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domingo, 30 de octubre de 2011

Año nuevo, muerte nueva.

Más de dos semanas llevaba postergando este momento, en espera de conmemorar el primer aniversario del blog y el cuadragésimo desde que la presunta culpable del nuevo microcrimen vino al mundo, y subrayo presunta con premeditación y alevosía, porque todo el mundo sabe que en realidad fue perpetrado por Alba, la niña prodigio del crimen literario, único retoño de la imputada por el caso.
Quincena larga, desde que elegimos democráticamente el inicio del microcrimen de este año, descubrí que el sufragio universal no es tan bueno como lo pintan, y que el totalitarismo tiene su punto.
Más de quince interminables noches llorando desconsoladamente por mi humillante derrota, porque diga lo que diga la Inquisición moderna, alias corrección política, ni lo importante es participar, ni el bronce medalla, máxime cuando sólo había tres participantes.
Por fortuna, la espera ha tocado a su fin, y ya podéis disfrutar del genial relato pergeñado por Carolina Vázquez, la más pastelosa y entrañable de las psicópatas vegetarianas.
Y darle la enhorabuena por su victoria.
Además del pésame por su edad.
Permaneced atentos, que los negritos tienen sed de sangre… y se ha abierto la veda.


Silencio. Nadie entiende, nadie recuerda. Ha pasado un ángel, un sangriento ángel exterminador. La escena parece una de esas que tanto les gusta leer en su club de novela negra. Uno a uno van volviendo de una ensoñación macabra. El perro-guía yace en el suelo, ensangrentado, con la mirada helada en el momento en que el último bolígrafo le atravesó el vientre. Clips, lápices, hasta un puntero láser para lacerar su cuerpo. Demasiadas armas del crimen, demasiadas manos asesinas.

¿Hasta que punto es flexible el límite? Eso es lo que a Noelia más le intriga de las mentes criminales. Es su primer día en el club, un grupo de raros, con vidas y sombras. Le van a ofrecer las prácticas que ni el becario más suertudo jamás encontrará en el mundo de la criminología. Se acaba de dar cuenta de que es la única sin lado oscuro. Si es que en 15 años apenas da tiempo para imaginarlos.

Todos tienen también un lado luminoso y es ese el que les desconcierta. Nadie se siente partícipe de la orgía de sangre y sin embargo todos saben que sus manos han escogido temblorosas el objeto más punzante.
Silencio. Alguien observa.

4 comentarios:

Raquel dijo...

MIra que sois....matar a un poibre perrito que no hizo daño a nadie XD

J.E. Alamo dijo...

¿Era un can zombificado? Feliz Halloween, malandrines.

Anónimo dijo...

Ole. Eso es un comienzo. Esto promete
Guillermo

Anónimo dijo...

Ole, si Guillermo, mas despues de ver la propuesta alternativa del padre de mi hijo, de buena te has librado