eran de género negro,  y por organizar actos dirigidos a público poco dado a acudir a eventos literarios, como nuestro encuentro de novela criminal, cuya VI edición se celebrará en Cuenca del 19 al 21 de abril.

Se trata de un festival organizado por lectores y para formar lectores. Un proyecto socioeducativo para toda la familia y todas las familias, que pretende animar a la lectura a niños y adultos a través del espectáculo, como “El hormiguero” hace con la ciencia.

Así, este año, en un intento por acercar la literatura a los ”telectores”, consumidores de ficción criminal en formatos ajenos al libro, tendremos charlas sobre asesinos en serie y perfilación criminal realizadas por escritores especialistas, una selección de bandas sonoras de cine negro, y una mesa redonda sobre bestsellers de Amazon en la que participará el autor superventas Mikel Santiago, cuyos thrillers resultan ideales para dar el salto de la ficción  audiovisual a la literaria, por sus adictivas
En aras de atraer al lado oscuro de la literatura a lectores generalistas y aprendices de juntaletras, tendrá lugar una mesa-taller con tres de los criminales literarios con más estilo de los últimos tiempos, una master class sobre cómo ganar premios literarios, y un homenaje a Lorenzo Silva, uno de los autores de género negro más conocidos y reconocidos de nuestro país.
Todo ello, por supuesto, sin desdeñar a los puristas del noir, para los que habrá una mesa redonda sobre la realidad y la ficción de la mafia en España, una selección de bebidas en la literatura y el cine negro,  la presentación de la primera obra traducida de un laureado escritor internacional y la entrega del VII premio Tormo Negro Masfarné, a Nieves Abarca y Vicente Garrido, autores de “Crímenes exquisitos”.
Y como desde las Ahorcadas somos plenamente conscientes de la necesidad de crear cantera lectora, hemos preparado un cuentacuentos de misterio para alumnos de primaria y una jornada de animación a la lectura y orientación académico-profesional para estudiantes de ESO y Bachillerato.
Todo esto y mucho más, será el VI Encuentro de novela criminal las Casas Ahorcadas, gracias al patrocinio del Ayuntamiento de Cuenca, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Universidad de Castilla-La Mancha y Masfarné, y a la colaboración del Hotel Torremangana, la Cadena Ser, la Biblioteca Municipal de Cuenca y el Centro de Iniciativas culturales de la UCLM.
 
 

 
 

sábado, 10 de marzo de 2018

TRES MINUTOS DE VISIÓN




—Contésteme a una sola cosa, doctora —le interrumpió Carrascosa—. ¿He estado muerto o no?
—Vamos a ver, Antonio, hay un componente natural en el cerebro que actúa como la ketamina. ¿Sabe lo que es la ketamina?

Carrascosa negó con un movimiento de cabeza.

—Es una sustancia con propiedades analgésicas y anestésicas que provoca alucinaciones. Se utilizó en la guerra de Vietnam en soldados americanos, de modo que imagínese lo que ese componente natural puede crear en nuestro cerebro.
—Pero doctora, usted cree en la medicina, ¿verdad?
—Por supuesto.
—Tengo entendido que sus máquinas indicaban que mi actividad cerebral era nula, y que eso supone la muerte cerebral, ¿cierto? —Carrascosa hablaba seguro de sí mismo—. Entonces, ¿de dónde vienen mis recuerdos si el cerebro estaba inactivo? ¿Dónde se almacena la memoria, doctora?
Nadia cambió el peso del cuerpo sobre la otra pierna y se le escapó un suspiro tenue, de esos que no pasan inadvertidos a las personas como Antonio.
—Bueno... —empezó a decir.
—Doctora, yo no he visto ningún túnel, pero sí he visto algo.

—¿El qué, Antonio?
—A usted. A una mujer de ojos de color miel, delgada y con una gorra de cirujana con dibujos de delfines. Su bata era verde. Era como si todo lo contemplara desde ahí arriba —añadió señalando con un gesto de cabeza hacia el techo. Nadia tragó saliva y se quedó inmóvil—. No parece usted muy alta. Es poquita cosa, si me permite que se lo diga.
Nadia arqueó las cejas.
—No es usted el primero que me lo dice.

—¿De qué color tiene el pelo, doctora? El gorro de los delfines me privó de ese detalle.
—Melena rubia y rizada. Rebelde, según mi peluquera.
Carrascosa le regaló una sonrisa sincera.

—¿Sabe lo que más me ha impresionado? Verme las canas y lo gordo que estoy —dijo con una intensidad de voz que se fue apagando—. Me he convertido en un anciano, doctora.

Carrascosa permaneció callado durante un instante, el mismo en el que a Nadia se le aceleraba la respiración.
—No es esa la impresión que yo tengo de usted.

—Pero ¿no es todo increíble? —preguntó el paciente ante el tono neutro de Nadia.
—¿Qué más ha visto?
—A una de mis hermanas, doctora. Andaba atareada cuidando de su suegra y de sus nietos. Ella era la que me cogía de la mano y me repetía que vivía en miércoles. En miércoles, doctora —repetía Carrascosa como una letanía—. Ha sido hermoso.
—Antonio, ¿qué hay de hermoso en vivir eternamente en miércoles?

