Por Sergio Vera
Valencia, coordinador del club de novela criminal las Casas Ahorcadas.
El suicidio se ha
convertido en la principal causa de muerte, los padres venden sus coches para comprar
zapatos a sus hijos, los autobuses se transforman en residencias low-cost para
ancianos con Alzheimer… en la fría Barcelona en crisis, la cuesta de Enero es
un Himalaya.
Así que, ¿a quién le
importa una becaria estrangulada que se dedicaba a la cobra de morosos, aunque
en su casa no llegaran a fin de mes y ella llevase una doble vida?
¿Y que alguien
esté sembrando diariamente los parques de la ciudad condal de perros empalados?
Solo a Milo
Malart. Un inspector obsesivo y antisocial con un don extraordinario para meterse
en la piel de los criminales, y una desesperante incapacidad para hacerlo en la
de sus colegas. Un hombre muy humano con las víctimas desconocidas, un extraterrestre
muy marciano con las personas que le quieren, que después de que su hermano
también haya sucumbido ante la esquizofrenia, no deja que nadie se le acerque.
Ni siquiera la
subinspectora Rebeca Mercader, que un día fue algo más que su compañera.
Hasta que milo encuentra
a su alma gemela: Tío, un pastor mallorquín solitario y triste.
Tan solitario y triste
como él.
Tras el éxito en
España y Francia de “El asesino de La Pedrera”, mención especial del Premio RBA
2012, Aro Sainz de la Maza nos golpea con la novela más contundente y transparente
sobre la crisis. Una obra dura y necesaria como pocas, que destila rabia en
cada página, verdad en cada escena y dolor en cada personaje.
Y como el autor
barcelonés fue antes editor , y se nota, el texto está pulido hasta la última
coma y no le sobra ni media, brillando especialmente en unos diálogos naturales
y naturalistas, que radiografían el origen y personalidad hasta del secundario
más insignificante.
Una historia de
trama muy calculada, cerebral, pero escrita con las tripas, que se devora en
dos días pero con tanta bilis que cuesta semanas digerirla, y uno de los
protagonistas más fascinantes de la ficción criminal española actual.
Sin duda, una de
las mejores novelas negras del 2016, porque no hace falta viajar a la Grecia de
Petros Markaris para encontrar grandes tragedias contemporáneas disfrazadas de
literatura popular.
Si te has vuelto
impermeable al torrente de miseria que escampa en cada telediario, o te ha
calado ese cuento de que hemos salido de la crisis, tienes que leerla.
Y si no, también.
1 comentario:
Con muchas ganas de leer esta novela desde que me la recomendaste, Sergio. Tengo un par de compromisos lectores inmediatos, pero es la siguiente de mi lista
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