(Guillermito Black)
El más reciente trabajo del que es
sin duda uno de los más reputados autores vivos del género, el norteamericano
Dennis Lehane, padre de historias como Shutter Island o la excelente Mystic
River. En Gijón tuvisteis la ocasión de conocerle, en una de las últimas
ediciones.
Nos cuenta las andanzas del amigo
Joseph Coughlin, jovencísimo delincuente hijo de un jefe de policía de Boston,
en los años de la ley seca. La acción transcurre a lo largo de una década,
aproximadamente, y comienza con Joe abriéndose camino entre las bandas del
hampa en su ciudad natal.
Después de un tiempo en la cárcel,
la historia nos traslada a Tampa, Florida, donde acompañaremos a nuestro héroe
en su imparable ascenso a las órdenes de un capo italiano y controlando, junto
con sus socios cubanos, el contrabando de ron de la zona.
También tendremos ocasión de
conocer la Habana en la época de la llegada de Batista, y de familiarizarnos
con el negocio de las plantaciones de tabaco.
Tenemos matones con sus sombreros,
sus armas y sus zapatos, malos malísimos y malos que nos caen bien, porque
buenos del todo aquí nunca hay.
Mucha violencia, mucha acción, buenos cambios de ritmo, y algo
de amor para los del pastel, o por lo menos algo que se le parece.
Al terminarla diréis: otra peli de
gángsters, de estas ya hemos visto muchas. Es cierto, pero tiene todos los ingredientes
de estas historias, está bien escrita y
es muy entretenida. No le pidáis más, pero tampoco menos.
Aunque ya llego algo tarde para recomendarla
como lectura para vacaciones, os aseguro que se pasa un buen rato.
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