Pues
seguramente, habría firmado y filmado la recomendación que hoy nos trae el Doctor
Esparcia, el Grissom de las Ahorcadas.
Como
para no leerla en cuanto termines la reseña….
La
Gallera, Ramón Palomar
Por
Miguel Esparcia
Un
bochorno elevado a la máxima potencia, da paso a una noche no menos asfixiante.
La humedad es parte del decorado. Zumbido de mosquitos y croar de ranas se
abren paso entre los cañaverales de l’Albufera. A lo lejos el resplandor de la
gran urbe del Túria completa la escena. Un rumor se abre paso entre la
oscuridad. Nos acercamos a unas naves de uralita y de chapas metálicas. Coches
de todas las gamas se apelotonan en explanadas polvorientas.
Musculosos
porteros franquean el paso a una fauna heterogénea de pirados por el juego. Si
no eres bienvenido o recomendado, podrías acabar como cebo para anguilas en
alguna acequia cercana entre condones usados y restos de papelinas.
La
atmósfera es densa, caliente, con una mezcla de perfumes de mil euros, colonias
de supermercado, sudor, adrenalina, sangre y líbido in crescendo. Seres obesos
de cadenas gruesas de oro. Camisas abiertas. Damiselas de alquiler con tacones
de vértigo y tangas menguantes. Billetes en manojos cambiando de mano. Copas de
garrafón derramadas por el suelo y un gran corro. Donde el vocerío es más
atronador.
Una
jaula de combate. Un tatami gallináceo es el centro en el cual gira toda esta
historia y todos nuestros personajes. Pero no penséis que se trata de una
novela de pelea de gallos, solo es el marco, el escenario donde los personajes
se entrelazan.
Vamos
a tener personajes con habilidades “especiales” a pesar de minusvalías limitantes.
Asesinos a sueldo de eficacia y crueldad más que contrastada. Militares que buscan
mejorar sus salarios con trabajos de cruenta pulcritud. Policías corruptos con
sed de venganza para cerrar viejos episodios que descarnarían tu infancia.
Narcotráfico en expansión, que de la misma forma que veremos crecer se
desmoronarán con más estrépito. Amor verdadero y amor de monedero. Todo reglado
bajo unas leyes basadas en la lealtad. Mecanismo que funciona como una
maquinaria bien engrasada, pero ojo como te desvíes de lo establecido. Lo pagas
y bien pagado. Hasta aquí puedo leer.
El
lenguaje va más allá de lo explícito. La novela se oye, se ve y se siente,
incluso se huele. Es de un dinamismo brutal con capítulos cortos. Que el autor
maneja con una maestría que provoca al lector para no dejar de leer. Si os
sirve de algo, a mí así me ha pasado. Tiene un humor socarrón e inteligente que
se intercala magistralmente entre tanta crudeza. Que arranca sonrisas e incluso
carcajadas. Para luego acabar con la piel de gallina. Nunca mejor dicho. En
menos de media página.
Todas
las tramas convergen. Todas se llevan a la par. Poquito a poco. Todo se va
liando para ir dejando personajes por el camino y pulir un final redondo que a
su vez es el inicio de la novela. Guión que podría haber sido ideado por
Tarantino o Robert Rodríguez, cambiando Texas o el desierto de Nuevo México por
el sur del área metropolitana de Valencia.
Si
definiéramos la novela con sólo adjetivos diría: Ruda, cruda, cojonuda.
Delirante, espeluznante y trepidante. Lumpen en estado puro. Y aunque no haya
comentado nada sobre los personajes, os diré que aunque haya unos cuantos
principales, es una novela coral, donde cualquiera de ellos puede tomar
importancia crucial en cualquier momento. Creo que es redonda, no hay flecos
sueltos. Disfruté con ella y me divertí como ya hacía tiempo que no lo hacía.
Es un terremoto por escrito. Pero con un desorden perfectamente ordenado.
Yo
creo que hay un magnífico trabajo del autor en la planificación de esta novela.
Del
autor, Ramón Palomar os contaré lo que yo recuerdo de él. Es un curioso personaje
que me llamó la atención en mi juventud. Llevaba programas de cultura en los
ochenta, relacionados con la vertiente levantina de la movida. Colaborador en
varios periódicos Valencianos. Programas culturales en canal 9. De lenguaje
pasota en apariencia pero con mucho coco bajo un flequillo menguante que con el
tiempo, como a muchos, nos ha desaparecido. Le conocemos al menos una novela
más. “Sesenta kilos” que será la siguiente en vuestra lista. Y como el título
indica. Promete.
Mis
más sinceras recomendaciones. La pelota ya está en vuestro tejado.
7 comentarios:
Grissom, como le dijo Guardiola a Mouriño, eres el puto amo. Ojala esté la novela tan bien como la reseña.
José Ángel.
Menuda reseña!!! Si escribo una novela quiero un comentarista así. Gracias
¡Gran reseña! Con ganas de darle caña.
Magnifica, como siempre, la reseña, tan esperadas ya como tú disertación de cumpleaños
Súper reseña. Dan ganas de empezar a leerla ya.
Tiene buena pinta!! Dan ganas de leerla
Brillante reseña Miguel, tan buena que cualquiera se resiste. Eres muy original . Cada vez que leo algo escrito por ti me me haces sonreír , tú sí que eres redondo escribiendo. Muchas gracias Miguel , fijo que la leo.
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