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domingo, 16 de junio de 2019

ENTREVISTA ALFONSO EGEA, autor de 29 balas y una nota de amor.



Por Libertad Martínez, la reportera más aplicada de Las Casas Ahorcadas

 
Alfonso Egea pide un café. Su voz es profunda y envuelve la mesa. Te mira a los ojos mientras habla, pero se mantiene quieto. Mientras responde a las preguntas, se advierte su pasión por lo que hace. Por aquéllos detalles que pueden hablar tanto como un libro, por la verdad oculta. El autor de 29 balas y una nota de amor se muestra tranquilo mientras habla de temas como la muerte, el amor o incluso el papel de una madre asesina.
 
1. “29 balas y una nota de amor” estrena la colección “Sin Ficción”. ¿Antes de elegir esta historia para empezar la colección, tenías en mente otras?

 Marta Robles y yo nos llevamos muy bien.  Un día, me comentó que iban a empezar una colección de True Crime. Me dijo que había pensado en mí para iniciar la colección (que es un orgullo para mí) y me preguntó con qué podíamos arrancar. En ese momento se daba la circunstancia de que yo había estado hablando con el jefe de la investigación del caso de La guardia urbana de Barcelona, y se lo empiezo a explicar a Marta. Le dije: “Se me ocurren mil historias, pero ahora mismo estoy con el caso de una chica que es policía, que tiene un novio policía, un exnovio policía y entre los tres protagonizan un triángulo de crimen, sexo y mentiras”. Marta se me quedó mirando. “¿Me estás llamando tonta a la cara? ¡Ése es con el que hay que empezar!” Y vi que sí, que tenía razón. Vi los elementos básicos que hacían falta:

 2. El libro no es solamente un recopilatorio de las pruebas del caso, sino un escaparate hacia las razones que la razón no entiende: amor, infidelidad, chantajes, asesinatos.  Mientras escribías, ¿llegaste a empatizar con alguno de los personajes?
 
Ni de coña. Hay una parte en el periodismo de sucesos que es muy difícil. Como nos gusta tanto el género, mostramos una cierta admiración por los crímenes más complicados. A mí se me ha escapado en televisión: “joder, qué bueno ese tío”. Y entonces en un momento dado reflexionas y dices: “Espérate. Pedro tenía un hijo, Pedro tiene dos padres, tiene un hermano, tiene compañeros…”

Hay un momento en el que tienes que coger el sedal, porque al final parecemos insensibles y no lo somos. Pero es que a veces es admirable ver cómo un tío se deja la vida en que no le pilles.

Pero en este caso en concreto conforme avanza la historia te das cuenta de que no, de que Rosa y Albert son muy egoístas y actúan de una forma fría y miserable. Rosa lo es más. Es más fría, porque yo no creo que Rosa actuara guiada por el miedo. Rosa presuntamente perpetra un asesinato en su casa con sus hijas dentro. Es muy fuerte el tema. No siento la menor empatía por ella.

 

3. Según todos los testimonios, Rosa es muy atractiva. ¿Crees que la seducción ha jugado un papel importante en que todo el mundo pensara que era inocente?

Crucial. Yo creo que Rosa es una mujer muy atractiva físicamente, mucho, pero es más atractiva aún en su carácter. Su carácter, que ha sido su gran aliado durante muchos años y que ahora está siendo su gran enemigo.

Rosa se ha tirado toda la vida pensando que salía de cualquier problema, que era más lista que nadie y ha dado con la horma de su zapato: ella pensaba que la capacidad de seducción que tenía sobre Pedro iba a hacer que Pedro fuese un pelele en sus manos. Pedro acabó harto de Rosa. Y luego Albert tres cuartos de lo mismo. Ella pensó que iba a poder mangonear a Albert porque éste estaba coladito por sus huesos. Hombre, Albert está coladito por sus huesos, hasta que se encuentra con el marrón en el tribunal y dice: “Bueno señoría, vamos a parar aquí la máquina: es esta chiquita la que me ha llamado a mí”.

Yo creo que Rosa ha ido alimentando un ego muy grande durante muchos años, ella ha creído que iba a estar siempre por encima de todo y esto le va a acabar costando un disgusto.
 
4. Hace un tiempo dijiste en otra entrevista que en tu opinión, Rosa Peral no iba a confesar nunca. ¿Pero crees acaso que la investigación pueda avanzar por otras líneas?

La investigación del crimen de la guardia urbana está acabada, la verdad está dentro de la investigación, pero mientras ninguno de los dos reconozca ser el autor del crimen habrá que guiarse de la suma de indicios y de la suma de pruebas. Habría que ser idiota para no comprender que de alguna manera los dos están relacionados con el crimen, pero ahora será tarea del jurado decidir quién, metafóricamente hablando, metió el dedo dentro del gatillo. Pero lo que está en la investigación es lo que los hace responsable a ambos. No habrá sorpresas. No va a haber más.

 
5. Los crímenes son muy duros, ¿no te repercuten de manera psicológica?

Esto no deja de ser trabajo, y además, nadie se hace periodista de sucesos porque se lo manden. Esto te gusta o no te gusta. Yo recuerdo la primera vez que vi un sumario en color de una autopsia, o la primera vez que un policía me dejó entrar en el escenario de un crimen acordonado, que el muerto está ahí, es una cosa que impone. Pero te acostumbras a todo. Un forense se acostumbra a hacer autopsias y un policía a ver muertos y el periodista a escribirlo. Lo que no soporto son las historias de niños. No puedo. Me superan, me sacan de mis casillas.

Aun así tienes que intentar evitar que te repercuta a veces. Escribiendo “29 balas” yo tenía acceso a todas las partes del caso, y no quise tener contacto ni con Rosa, ni con Albert, ni con la familia de Pedro hasta que acabé de escribir el libro. De hecho, no me presenté formalmente a la familia de Pedro hasta que el libro salió de imprenta. Le mandé un ejemplar y una carta al hermano de Pedro y le dije que estaba sujeto a su visto bueno. Me dijo que no tenía ningún inconveniente en la publicación.

Pero bueno, lo hice para no empatizar como decíamos antes. Me quise hacer un cordón sanitario porque si me acercaba a Rosa o a Albert ya estaba liado seguro. Hay que mantenerse un poquito alejado de todo, es importantísimo.
 

6. Hay algún caso real que te gustaría escribir para la colección?

¡Me gustaría escribir de casi todo! Cuando te dedicas al periodismo de sucesos y de tribunales tu trabajo se convierte en tu afición y tu afición es tu trabajo. Al cabo de la semana van pasando casos por tus manos que piensas que tienen un libro, incluso dos. Sería injusto decir cuál no escribirías. Pero he llegado a una conclusión: el caso por el que yo escribiría otro libro aún no ha ocurrido. Jamás he elegido un caso para escribir. De hecho, cuando Marta me propuso escribir un libro dije: “¡Si yo no quería escribir más!”.

Tengo muy claro que los casos sobre los que yo he escrito son los que ellos me han dicho a mí: “Tío, escríbeme”.


7. Para terminar la entrevista, siempre hacemos la misma pregunta. Siendo escritor de novela negra… ¿Cómo preferirías morir?

(“Hostia, qué buena” –dice mientras se ríe). Damos por sentado que asesinado, ¿no?  Pues ya que me vas a matar, me gustaría sentir lo que es que me disparen y morir desangrado. Para ver qué es, ya que no me puedo librar. Y luego pensaré “Ah, ¿era así? Pues en mis libros lo escribí fatal”.

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