Cada
año, las Casas Ahorcadas dedicamos un ciclo de lecturas a un país, para conocer
otras culturas sin maleta, y descubrir
otros momentos históricos sin máquinas del tiempo.
Y este curso, le ha llegado el turno a los clásicos
de la novela negra americana adaptados al cine. Novelas en negro y blanco que
inspiraron los clásicos del noir.Y comenzamos este ciclo, con una rareza solo apta para bibliófilos empedernidos y cinéfilos impenitentes.
Scarface, Armitage Trail
Por Miguel Esparcia
Estamos
ante una de las primeras novelas de género negro escritas desde el punto de
vista del delincuente.
Poco se conoce del autor, dada su corta vida y
obra. Pero saber algo de su biografía quizá nos ayude a comprender un poco más
esta novela.
Armitage
Trail es uno de los pseudónimos de Maurice Coons. Nacido en 1902 en Nebraska,
tuvo una infancia itinerante, como consecuencia del trabajo de su padre en la compañía de Opera de Nueva Orleans.
Desde sus primeros años, comenzó a interesarse
por los Gangsters, como el que se aficiona a los cromos, sellos o monedas. Otra
de sus aficiones era escribir. Pasión por la cual abandonó la escuela a los 16
años, para firmar historias de crímenes y detectives dentro del género Pulp.
Vivió en New York, recalando finalmente en
Chicago, donde por las noches frecuentaba ambientes “gansteriles” y
confraternizó con un abogado italo-americano que le proporcionó bastantes
conocimientos sobre el tema.
Nunca
conoció a Al Capone, pero le fascinó su figura, escribiendo Scarface a modo de
pseudo-biografía en 1929. Se publicó en 1930. Pronto el magnate de Hollywood
Howard Hughes le compró los derechos por 25.000$. Nuestro autor se trasladó a
Los Ángeles, donde se acentuó su alcoholismo, ganó peso y vivió con
extravagancia extrema, lo cual desembocó en un Infarto de Miocardio a la tierna
edad de 28 años, por lo que nunca vio su historia en el cine.
Por ello, nunca sabremos que hubiera podido
opinar de la película. Lo que sí se sabe, es que Capone se ofendió, no por la
historia, sino por el trabajo de Paul Muni representando su persona. (A mí me
hubiera pasado igual)
En
1983, Brian de Palma dirigió una adaptación más modernizada, protagonizada por
Al Pacino y Michelle Pheiffer.
Scarface
es una novela corta, que nos narra los inicios de un avispado chico de barrio
en el mundo del Hampa. Trata de como una persona con habilidad innata, rapidez
de pensamiento e ingenio para los “negocios”, dentro de un cuerpo con arrojo y
valentía, asciende en el mundo del crimen, hasta hacerse con una de las bandas
más potentes de su ciudad.
Narra
de forma veraz el ambiente de la época: las relaciones entre gangsters, policías,
políticos, y figuras como las “pistoleras”, sacando a la luz todos los conocimientos
obtenidos de primera mano por el autor en su Chicago de juventud.
A
medida que avanzas en la novela, hay momentos en los que se empatiza con el
personaje. Es despiadado y cruel donde los haya, pero en este mundo de buenos y
malos, los buenos son en general tan corruptos y cínicos como los del bando
criminal.
Sobornos,
traiciones, hipocresía, vanidad, poder... un cocktail explosivo, que muestra fielmente
la sociedad americana de los tiempos de
la ley seca, y el inicio del gansterismo y una especie de protomafia que vino para
quedarse.
Las
adaptaciones cinematográficas se dejan ver, pero la novela, como en muchas
ocasiones, es mejor. En mi opinión es más fiel la de 1932. La de Brian de Palma
es más “ochentera” y técnicamente mejor presentada, pero pierde la esencia de
los inicios del Crimen organizado.
4 comentarios:
De acuerdo contigo, mucho mejor el libro que la película.
Enhorabuena por la reseña
Vaya pedazo de reseña que te has marcado, menos mal que ya me la he leído que si no me la volvía a leer. Enhorabuena y gracias por ella.
Así se habla.
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