La vida de Olga
Bernabé está lejos de ser perfecta. A sus cuarenta años de soledad, lo único
que le queda es un trabajo que le hastía, un divorcio que le frustra y un hijo
adolescente con el que apenas comparte silencios.
Sin embargo, esa vida
gris parecerá idílica, casi perfecta, después de la tragedia.
Y es que, ¿cuántas
madres podrían superar el suicidio de un hijo?
Por si ello fuera
poco, la policía se apresura a dar carpetazo al asunto, dejando a Olga desolada,
preguntándose por qué, por qué, por qué.
Pero como no puede
permitirse un detective privado y su desalmado ex se niega a correr con los
gastos, la pobre Olga no tendrá más remedio que contratar al sobrino de una
compañera, un estudiante de último curso de criminología llamado Raúl Forcano.
Un chaval inseguro
y obsesivo, que nada tiene que ver con los atormentados e infalibles sabuesos que
saturan las librerías. Un pringado con principios con el que resulta difícil no
empatizar desde el principio, que con casi treinta años a la espalda y cero
euros en el bolsillo, acepta el caso para intentar emanciparse de una vez por
todas de sus padres.
Pero como pronto
descubrirá este simpático aprendiz de detective, el trabajo de investigador es
más duro y peligroso de lo que dicen los manuales de criminología y las novelas
de Simenon que tanto le gustan.
Porque nada te
prepara para el factor humano. Para una verdad que nadie quiere saber. Una
verdad que lejos de apaciguar a Olga, podría hundirla para siempre.
Y hasta aquí puedo
escribir de “Maldita verdad” (Versátil, 2016), la última novela de Empar
Fernández, finalista del premio Valencia Negra 2016, con la que la escritora
barcelonesa pone el broche de oro a su “trilogía de la culpa”, que iniciara con
“La mujer que no bajó del avión” (Versátil, 2014) y que continuara con “La
última llamada” (Versátil, 2015).
Un libro de
personajes corrientes, sin buenos ni malos, solo humanos. Humanos con errores y
secretos. Como su carismático protagonista, un mar de dudas con patas que pide
a gritos su propia serie.
Una trama realista
y cotidiana, fiel reflejo del estilo “gris asfalto” que define a la autora. Una
historia tan cercana y verosímil que no necesita del frenesí de Dan Brown y los
tramposos golpes de efecto de “La chica del tren” para emocionarte hasta la
última página y sobrecogerte hasta la última línea.
En suma, Una
novela muy alejada de las convenciones del género, que no puedes perderte.
Por eso, las Casas
Ahorcadas se complacen en invitarte a la presentación de Maldita verdad, con la
presencia de Empar Fernández, que tendrá lugar el viernes 18 de noviembre a las
19 h en el salón de actos de la biblioteca municipal de Cuenca.
Una buena
oportunidad para descubrir por qué somos el mejor club de lectura de Castilla-La
Mancha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario