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domingo, 5 de febrero de 2017

UNOS DÍAS IRREPETIBLES


Barcelona es una ciudad muy especial para mí, aunque llevaba sin pisarla media vida. Doce años. Desde que me refugié en ella, recién perdida la vista, para ver (curiosa paradoja) si un ensayo clínico con tecnología rusa de la Guerra Fría (y no es broma, ni ciencia-ficción), obraba el milagro. Meses muy duros, que no obstante, recuerdo incluso con nostalgia por lo bien tratados que fuimos por todo el mundo.

En todo eso pensaba el miércoles pasado, cuando después de una hora de trasbordo en Valencia, montaba en un TALGO de tiempos de Agatha Christie rumbo a la Ciudad Condal. Un larguísimo viaje (más de tres horas y media) que la próxima novela de Arretxe (en que aparece un vendedor de cupones ciego con mi nombre) hicieron que se me pasaran volando como si fuera un AVE.

Cuando llegamos a la estación de Sans, Para hacer tiempo mientras esperábamos, pregunté a mi IPhone qué temperatura hacía. 16 grados. Nada que ver con los que había en Cuenca a las 8 de la mañana, cuando SIRI me había contestado: ¡Qué frío, hace 2 grados.!

Al poco, llegó Gori Doltz a recogernos con su coche. Y al rato, estábamos en su casa. Un estupendo piso en pleno barrio de Gracia con un salón y un patio dignos de una sitcom americana. Allí nos esperaba Julia para comer un estupendo no se qué (véase estofado de carne, en catalán) que para sorpresa de propios y extraños (soy de los que piensa que la cuchara, solo para los postres) me supo a gloria bendita.

Como el primer acto de Barcelona Negra empezaba a las 16.30, no hubo tiempo para mucho más. Pillamos un taxi, y salimos pitando para el Liceu.
 
Cuando entramos, el salón estaba petado. ¡Y eran las 4.30! Casi cuatrocientas personas escuchaban embobadas al pollito Rabelo, Marcelo Luján y Carlos Zanón miermoderados por el hermano Bassas, homenajear a Manuel Vázquez Montalbán. Una mesa que tenía el morbo añadido de que, como muchos sabéis, Zanón revivirá a Pepe Carvalho el año que viene.

Todo genial, hasta que Bassas termina con una cita de Montalbán de tintes futbolísticos, que por supuesto consiguió una ovación del público, y que a mí me dieran ganas de aplaudirle entre las piernas y darle el Tormo Negro póstumamente.

A la salida, buffet libre de besos y abrazos para Marta, el señor Rubio, el plumilla Galindo, Ilya Alrevés y los que habían participado en la mesa. Tantas ganas había de cháchara que cuando nos quisimos dar cuenta, se había acabado la siguiente charla, en que participaban dos autores europeos recién publicados con una pinta estupenda….y como tenían tanta cola para firmar, me quedé sin que me dedicaran un libro que me había llevado desde Cuenca.
Y es que, la sala del Liceu estaba tan abarrotada, que no tuvimos otra opción que volver al salón a toda prisa, si queríamos coger sitio para escuchar a Paco Ignacio Taibo II, Antonio Soler y Andreu Martín departir sobre la Barcelona de los años 20 y el pistolerismo. Una interesantísima mesa redonda, excepcionalmente moderada por Antonio Baños, que solo fue superada por la cuadrada que le siguió, en que tuvimos el placer de cenar con Andreu Martín y su interminable repertorio de anécdotas.
  Para cerrar la noche perfecta, nos reunimos de nuevo con Bassas, Zanón, Luján y cía para tomar unos cócteles en “Boadas”. Y claro, como servidor es abstemio, tuve la feliz idea de pedir un combinado sin alcohol que ipso facto me convirtió en motivo de pitorreo general y candidato number one a coordinar “Pluma negra”, el primer festival homocriminal de España.

Y más, cuando juré sobre la foto de Montalbán que presidía el local, que se me estaba subiendo a la cabeza.

Total, que nos dieron las mil. Aún así, cuando volvimos a casa de Gori, todavía teníamos ganas de palique y estuvimos un rato de charleta y copas antes de irnos al sobre casi a las tres de la mañana.

Un suicidio ritual en toda regla, si tenemos en cuenta que al día siguiente tenía una entrevista con Rosa Ribas a las 9.30 en radio El Prat.
 

Pero como somos unos cumplidores, a la hora acordada estábamos en la puerta, justo a tiempo para abrazar a Juan, el padre de Rosa. Y a las 9.15 entrábamos en el estudio, al que pronto llegó Rosa medio afónica. Un vozarrón de ultratumba, ideal para hablar de su próxima novela, protagonizada por un hombre lobo, que acaba de ganar el premio Letras del Mediterráneo.

Y bueno, pese a que en un principio no sabía qué demonios pintaba yo allí (cuando el locutor me preguntó como quería que me presentara, como coordinador de un club de lectura, animador cultural….le dije que como alguien de Cuenca), he de reconocer que la entrevista salió muy bien. Aunque cuando terminamos y pregunté cuando se emitía y me dijeron que era en directo, por un segundo me eché las manos a la cabeza de pensar en todas las chorradas que había dicho en antena.
Terminada la faena, y después de desayunar, pude al fin conocer al santo de Rosa, el Santo Klaus. Un risueño alemán, de español casi perfecto, con el que congeniamos al segundo. Y después de darle un besazo a Montse, la madre de Rosa, dimos un paseo por los dominios de “La marquesa del Llobregat”, que nos presentó a su tía, la inspiración de Ana Martí. Para rematar esta mañana inolvidable, nos invitaron a un restaurante donde comimos el mejor cordero que he probado en mi vida.