—Mi hermana me decía que todo está aquí. —Se golpeó el corazón con el puño cerrado—. Que la memoria se almacena en el corazón, doctora.
—¿Qué más, Antonio? —Nadia repitió la pregunta con cierto temor. Con sus manos trazó en el aire una secuencia de crestas frente a los ojos del paciente.
Antonio cazó al vuelo una de las manos de la cirujana y la abrigó con las suyas.

—No se esfuerce. Todo sigue igual.
Y a esa expresión le siguió una somera descripción de los utensilios que integraban el quirófano incluida su exacta ubicación. Hizo referencias precisas a los colores de cada uno de los gorros que llevaban los integrantes del equipo médico. Incluso se permitió bromear sobre los generosos pechos de una de las enfermeras y lo ajustada que le iba la bata que la cubría. Nadia atendió a la narración entreverando temor y fascinación.
La cardiocirujana abandonó la habitación confundida. La mente científica que gobernaba su existencia se desmoronaba ante los hechos. Imaginó una posible conversación con Arturo, quien además de haber sido su pareja era el jefe de Neurología. Camino de la sala de descanso sopesó los derroteros de esa charla. Él le diría que tras la muerte no hay nada. «Nacemos, los tontitos e inseguros se reproducen y todos nos morimos, nena, fin de la historia.»
La crítica a la paternidad era una especie de bandera que él no dudaba en ondear en todas las reuniones sociales. Una reivindicación a la que Nadia llegó a sumarse sin mucho afán, pero desde hacía un tiempo sentía que en lo más profundo de su ser una vocecita empezaba a no estar tan de acuerdo. La prepotencia de Arturo fue determinante para que ella no luchara por recuperar la relación. Sin duda alguna, Arturo acabaría burlándose de ella ante la mínima mención de un atisbo de trascendencia. Terminaría subestimándola una vez más. Afirmaría que «un cardiocirujano es un jugador de segunda división, que el cerebro era la verdadera Champions League de la medicina y que, por supuesto, no siguiera alejándose de la ciencia, que eso es propio de la gente vulgar». Nadia estaba convencida de que no cambiaría la opinión de Arturo aunque le contara hechos concluyentes y tan irrefutables, como que Antonio Carrascosa era ciego desde hacía treinta años y que lo seguía siendo tras el baipás practicado.
Tres minutos de color, Pere Cervantes 2017

sábado, 3 de marzo de 2018

Presentación de Tres minutos de color, una novela negra sobre la vida después de la vida.




Por Sergio Vera Valencia, coordinador del club de lectura las Casas Ahorcadas.

 

El inspector Coque Brox, jefe de la unidad de desaparecidos de la policía nacional de Barcelona, padece acromatopsia, una rara enfermedad ocular que le hace ver el mundo en blanco y negro.

Aunque lo increíble es que no lo vea todo negro, después de la muerte de su hijo, el intento de suicidio de su exmujer, y de que Palma, compañero y único amigo de Brox, haya desaparecido sin dejar rastro.

Durante su desesperada búsqueda, que le llevará adentrarse en el aberrante mundo de la pedofilia, Brox contará con la ayuda de su padre, un trompetista de cabaret reconvertido en pirata informático, un forense adicto al juego de rol World of Warcraft y una cardiocirujana que ha sido testigo de cómo un paciente ciego que durante algunos minutos estuvo clínicamente muerto, era capaz de describir con pelos y señales todo lo acontecido durante su “experiencia cercana a la muerte”.

Estos son solo algunos de los humanos y dolientes personajes que recorren las conmovedoras páginas de Tres minutos de color, la última novela del escritor barcelonés Pere Cervantes, premio Letras del Mediterráneo 2018, que tras el éxito de los dos thrillers protagonizados por María Medem, nos regala la que hasta la fecha es su obra más madura, personal y valiente.

 Una emotiva historia cargada de nostalgia, donde los límites del noir se desdibujan para fusionarse con pasmosa verosimilitud con la fantasía, en uno de los giros más originales y sorprendentes jamás vistos en una novela de género, en un intento por responder a una de las eternas dudas del ser humano, ¿existe vida después de la vida?

Para ello, Cervantes no solo recurre a la imaginación, sino también a una cuidada documentación sobre el fascinante y poco conocido fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte, gente que tras irse al “otro barrio”, ha vuelto al nuestro  para contarlo.

Pero ante todo, estamos ante una novela de exquisita factura técnica, con una atmósfera única y absorbente, cuya trama reserva no pocas vueltas de tuerca al lector más avispado, y que encandilará por igual a los fanáticos del género y a los lectores generalistas, en la que sin duda es literal y literariamente una de las novelas negras más fantásticas del año pasado.

Por eso, las Casas Ahorcadas se complacen en invitarte a la presentación de Tres minutos de color, de Pere Cervantes, que se celebrará el próximo viernes 16 de marzo a las 19 h, en el salón de actos de la Biblioteca Municipal de Cuenca.