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miércoles, 11 de septiembre de 2019

UNA MALDITA HISTORIA, de Bernard Minier

 
 
Por Cordelia Gray

 
Una maldita historia me atrajo por su título, me sedujo por la estética de su portada y me convenció por su contenido. Esto hace que la presente como una lectura muy a tener en cuenta.
El autor, Bernard Minier, nació en Béziers en 1960 y ha vivido gran parte de su vida en la zona de los Pirineos, lugar en el que transcurren varias de sus novelas. Bajo el hielo, que se llevó a la televisión como serie, El círculo, No apagues la luz y Noche, que forman parte de la saga protagonizada por el comandante de la Brigada Criminal de la Policía de Toulousse, Martin Servaz.
Minier es el único escritor que ha recibido dos veces el Premio Polar en el Festival de Cognac, así como otros muchos galardones que hacen que esté considerado el maestro del thriller francés.
Con tales antecedentes puede sorprender que esta novela esté ambientada en la imaginaria isla de Glass, frente a la Bahía de Seattle, en el noroeste de Estados Unidos. La razón que da el autor al final del libro lo aclara, “Ésta no es una auténtica novela americana, sino un auténtico homenaje a la novela norteamericana.”
En esa isla viven Henry y Naomi, dos jóvenes de 16 años que una tarde, volviendo del instituto en el ferri que como cada día los traslada a casa, tienen una fuerte discusión. Naomi le dice que deben terminar su relación, que ha descubierto algo sobre él y deben alejarse por un tiempo. Henry se enfada sacudiéndola con tanta vehemencia que está a punto de caer por la borda. Al día siguiente el cadáver de la joven aparece en la playa, enredado en una red de pesca y con señales de violencia.
Henry, que se convierte  en el principal sospechoso, se empeñará, con la ayuda de sus amigos, en descubrir al asesino, comenzando una investigación paralela a la que lleva el sheriff Krueger.
 La obra tiene dos líneas argumentales. Una empieza con Henry contando la historia en primera persona ante un hombre que dice ser su padre. Así sabremos que la vida en la isla no es tan idílica como parece. Todos tienen secretos que desean mantener ocultos y algunos son víctimas de un chantajista desconocido.  A medida que vamos sabiendo más de los habitantes de la isla, más misteriosos y sospechosos resultan todos. Incluso Charlie, Kayla y Johny, los amigos de Henry y el propio narrador, que solo lleva dos años viviendo allí con dos madres lesbianas, Liv y France, que a diferencia de los jóvenes de su edad no utiliza las redes sociales y ha cambiado de residencia varias veces, haciendo plantearnos qué oscuro secreto guardará.
La otra línea argumental se refiere a hechos ocurridos en otros lugares de Estados Unidos. A través de un narrador omnisciente conoceremos a Gran Augustine, dueño de la empresa WatchCorp que trabaja para la Agencia de Seguridad Nacional. Este poderoso hombre lleva años buscando a un hijo que perdió a los pocos meses de nacer. Jay, su fiel amigo y hombre de confianza, le ayudará en esa tarea, empleando los increíbles medios tecnológicos de que dispone la empresa y los servicios de un detective muy competente, un expolicía que llegará en su investigación hasta la isla de Glass. Ahí las dos tramas confluirán en un final sorprendente.
Uno de los atractivos de la novela es que el autor sabe despertar el interés de los lectores, consiguiendo que se impliquen en la resolución de los muchos interrogantes que se van planteando, tanto sobre la identidad del asesino como del chantajista o del misterioso pasado de Henry. Para conseguir esa implicación despliega una gran habilidad para ir aportando la información necesaria a fin de asimilar los inesperados giros argumentales y poder llegar a la verdad.
 Con un estilo fluido, de prosa sencilla y a la vez muy cuidada, se van alternando los diálogos con la narración y las descripciones en una sucesión equilibrada, adaptando el ritmo a las necesidades de la escritura. Hay momentos en que este se ralentiza con la introducción de descripciones minuciosas y muy logradas de los escenarios, sumergiéndonos en unos paisajes inhóspitos azotados por el oleaje del Pacífico y dominados por la espesa bruma. O nos describe a los distintos personajes aportando gran información sobre los mismos. En otras ocasiones el ritmo se acrecienta con diálogos trepidantes que desembocan en un clímax de gran intensidad.
Para finalizar diré que si eres de los que disfruta con una historia sólida y compleja, con giros inesperados y un buen final que encaja todas las piezas, en Una maldita historia lo encontrarás. Y también una especie de epílogo sobrecogedor que te hace reflexionar sobre la conocida máxima: “Ten cuidado con lo que deseas….”. 

3 comentarios:

Meadows dijo...

Me convences

Cristina dijo...

A mí también me gustó mucho

Lucía dijo...

Me encanta la reseña. Muchas gracias, me han entrado unas ganas locas de leerlo