Por Luis Ángel Clemente.
Una de las sesiones que, sin duda, siempre se recordará mientras se acuerden de ella los miembros que asistieron al taller de “Las Casas Ahorcadas” en el balcón colgante de la biblioteca “Fermín Caballero” de Cuenca, será la que acaeció el dieciséis de diciembre del año en curso. Sucedió allí algo fuera de lo normal. Jerónimo Tristante se sinceró con una pasmosa elocuencia o, más bien, habría que decir que se volvió del revés.
Es preciso apuntar que el día anterior los Príncipes de Asturias acababan de inaugurar el apeadero junto a uno de los márgenes de la vía del AVE por el que podrán bajarse en Cuenca viajeros de tierras lejanas. Pero la voz de Jero no llegó por medio de la alta velocidad. En verdad, todo fue más sencillo. La comunicación se inició gracias a un simple ordenador y una aplicación que trasladó su voz desde Murcia hasta Cuenca.
Al interesarse “la basca” por “El caso de la Viuda Negra”, ese que destapara hace casi siglo y medio Demóstenes López (sepulturero del Foro), Tristante se desmelenó (su voz, envuelta en un aire socarrón, aparecía entre seria y docta), y como si fuese un depurado forense relató con pelos y señales algunos envenenamientos célebres. Al poco se empalmó la hebra con Víctor Ros, con doña Clara (la esposa sufragista), con la Marquesa de la Entrada (marquesa de bragueta) y con Alfredo Blázquez; pero, también se habló de Córdoba, de Madrid, de Leningrado y de ciertos artificios literarios que el murciano confesó.
Más adelante, este profesor de Biología daba cuenta de nuevos protagonistas en otros títulos de su obra. Así narró cómo un comunista se alistó a la División Azul (“El rojo en el azul”), de cómo un poli desarraigao le pegaba al Licor 43 (“1969”), y de cómo don Armando instruyó en el arte de la ciencia forense a un malandrín del barrio de La Latina para, más tarde, convertirlo en el inspector Don Víctor Ros (“El misterio de la Casa Aranda). Y cuando transcurría algo más de una hora, concluyó diciendo que para mediados del próximo año, en la Feria del Libro de Madrid, presentará su último trabajo, una novela que desarrollará una trama alrededor del Valle de los Caídos, un asunto que a su parecer no es, ni cómo lo pintan unos, ni como lo hacen los otros. “todos sabemos que eso fue así”, dijo el escritor. Pero parecía que, a tenor del mutismo del cónclave, nadie lo sabía y, lo que es peor aún, que ninguno de los allí presentes intentó elucubrar al respecto porque, con toda seguridad, había muchas posibilidades de equivocarse. En definitiva: todo muy bien, todo muy auténtico.
3 comentarios:
¡Que bien os lo montáis! Tengo ganas de conoceros a todos.
Si es que entrevistáis a cualquier desaprensivo... :-)))))
Lo cierto es que Jero siempre la arma, jeje.
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