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sábado, 29 de agosto de 2020

El origen del CSI es Made in China

 



Eso es lo que descubrimos con la sugerente propuesta que hoy nos trae el Grissom de las Casas Ahorcadas, una novela criminal histórica escrita en España, ambientada en china y que llegó a ser nº 1 en Estados Unidos.

 

 

El lector de cadáveres,  Antonio Garrido

 por Miguel Esparcia

   

Novela Histórica, novela negra, novela policíaca….. ¿qué tenemos delante?.  Un híbrido, una mezcolanza de géneros. Pues sí, eso es lo que tenemos, una novela histórica con una trama negra, de corrupción, asesinatos, conspiraciones. Pero en el marco incomparable de la China Imperial del siglo XIII.

 Una novela extensa, algo típico de los textos históricos, pero de lectura ágil, que versa sobre los orígenes de la ciencia forense. Mientras en Europa andábamos en la oscuridad de la Edad Media, entre espadazos, cruzadas, asedios, ballestas y catapultas… en Extremo Oriente ya marchaban por su “Renacimiento”. En Europa todo avance en   ciencia y  cultura desapareció  ante las invasiones  bárbaras y la caída del Imperio Romano de Occidente. Situación que no se recuperó hasta  varios siglos más tarde en la Italia renacentista. Esa ventaja nos llevaban….

 La brújula, la pólvora, la imprenta, los billetes, el frigorífico y los tallarines, fueron algunos de los descubrimientos de aquella cultura milenaria. La China Imperial llevaba siglos con una maquinaria fiscal,  ordenación territorial,  organización política, administración pública, política aduanera y comercial y por supuesto una complicada legislación. Todo ello bajo el poder de una única cabeza, el Emperador, “El  Hijo del Cielo”.

 En un sistema tan complejo, con tanto funcionariado, con un inmenso territorio para gobernar y con tanta riqueza para administrar, no era extraña la aparición de servidores corruptos, medradores en la corte, conspiradores, traidores… pero una cosa podríamos destacar, y es la posibilidad de que cualquier persona, fuera de la condición social que fuese, podía ingresar en altos cargos de la administración, si superaba los exámenes y pruebas que el Estado imponía para su funcionariado.

 Y es aquí donde aparece nuestro protagonista, Cí Song, de los Song de toda la vida. Un personaje real, en el siglo XIII, de condición más bien humilde, con un don especial para la deducción, el análisis y la observación. Nuestro Grissom oriental

 Es este personaje, que por circunstancias de la vida, pudo beber directamente de las fuentes de la administración de Justicia, ya que su padre estaba al servicio de un famoso Juez de la época. Un juez que destacaba por una habilidad especial en el análisis de los delitos, fruto de una vida confinada al estudio de los textos jurídicos orientales en sinergia con una agudeza mental sin parangón. Todo parecía  indicar que nuestro Cí podía  orientar su futuro hacia estos menesteres, pero las cosas se complicaron y cayó en desgracia.

 La novela nos narra los difíciles comienzos del amigo Cí, pudiendo encontrar dentro de esta obra dos partes bien diferenciadas, aunque en ambas, vemos como nuestro personaje muestra una entereza, una perseverancia y una actitud frente a los reveses de la vida, rayana en lo febril. Y es por ese carácter por lo que Cí logra pasar a la Historia.

La primera parte de la novela, es una continua sucesión de obstáculos y catástrofes, que el personaje soluciona con astucia y adaptación extremas. Sobrevive como puede, y aunque  mi cultura literaria sea muy limitada, colocaría esta fase entre El Médico de Noah Gordon y el Lazarillo de Tormes en versión dramática. Aquí es donde la parte histórica es más patente en lo que respecta a la vida del común de los mortales. Las condiciones de vida, las desigualdades, la picaresca que roza la tragedia…

 En la segunda parte  entramos en una dinámica más cortesana, más en el ámbito de las clases dirigentes, delitos de altas esferas, corrupción, traición y venganza. Y sí,  es en esta parte donde aparecen cadáveres y donde surge una complicada trama de asesinatos que origina una investigación que nuestro personaje encara de una innovadora manera,  y que se desarrolla y resuelve de una forma digna de cualquier novela policial o negra de las que estamos acostumbrados a leer.

 Y es en esta fase donde nuestro personaje comienza a gestar la obra de 1247 que le dará fama hasta nuestros días: el Hsi Yuan Lu Hsiang, el primer tratado conocido de medicina forense, una magna obra en 5 volúmenes. Un texto que se ha estudiado en criminología y medicina forense hasta el siglo XIX,  con una  de las últimas ediciones en 1854. Un extenso tratado en el que recopila todo el saber de la época y en el que añade  sus propias investigaciones que han sido y son dogma en la ciencia forense actual. Incluye una extensa legislación y protocolos en  Tanatopraxia, entomología, fases de descomposición cadavérica, lesiones producidas según sus causas, sus armas o sus circunstancias. En fin, una verdadera revolución en el conocimiento forense y criminal, fruto de una mente observadora y analítica, que se adelantó a la época que le tocó vivir.

 

Concluyendo,  estamos ante una figura histórica de la patología forense. Y sí, es una novela fundamentalmente histórica, pero dada la importancia de este personaje, ¿no creéis que vale la pena su lectura?.

 Además, en la trama de la segunda parte se muestra un nivel de sagacidad comparable a nuestro Sherlock de Conan Doyle.  El lenguaje está muy occidentalizado y el autor se ha documentado notablemente, el epílogo es delicioso,  y si eres un lector amante de lo  analítico,  con una argumentación acorde con  las bases científicas que han sido los cimientos de la ciencia actual, quizá esta sea una novela a tener en cuenta para tus próximas lecturas. 

Eso sí, ánimo, porque se desarrolla en un buen número de páginas: 555, y no sigo con la rima…


6 comentarios:

Leoleo dijo...

Me encanta la reseña. Me la apunto

Lucía dijo...

Magnífica reseña Miguel, tan interesante que será una de las novelas que leeré. Gracias

Meadows dijo...

Como te lo has currado Miguel, desde luego haces que apetezca leerla, confío en tu ojo clinico

Cristina dijo...

Se nota que has bebido en la novela histórica antes de saciar tu sed en la negra. Genial reseña.

Miguel Esparcia dijo...

Qué razón tienes Miss Marpple.

Miguel Esparcia dijo...

Ahora con la guerra naval en el pacífico. 🙄🙄