Dice el que tal vez sea el mayor experto en el tema, Salvador Vázquez de Parga, en su ya clásica obra “La novela policíaca en España” (1993), que salvo excepciones tan honrosas como escasas, los criminales literarios patrios se han limitado a imitar las modas y modos anglosajones y franceses (amén de los nórdicos, después del efecto Larson), por lo que no es posible hablar de una escuela criminal netamente autóctona.
Se nota que no
leyó a Víctor del Árbol.
Un autor, este mozo de escuadra barcelonés, que
con sólo tres novelas ya ha marcado un antes y un después, gracias a su
alquímica facultad para invocar personas
imaginarias (decir personajes
sería faltarles al respeto y a la verdad), su maquiavélico don para entretejer sus pulsiones
y urdir las tramas más intrincadas y absorbentes que este psicoreader pueda
recordar, y todo ello con una voz a un tiempo lírica y descarnada, única, diametralmente alejada de todo lo escrito
hasta el momento en nuestro país (y probablemente también fuera), tanto como lo
estuviera Dashiel Hammett de Arthur Conan Doyle cuando dio a luz la novela
negra.
Y es que su
inusitada mezcla de acción trepidante y exploración de las más oscuras sombras
de la condición humana rompe con la tradicional aspiración sociocrítica del
género, para centrarse no tanto en denunciar las desigualdades como en abordar los
efectos que el crimen, metáfora de la injusticia, tiene sobre la psique de los
individuos. Trasciende así las barreras de la novela negra y del más
psicológico de los thrillers, por
focalizarse en vez de en la mente del criminal, en el análisis de los traumas
que su acción causa en los familiares de sus víctimas, y cómo los fantasmas del
pasado acaban convirtiéndoles en victimarios, fundando así lo que podríamos
llamar “thriller sicoanalítico”.
Ya en su debut,
“El peso de los muertos”, premio
Tiflos 2006, dejaba patente su intención de alejarse de los arquetipos y
lugares comunes, con una historia de
culpables sin culpa, crímenes sin castigo y secretos de familia a caballo entre
los primeros y los últimos días del franquismo, que sorprendió a crítica y
público por su frescura y calado literario.
Aunque su
consagración llegaría con su segunda novela, “La tristeza del samurái” (2011), no por nada finalista del premio
Novelpol 2012 y la primera obra española galardonada con Le Prix du Polar Européen a la mejor novela negra
europea concedido por la prestigiosa revista francesa Le point, que le ha abierto
las puertas de librerías de medio mundo y convertido en un auténtico “capo di
tutti capi” del hampa impresa nacional.
Y hace un mes
escaso, vio la luz su tercera y más ambiciosa obra hasta la fecha, donde se sirve
de una decena de soledades vivientes para abordar el dolor humano y continuar así con su personal disección
del alma.
De modo que si
quieres descubrir qué tienen en común una promesa de la pintura venida a menos,
un acaudalado empresario condenado por homicidio, un joven chapero chino con ansias
de libertad y venganza, una violinista obsesionada
con la memoria de su hijo y un torturador chileno metido a buscador de personas
entre otros, las Casas Ahorcadas se complacen en invitarte a la presentación de
“Respirar por la herida”, que tendrá
lugar el viernes 15 de marzo a las 18 h en el salón de actos del Centro
cultural Aguirre, a cuyo término se sortearán dos ejemplares dedicados por el
autor entre el público asistente.
Una
oportunidad inmejorable para leer la que está llamada a ser una obra clave no
ya del género, sino de la literatura contemporánea de nuestro país.
Palabra de
lector compulsivo.
7 comentarios:
La tristeza del samurai me tiene atrapada, espero que tambien me de tiempo a leer esta antes del encuentro.
Amparo
hoy, he terminado de leer respirar por la herida, fascinada, de no perderme con las historias de cada uno de los personajes,y cerrar el libro pensando que la venganza que cada uno habia tramado, no ha sido mas que sufrimiento.Para poner fin a una dramatica situcion, de maldades .
tia pepa
La tristeza del samurai me anima a seguir leyendo más de este autor, pero tendrá que ser después del día 15.
a ver si saco tiempo para terminar de una vez la tristeza del samurai... que mira que soy de leer rápido pero tengo tiempo 0
Raquel
Cómo es posible que la misma persona que ha escrito "La tristeza del samurai"(fantástica y casi perfecta) haya perpetrado "Respirar por la herida"? Yo NUNCA lo creeré.¡¡¡Es imposible!!!; a no ser que este hombre tenga doble personalidad, claro.
Intentaré olvidarme y recordar sólo "La tristeza..." por la cual lo admiraré siempre y le estaré agradecido como lector
Paco
Por cierto, decídle que la locución latina que pone en la novela(?) es incorreta.Él escribe:"sit terra levis" cuando lo correcto es:"sit tibi terra levis". Claro que esto, comparado con todo el resto, es peccata minuta.Paco
Terminé por fin Respirar por la herida el dia siguiente a la fiesta literaria, me ha gustado tanto o mas que el samurai. Paco, creo que segun cada uno somos nos resultan las cosas,yo tengo el libro lleno de pasajes subrayados.
Y dar las grcias a Victor por ser tambien una gran persona aunque ya vimos que no baila nada nada.
Amparo.
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