Yeruldelgger. Muertos en la
estepa, de Ian Manook.
Por José Ángel Vera.
Este año, en la Semana negra de Gijón, una
de las presentaciones que más me gustó fue Yeruldelgger de Ian Manook,
seudónimo de Patrick Manounkian, pues en la presentación habló de Mongolia, un
país que yo tenía olvidado y que en mis años jóvenes era, junto a Albania y
Corea del Norte, los lugares que ponía
en el pasaporte que no podíamos visitar.
Es curioso, Manook había
escrito esta su primera novela a los 64 años, algo que me recordó a su
compatriota Pierre Lemaître, que también empezó a publicar a avanzada edad. En
la presentación, contó como un país diez veces mayor que Francia y con solo 3
millones de habitantes, tiene unas peculiaridades que no se dan en país alguno.
Así hasta 1990 los habitantes de Mongolia carecían de apellidos y se ponían los
nombres que querían basándose en deseos o habilidades de la persona. También
comentó como los mongoles para preservar la estepa, en vez de decir que no es
de nadie, prefieren decir que es de todos. Aunque en la actualidad con el
descubrimiento de "tierras raras", muy útiles para la fabricación de
led y energías limpias en occidente, su extracción está acabando con el
ecosistema de la estepa.
Podría seguir mencionando más
anécdotas de las que nos contó, como que en 1969 ya estaba en Estados Unidos de
camarero y para ir al festival de Woodstock, dejó su trabajo y se fue a la otra
costa, y cuando llegó resultó que el festival se celebraba a pocos kilómetros
de donde trabajaba. Así que perdió el trabajo, se gastó el dinero que tenía y
no vio el festival.
Pero mejor, pasemos a introducir la obra "Yeruldergger. Muertos en la estepa".
Yeruldelgger es un comisario
mongol, destinado en Ulán Bator. Un tipo atormentado en lo personal, pues
asesinaron a su hija de cinco años, su mujer se volvió loca y su otra hija se
ha dado a las drogas. En lo profesional, sin embargo, está muy considerado por sus iguales e
inferiores y denostado por sus superiores.
La novela comienza, cuando
nuestro personaje se ve envuelto en un descubrimiento macabro. Una niña de
cinco años aparece enterrada con su triciclo en plena estepa y en la capital se
hallan unos hombres de negocios chinos ahorcados y emasculados. A partir de
aquí, veremos infinidad de tramas que nos hablan de corrupción, mafias chinas,
coreanas… al tiempo que nos descubre costumbres y tradiciones ancestrales de
ese país tan lejano y desconocido para nosotros.
Esta compleja y adictiva obra
ha resultado merecedora de infinidad de galardones en Francia, como el Premio
SCFN du Polar o el Premio de los lectores Quais du Polar.
En resumen, una novela que me
ha encantado, y que aunque solo sea por la originalidad de su ambientación,
merece la pena ser leída.
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