Curso nuevo, país nuevo.
Después de que las novelas criminales japonesas incitaran a varios negritos a hacerse el harakiri con unas katanas de Albacete, este año toca viajar a México.
Y comenzamos con una reseña diferente, con un libro peculiar. Un libro que se alzó con el premio Rodolfo Walsh a la mejor novela de no ficción en la Semana Negra de 2005.
Ándale, cuate, que aquí sí que hay tomate.
LO PEOR DEL HORROR, de EDUARDO MONTEVERDE.
Por Nieves Guijarro.
“Lo
peor del horror es que no hay horror”. Con esta reveladora frase del autor
ruso Leónidas Andreiev, Paco Ignacio Taibo II, periodista, escritor y activista
sindical, abre el prólogo de esta ácida obra.
Y debo decir que lo hace de una manera muy
acertada porque, para bien o para mal, más para mal que para bien, este mundo
abyecto nos ha acostumbrado a convivir con la barbarie; esa barbarie que, como
nuestro curtido prologuista apostilla: “se disuelve en lo cotidiano por
reiteración, abuso de cabeza periodística y reportaje superficial de televisión”.
El escritor, documentalista, patólogo y periodista,
Eduardo Monteverde, profundiza en el concepto a lo largo de 364 páginas, un
total de 43 artículos que hallaron cobertura en varios medios de prensa.
Haciendo justicia al título con que bautizó su
meticuloso esfuerzo, “Lo peor del horror” es el reflejo más encarnizado
de una realidad cruda, decadente, una realidad mediática y sensacionalista a la
que no miramos de frente.
Asistiremos a un desfile de trágicos y
abyectos personajes: un mago violador de niños, una mujer inocente acusada de
matar a su hijo, las prostitutas de la Merced y un largo etc.
Según explicó el propio autor en una
entrevista del año 2005 para el medio digital La jornada: “hay horas de
comisarías, días dedicados a las prisiones, años luz de estar realmente en los
bajos fondos; en burdeles miserables donde entran judiciales echando balazos y
se ve a las prostitutas haciendo el amor”.
Claro está que quien no arriesga no gana, y el
precio de esta crítica social desemboca en un conjunto eficaz y eficiente que
no pierde el tono riguroso pero que, a su vez, destila ingenio y frescura.
Periodismo negro combinado con una narrativa muy estilosa y sui generis, capaz de transformar el
horror en algo mucho más liviano.
Como
dijo Oscar Wilde, Mártir ejemplarizante y víctima de las acciones humanas:
“Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno”.
4 comentarios:
Un buen libro para empezar el curso. Una gran prosa .
Gracias, Nieves.
Por fortuna ,aun encuentro el horror en esos relatos que recopila el libro.
Aún no he podido con todos ellos poco a poco.
Gracias Nieves por tan estupenda reseña, pero yo no sé si podré con tanto horror como tú describes
Muy buena reseña Nieves y creo que un buen libro como comienzo de curso
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