Lo sé, mucho ha llovido desde el 15 de junio, desde la
presentación de Antonio Santos y su álter ego narrativo, el gran Mauricio
Romero, pero juro que, encerrado como estaba entre másters, tesis y trabajos
varios, apenas me he enterado. En cualquier caso, vayan por delante mis
disculpas para el detective y su biógrafo.
Así y todo, no hay Alzheimer capaz de empañar el recuerdo de
aquel día, de aquella sala atestada pese al calor, de la química (y no lo digo
sólo por el sudor) que hubo entre Antonio y servidor.
Cómo olvidar a sesenta
personas riendo con piscineros deductivos, kamikazes parrillanos, Beefeaters
con limón (parrillanos también), Casas Colgantes ambulantes y toda clase de
chascarrillos romerianos. Porque si algo quedó claro ese día (y para mi
sorpresa, sin necesidad de Resolí), es que Antonio-Mauricio (de todos los)
Santos tiene estilo e ingenio para dar y
regalar.
Lástima que no se prodigue, que como los buenos vinos, sus
comentarios hayan de paladearse muy de poco en poco, muy de tarde en tarde.
Y tú, Mauricio, regresa a las Ahorcadas pronto, vuelve a tus
Casas por Navidad, sin turrón pero con novela, sin pelos en la lengua pero con tantas
ganas de sacarla a pasear como siempre.
Porque si no, ¿quién llamará a las cosas por su nombre en la
ciudad del crimen?
3 comentarios:
Antonio,que sergio no exagera,todo estubo genial,buen verano a todas-os,besos,HER
Buen verano a todos!!!! Besos de la noviacadaver
Lo dicho, fue una presentación memorable, si Mauricio Romero nos hizo reir, Antonio Santos nos cautivó con su chispa. A ver si se pone las pilas y tenemos pronto la segunda. Feliz verano a todos. Besos.
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