¿Te imaginas mezclar a Raymond Chandler con
el cine del destape? No te esfuerces, y lee a PGarcía.
El prolífico guionista y escritor José
García Martínez-Calín (Valencia, 1932), más conocido como PGarcía, es uno de
los máximos exponentes del humorismo patrio. Estudió Ingeniería Química, profesión
que ejerció durante ocho años, aunque ha dedicado los últimos sesenta a
explorar los resortes de la carcajada. Y desde hace décadas es presidente
emérito de la Academia Española del humor.
A lo largo de su carrera, PGarcía ha
publicado más de 25.000 artículos en revistas ya míticas como La Codorniz, innumerables guiones para
radio y televisión, varias obras de teatro y una treintena de títulos, entre
los que destacan El libro de los Muertazos
(1965), Los chistes de Franco
(1977) y sobre todo, la inclasificable serie protagonizada por el detective Gay
Flower.
La serie es una sátira erótico-festiva del
hard-boiled, que parodia a los clásicos americanos, repleta de guiños irónicos a
novelas como The Big Sleep (El
calzoncillo eterno) y a sus más célebres sabuesos, como Archer o el mismísimo Marlowe.
Historias muy ingeniosas y
originales, con diálogos absurdos y escenas surrealistas que juegan con los
clichés invirtiendo los estereotipos de género en el género. Y es que, aunque
el guapísimo de Gay hace honor a su nombre, pues de hecho está considerado el
primer detective homosexual de la literatura española, su patente preferencia
por los hombres no es obstáculo para que toda clase de exuberantes féminas
intenten llevarse al pobre Flower al huerto (y nunca mejor dicho). Caricaturescas
femmes fatales como Betty Jo Trevillyan,
una despampanante inspectora de policía albina apodada “La mantis” por
acostarse con compañeros y delincuentes antes de enviarlos a misiones suicidas,
o Azalea Moriarty, una irresistible descendiente del archienemigo de Holmes que
utiliza sus muchas y mortíferas armas de mujer para acabar con los grandes
investigadores de la Historia.
Personajes tan bizarros e
irreverentes como los casos a los que tendrá que enfrentarse Flower en Los
Ángeles de los 40, como el vampiro seminal de Pasadena, que ejecuta a sus
víctimas dejándolos literalmente secos, o el del intento de asesinato de Cary
Grant con unos supositorios XXL rellenos de droga adulterada.
Y eso es solo una pequeña
muestra de la irrepetible serie Flower, cuyos primeros relatos vieron la luz en
revistas masculinas en 1977. Y solo un año después, nuestro carismático protagonista
dio el salto a la novela en Gay Flower, detective muy privado en la legendaria editorial
Sedmai (donde años más tarde aparecerían Prótesis
y Un beso de amigo entre otros
clásicos del noir ibérico). Y durante los ochenta protagonizó numerosas nouvelles
publicadas por la todopoderosa editorial Planeta.
A pesar de la popularidad
de la que Flower gozó en su momento, lamentablemente la serie ha caído en el
olvido y solo algunos eruditos universitarios la recuerdan.
Por eso, aunque en espera
de que aparezca la recopilación definitiva de la serie Gay solo pueda
encontrarse en librerías de ocasión, desde las Casas Ahorcadas queremos
rendirle un sentido homenaje al maestro PGarcía cuando se cumplen cuarenta años
del nacimiento de su investigador, compartiendo con vosotros un fragmento de El nombre es Flower (1982), en un
intento por reivindicar el que sin duda es uno de los grandes personajes de la
novela negra de la Transición.
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