Por Cordelia Gray
Una maldita historia me atrajo por su título, me sedujo por la
estética de su portada y me convenció por su contenido. Esto hace que la
presente como una lectura muy a tener en cuenta.
El autor, Bernard Minier, nació en Béziers en 1960 y ha
vivido gran parte de su vida en la zona de los Pirineos, lugar en el que
transcurren varias de sus novelas. Bajo el hielo, que se llevó a la televisión
como serie, El círculo, No apagues la luz y Noche, que forman parte de la saga
protagonizada por el comandante de la Brigada Criminal de la Policía de
Toulousse, Martin Servaz.
Minier es el único escritor que ha recibido dos veces el
Premio Polar en el Festival de Cognac, así como otros muchos galardones que
hacen que esté considerado el maestro del thriller francés.
Con tales antecedentes puede sorprender que esta novela esté
ambientada en la imaginaria isla de Glass, frente a la Bahía de Seattle, en el
noroeste de Estados Unidos. La razón que da el autor al final del libro lo aclara,
“Ésta no es una auténtica novela americana, sino un auténtico homenaje a la
novela norteamericana.”
En esa isla viven Henry y Naomi, dos jóvenes de 16 años que
una tarde, volviendo del instituto en el ferri que como cada día los traslada a
casa, tienen una fuerte discusión. Naomi le dice que deben terminar su
relación, que ha descubierto algo sobre él y deben alejarse por un tiempo. Henry
se enfada sacudiéndola con tanta vehemencia que está a punto de caer por la
borda. Al día siguiente el cadáver de la joven aparece en la playa, enredado en
una red de pesca y con señales de violencia.
Henry, que se convierte
en el principal sospechoso, se empeñará, con la ayuda de sus amigos, en
descubrir al asesino, comenzando una investigación paralela a la que lleva el
sheriff Krueger.
La obra tiene dos
líneas argumentales. Una empieza con Henry contando la historia en primera
persona ante un hombre que dice ser su padre. Así sabremos que la vida en la
isla no es tan idílica como parece. Todos tienen secretos que desean mantener
ocultos y algunos son víctimas de un chantajista desconocido. A medida que vamos sabiendo más de los
habitantes de la isla, más misteriosos y sospechosos resultan todos. Incluso
Charlie, Kayla y Johny, los amigos de Henry y el propio narrador, que solo
lleva dos años viviendo allí con dos madres lesbianas, Liv y France, que a
diferencia de los jóvenes de su edad no utiliza las redes sociales y ha
cambiado de residencia varias veces, haciendo plantearnos qué oscuro secreto
guardará.
La otra línea argumental se refiere a hechos ocurridos en
otros lugares de Estados Unidos. A través de un narrador omnisciente
conoceremos a Gran Augustine, dueño de la empresa WatchCorp que trabaja para la
Agencia de Seguridad Nacional. Este poderoso hombre lleva años buscando a un
hijo que perdió a los pocos meses de nacer. Jay, su fiel amigo y hombre de
confianza, le ayudará en esa tarea, empleando los increíbles medios
tecnológicos de que dispone la empresa y los servicios de un detective muy
competente, un expolicía que llegará en su investigación hasta la isla de
Glass. Ahí las dos tramas confluirán en un final sorprendente.
Uno de los atractivos de la novela es que el autor sabe
despertar el interés de los lectores, consiguiendo que se impliquen en la
resolución de los muchos interrogantes que se van planteando, tanto sobre la
identidad del asesino como del chantajista o del misterioso pasado de Henry.
Para conseguir esa implicación despliega una gran habilidad para ir aportando
la información necesaria a fin de asimilar los inesperados giros argumentales y
poder llegar a la verdad.
Con un estilo fluido,
de prosa sencilla y a la vez muy cuidada, se van alternando los diálogos con la
narración y las descripciones en una sucesión equilibrada, adaptando el ritmo a
las necesidades de la escritura. Hay momentos en que este se ralentiza con la
introducción de descripciones minuciosas y muy logradas de los escenarios,
sumergiéndonos en unos paisajes inhóspitos azotados por el oleaje del Pacífico
y dominados por la espesa bruma. O nos describe a los distintos personajes
aportando gran información sobre los mismos. En otras ocasiones el ritmo se
acrecienta con diálogos trepidantes que desembocan en un clímax de gran
intensidad.
Para finalizar diré que si eres de los que disfruta con una
historia sólida y compleja, con giros inesperados y un buen final que encaja
todas las piezas, en Una maldita historia lo encontrarás. Y también una especie
de epílogo sobrecogedor que te hace reflexionar sobre la conocida máxima: “Ten
cuidado con lo que deseas….”.
3 comentarios:
Me convences
A mí también me gustó mucho
Me encanta la reseña. Muchas gracias, me han entrado unas ganas locas de leerlo
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