Carolina Vázquez
El Pastel noir
(el negro más oscuro del rosa) volaba como el viento hasta encontrar su nido en
“Dicen que estás muerta”. Alumbramiento inverso en el que lo ya nacido
encuentra el útero que lo gesta. Es esta la obra fundacional de un movimiento
de viento, es el cuerpo del aire (o del delito, porque el Pastel noir también
es criminal y canalla) que se ha encarnado en las palabras de María Zaragoza.
“Dicen que
estás muerta” es una novela negra tiznada de rosa. En ella lo importante no es
quien, donde o con qué. No se sustenta en sospechosos, víctimas, pistas… y da
igual si se construye con mapa o con brújula porque se despliega con la
precisión de él y la valentía de ella. La esencia del ser y la posibilidad del
cambio osifican su cuerpo pasteloso y el amor da sentido a su movimiento.
La antagonía
de lo parecido y la semejanza de lo opuesto entrelazan personajes. Por un lado
una mujer y su doble que no podría ser más diferente. Por otro lado, opuestos
como un gigante bueno y una sociópata que van asemejándose en la seducción por
el placer de matar (distancias que se acortan en uno y se alargan en la otra).
Todos ellos se organizan en torno a tres triángulos amorosos que acaban
colisionando en las manos de un asesino aleatorio: Un gigante atraído por el
vértigo de la muerte es amado por dos mujeres, una el espejo de la víctima y
otra una sociópata, germen de asesina
que el amor no permite brotar; Una mujer muerta que es mucho más que su espejo
y que también converge dos amores contradictorios y secretos, el de
su amiga y el del hombre que la rechaza; El vértice del último triángulo es una
mujer que ama con libertad y sabe que el amor que confluye en ella no es del
todo propio porque uno se dirige a un ideal (la musa imposible del poeta que no
escribe) y el otro a la persona imperfecta (centro del universo de la mujer que
sí la ama).
Hay otro
triángulo. Uno breve y fortuito, pero que podría suponer un cuarto vértice de
polígono irregular en la geometría Pastel noir. Es el formado por el hombre que
amó a la mujer muerta, el Asesino y la segunda víctima, recreación de la
primera pasión de ambos…. Para uno la herida del amor y la de la muerte para el otro.
Tres historias
principales de tres protagonistas con tres heridas todos ellos. Son la vida, el
amor y la muerte, tres fuerzas que llenan de realidad este libro triangular,
tan apasionado como apasionante.
4 comentarios:
Carolina como te echamos de menos, o como debemos decirte ahora Missing you.
Amparo
Justo lo que dice Amparo.
muy buena reseña,habra que leerlo.BESOS.
Her.
Ay! gracias chicas. Yo tambien os echo muuuuucho de menos.
Besos y kisses!
Qué sorpresa Carolina!!! How are you getting on witb your English? Espero que bien. El castellano sigues manejándolo de maravilla, la psicología que se note lo que sabes y el pastel noir sublime, que por algo eres la reina. Un abrazo y hasta cuando quieras.
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