Vale, esto no es Santa Gadea de Burgos, ni tampoco yo Rodrigo Díaz de Vivar, pero la primera vez que eché un vistazo a la lista de seguidores y ví tan excelsos nombres, prometo que pensé: ¡Qué buenos vasallos si tuvieran buen señor! Claro está que decir vasallos es mucho decir, pero al menos yo, por esta vez, me entiendo y sé lo que me digo.
Así pues, en entradas sucesivas, me propongo a hacer una somera presentación de sus obras (pues no me consta que hayan obrado milagro alguno, y de su vida privada sé más bien poco) para que, los más despistados, corran prestos hacia la librería más próxima a fin de hacerse con alguna de sus novelas.
Empiezo, porque fue el primero en responder a mi desesperado e-mail de socorro en pos de apoyo mediático, y porque para eso es mi padrino negro (qué coño), por Juan Ramón Biedma. Sevillano de nacimiento y semanero fervoroso donde los haya, mas no de la Virgen del Rocío sino de la cien veces más ilustre y selecta Hermandad de la Semana Negra de Gijón, hasta el momento ha publicado cinco novelas, que el gusta calificar como “thriller gótico” pero que, son realmente inclasificables. Made in Biedma. No en vano, Don Juan Ramón es famoso en el mundillo literario por ser el escritor que más personajes ha matado, degollado y mutilado, con una especial e indudablemente enfermiza predilección por curas, monjas y monaguillos, dicen que hizo un pacto con el diablo, escribir como los ángeles, a cambio de hacerlo sobre demonios. Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero haber ganado el Hammet a la mejor novela negra escrita en español en el 2008 y tener legiones de fans quizá haga que te lo pienses dos veces antes de no comprar su última novela, la imprescindible “El humo en la botella”. Yo que tú, iría mañana mismo, no sea que vaya con quejas a su jefe.
3 comentarios:
Pues otra que me apunto... Joder, no voy a tener tiempo a no ser que deje de dormir :D
Otra novela más para mi despensa de lectura. ¿No leeremos algo de él en el club?
Raúl.
Toma nota, Joe, que estoy seguro de que será muy de tu agrado. De hecho, cuando leí tu “Penitencia”, me recordó un poco a mi padrino. Eso sí, aviso para cardíacos, no se anda con chiquitas, si hay que capar a uno (o a una, que con Biedma nunca se sabe), se le arranca el miembro de cuajo, y si después tenemos una pulsión necrofílicca, pues ancha es Castilla. De todas formas, recomiendo adentrarse en la Biedmanía con “el espejo del monstruo”, para luego hacer lo propio con las demás, y muy especialmente la última.
Por su puesto, Raúl, amigo, tenemos un flamante lote de 25 ejemplares de “el imán y la brújula” esperándonos, la obra con la que se alzó con el Premio Hammet, y la palabra de honor de mi padrino de que acudirá a visitarnos para la feria del libro, gracias a que, al fin, dispondremos de buena comunicación con Sevilla (¡AVE por Cuenca!).
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