Carlos Bassas
nació en Barcelona en 1974, pero lleva más años en Navarra que Escrivá de Balaguer.
Estudió periodismo, se doctoró en periodismo, pero nunca ha trabajado de
plumilla. En la actualidad es guionista freelance,
labor que compagina con la docencia y la escritura. En 2007 ganó el premio
plácido al mejor guión de largometraje de género negro en el IX festival de
cine de Manresa.
En su
faceta literaria, la carrera delictiva de Bassas comenzó con El honor es una mortaja, VII premio
Ciudad de Carmona, y primera entrega de la serie del inspector Herodoto Corominas.
Libros de trama real como la vida, y veraz como la muerte, donde puede que
sepas quién es el asesino, pero no puedes parar hasta descubrir sus
motivaciones. Obras que fusionan con maestría lenguaje literariamente cuidado y visualmente cinematográfico , que brillan especialmente en sus diálogos. Sus personajes no son los típicos antihéroes
ni los tópicos supervillanos, solo gente normal , como tú y más que yo, que
viven en una ciudad ficticia, Ofidia, tan opresiva y provinciana como quizás lo sea
la tuya, y sin duda lo es la mía, donde todo el mundo se conoce pero nada se
sabe.
Para hacerte
una idea del elegante modus operandi de Carlos Bassas, aunque en España Siempre pagan los mismos, por una vez, solo por esta vez, tú no lo
harás por leer el impagable arranque de la segunda entrega de la serie
Corominas publicada en 2015, VI Premio Tormo Negro a la mejor novela leída
por las Casas Ahorcadas en 2016. La desgarradora historia del asesinato de un policía
de barrio humilde aparentemente ejemplar, que solo en su humilde barrio saben
que no era nada ejemplar. Una muerte brutal, que sobrecogerá Ofidia en plena crisis social, con antidisturbios
disolviendo manifestaciones contra los desahucios todos los días, y sacudirá la vida de Corominas en plena
crisis existencial, con un hijo adolescente en rebeldía contra todo, una mujer de
armas tomar en pie de guerra contra el sistema y un padre moribundo perdiendo
la lucha contra el cáncer.
Una magnífica novela que nada tiene que
envidiar a la tetralogía de Petros Markaris,
muy recomendable para empezar con Bassas, pero que fue argumental y
formalmente superada con creces por la tercera de Corominas: Mal trago 2016).
Por otro lado,
si eres un frikachu de la cultura japonesa como yo (porque al nivel de Bassas, no creo que
llegues), no puedes dejar pasar la oportunidad de hincarle el diente (o la
katana) a Aki y el misterio del cerezo
(2012), inicio de la serie juvenil protagonizada por un joven samurái que
vivirá mil y una aventuras con toques de
misterio y fantasía, en el siempre exótico y fascinante Japón feudal.
1 comentario:
¡Me gusta como escribe Carlos Basas! Lo recomiendo.
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