Sí, sogamigos, el padrino (forzoso) de nuestro club de lectura, el culpable de que, tras una comida durante el pasado Getafe Negro, fuésemos bautizados como “Las Casas Ahorcadas”, acaba de dar el campanazo allende los Pirineos, en la verdadera cuna del género negro, tras hacerse con el prestigioso premio París Noir por su genial “Matar y guardar la ropa”, que ya resultó merecedora hace un año del que otorga la Asociación de Amigos de la Literatura Policial Novelpol.
Estamos, no cabe duda, ante una prueba irrefutable de que, pese a lo que solía decir Astérix de los romanos, son los galos los que realmente han perdido la cordura.
Bromas aparte, la obra, mi favorita de las tres que mi maestro (literal y figuradamente) ha escrito dentro del género, es tan deliciosamente surrealista y delirante como las demás, pero, a mi juicio, destaca (y no es moco de pavo, pues Carlos se cuenta entre mi Top Four, entre mis “Cuatro Fantásticos”) por ser la más canónica, la más policiaca de todas.
Y es que, al menos al que suscribe estas líneas, se me antoja impagable, refrescante, original hasta decir basta, que la trama gire entorno a qué ocurriría si un eficaz asesino a sueldo de nombre (Juanito Pérez Pérez) y vida anodinos (divorciado , frecuente motivo de mofa y escarnio por parte de unos hijos a los que ve de uvas a peras, y en plena crisis de los cuarenta), se decide al fin por colgar la toalla, por dejar la “Empresa” para la que trabaja, y marchar con sus vástagos a un camping nudista sito en Murcia.
Un camping en el que, como mandan los cánones, nadie es lo que parece, y todo el mundo tiene algo que ocultar, donde le estarán esperando su pasado y su presente, para saldar cuentas, haciendo que una a priori apacible estancia en levante vaya a ser de todo menos aburrida, y menos aún para el lector que, entusiasmado, devorará con ansia sus más de doscientas páginas de una sola sentada.
Porque, ¡de verdad creíais que se puede dejar la “Empresa”, como el que un buen día decide renunciar a su puesto en un McDonald’s, así de buenas a primeras, sin que hacerlo tenga consecuencias?
Una lectura más que recomendable imprescindible, para entender porqué Carlos Salem está considerado como el revulsivo que el género negro patrio venía pidiendo a voces desde hace tiempo, y porqué el gran Fernando Marías afirmó que sus obras eran un género en sí mismas.
Pronto, muy pronto, sogamigos, la leeremos en este vuestro club, y además podremos comentarla de primera mano con el recién galardonado.
Enhorabuena, maestro. Ya queda menos para el Nobel.
1 comentario:
Hola!
Soy una de las "miembras" del club de lectura y de la mano de Sergio descubrí al autor y la galardonada novela. Me alegro por tus éxitos, Carlos, realmente la historia de Juanito me enganchó desde la primera página. Una historia original y además, un estilo narrativo muy dinámico.
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