Y para celebrarlo, mi padre me bautizó con el vino, y tuve que volver a Barcelona con una camisa de Juan.

Cuando entramos al Liceu, el primer acto de la tarde todavía no había acabado. Era una mesa de autores catalanes en catalán. Pero en cuanto Rafa Melero nos vio, cambió al castellano para que “su amigo Sergio de Cuenca” pudiera entenderlo. Un detallazo que se mereció un gran abrazo, durante las cervezas que siguieron.

En el bar, Ilya nos presentó a Sebastiá Benasar, un experto en novela negra y autor mallorquín que acaba de publicar una novela titulada “El imperio de los leones” que estoy devorando con fruición en estos momentos. Y aprovechando que era una enciclopedia andante, nos acompañó al Ayuntamiento para el evento más importante de BCNegra: la entrega del premio pepe Carvalho.

Una ceremonia donde Ada Colau rindió tributo a Paco Camarasa, que días atrás había anunciado que por problemas de salud sería su último año al frente del festival, y a Denis Lehane, el ganador de este año con un recinto abarrotado de público.

Toda una lección de compromiso político con la cultura y de pasión ciudadana por la lectura que me dio mucha envidia sana.
 
De camino a la fiesta del premio en el Centro Cultural del Born, nos encontramos con Víctor, Eva y Manzano, y cuando llegamos al lugar del ágape también con Aro Sáinz de la Maza, con el que quedamos al día siguiente para que nos enseñara las principales localizaciones de su última novela. Y gracias a Galindo, tuve oportunidad de charlar cinco minutos con Lehane, y de hacerle un video en plan forofo.

Agotados después de un día tan ajetreado, volvimos a coger un taxi para la pensión Casa Gori. Sin embargo, esta vez, una manzanilla me dejó fuera de combate en el primer round.

A las 11.30 otro taxi nos dejó a las puertas del mercado de la Barceloneta, el antiguo barrio de pescadores donde vive Milo Malart, el protagonista de la serie creada por Aro. Y allí estaba él, tan afable y friolero como siempre, para hacer de cicerone con un anorak a 18 grados. Un paseo de tasca en tasca que terminó en “Negra y criminal”. Una pena, que Camarasa no escuchase el teléfono, entrar en la mítica librería habría sido el broche de oro a una mañana tan mágica.
Pero como a falta de pan buenas son tortas, nos tomamos una caña en “El vaso de oro”, la mejor cervecería de la ciudad, y una paella de marisco que daba mil vueltas a cualquier valenciana que yo haya probado en “El sheriff”, donde Aro insistió en invitarnos.

Prepárate, amigo, cuando vengas por Cuenca, pienso cebarte como un cochinillo.

A las 4, en la sala BARTS, con aforo para 900 personas, asistimos al entrañable homenaje a la Semana Negra que hicieron Mariano Sánchez Soler, José Luis Muñóz, Paco Ignacio Taibo II, David C. Hall y Andreu Martín. Después de las batallitas de los veteranos, entraron en escena Lorenzo Silva, Dolores Redondo y Sergio Vila-SanJuán para una interesante mesa sobre periodistas e investigadores impecablemente moderada por Pilar Argudo. Y como guinda del pastel, Antonio Lozano entrevistó a Paco Ignacio Taibo II y Denis Lehane.

Tras conseguir que el de Boston me firmara cuatro libros (incluido el que servirá como premio para nuestra liga deductiva), otro taxi nos llevó a casa para la fiesta que Gori había preparado. Un evento donde al fin pude conocer, entre otras muchas e interesantes personas, al grandísimo Carlos Puyol, reencontrarme con Aro (que pese a que le había ayudado a prepararla durante nuestra comida, seguía atacado porque al día siguiente tenía que moderar una mesa redonda) y a Charo, una lectora voraz de género a la que inmediatamente fiché para nuestro club.

Y entre risas, cotilleos y proposiciones más o menos honestas para que les invitásemos al club, volvieron a darnos las mil.

Tras un sueño tan breve como reparador y una buena ducha, preparamos las maletas y cogimos el enésimo taxi para no perdernos el bautizo moderador de Aro. Una mesa con Claudio Cerdán, Félix Modroño, Santiago Álvarez y Miguel Pajares que, aunque Aro me hizo caso con algunas preguntas, salió bastante bien.
 
Y para cerrar el festival, Paco Camarasa y Antonio García Iturbe, comisario y subcomisario de BCNegra, presentaron “Sangre en los estantes”. Un acto de lo más emotivo, que como no podía ser de otra forma, terminó con un rendido aplauso a Paco.
 

A la salida, pude abrazar a Claudio, y tomarnos algo con todos antes de comer a toda prisa y montarnos en el tren de vuelta a Cuenca.

Por el camino, antes de que me venciera el sueño, pensé, agradecido, en lo mucho y bien que todo el mundo se había portado con nosotros. En la gran familia en que se ha convertido el mundillo de la novela negra. Una gran familia por la que merece la pena seguir luchando.

Y que, aunque han sido unos días irrepetibles, espero repetir el año que viene.

2 comentarios:

Rosa Ribas dijo...

Muchas gracias, Sergio. En El Prat siempre serás bien recibido.

Rosa Ribas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.