Un microregalo de Reyes Magos
Aquí va un
microregalo negro como el carbón y cabrón como él sólo, para aquellos que no os
habéis comido un roscón estas Navidades.
El fuero de la ciudad del crimen
A la tribu de las Casas Ahorcadas, que con
tanta muerte, me ha dado tanta vida.
Y a David Jasso, por ser y estar.
- Disculpe,
¿Podría sacarnos una foto junto a las Casas Colgantes?- me dice un trajeado pijo-pera, logrando tocarme las cosas colgadas y alargarme una manzana electrónica con
una sola mano.
Señoras y
señores, damas y caballeros, ¡demos un fuerte aplauso al pingüino malabarista!
A su lado, una
novia de Pin y Pon con un rococó vestido blanco, que apostaría a que el único
arroz que no se le ha pasado es el que salpica su melena rubia, me sonríe, forzándome a cambiar el ansiado punto final por un exasperante
aparte.
Inspiro… espiro.
Y vuelvo a pasar
las piernas por encima de la barandilla.
Pero en lugar de
su I-parida, cojo al pingüino por las solapas y lo echo a volar puente San
Pablo abajo.
¿Y sabéis que? Los
documentales de la 2 tenían razón, no saben.
Y supongo que 150 metros de caída libre
no son suficientes para aprender.
En fin… otro capullo
que nunca florecerá.
El guiness a la
viuda más precoz, se queda con cara de póker, así que apiadándome de ella improviso
una excusa:
- El vigésimo
octavo punto de nuestro fuero estipula que todo aquel que ose preguntar por las
Casas Colgantes, ha de pagar la afrenta con la vida.
- Le…le dije que
no com…comprase la guía en los chinos- solloza, mientras yo vuelvo a lo mío.
Que es que hay
que joderse, ni suicidarse puede ya uno tranquilo.
3 comentarios:
Jooooopssss Vamos que quien te lea y te vuelva a preguntar mal por las Colgadas son ganas de jugarse el tipo!!!
Feliz Año Boss!
Almudena
Muy bueno.
La foto preciosa.
Her
Me ha encantado. Mucho mejor que mandarlo al vertedero. A ver si aprenden.
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