(Alba Negral VIII )
Por Fray
Cadmanuel Polo.
La Lechona no es guapa y nunca tuvo
apetito de macho, ya tuvo demasiado sexo en su infancia con su padre. ¿Por qué
entonces la Lechona era puta? Porque la Lechona es tonta. Gordita,
obsesivamente limpia, y tonta, no sirve para otra cosa.
El mal le vino de fuera, lo trajeron otros porque la Lechona es
inocente y buena, una simple sin posible error. Pero algunos de los que la
usaban se creyeron dueños de ella porque pagaban sus servicios. Querían
emborracharla para divertirse pero ella nunca aceptó alcohol porque en su
infancia sufrió un padre borracho. Ella no bebe más que agua. Por eso no la
culpo de lo que hizo. Ni de nada. Pero presa está.
Aquellos cuatro señoritos viejos verdes consiguieron drogarla
repetidas veces sin ella saber cómo, ni nadie, porque ellos lo negaron cuando
ella se sintió rara muchos días. Luego se enteró de que era drogadicta. Se
enfadó. Ellos se rieron.
Así que una noche de juerga los dejó
divertirse y se sometió a sus caprichos hasta emborracharlos. Después los roció
de coñac, y whisky, y vodka y otras bebidas de buen arder, y los prendió con
las colillas de sus puros. Lo había visto en la tele. Y ella se reía mientras
se retorcían entre llamas.
Ahora muchos dicen que es mala. Pues
no, es tonta nada más, una simple.
¿Pero quien dice que los listos han
de ganar siempre?
Es mi amiga. Su venganza me parece corta.
2 comentarios:
Manolo, de nuevo genial. No nos hagas esperar mucho la próxima entrega.
Voy a rumiar un poco esta historia, que me ha dejado con los ojos abiertos. No conocía este blog, pero por aquí me quedo, sin duda. ¡Grande!
Saludos
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