Lena evoca el recorrido
que la ha llevado hasta ahí. Todo empezó cuando explotó el caso Snowden. Quedó
muy impresionada por la valentía del chico y la gravedad de lo que denunciaba.
Aquello significaría el final de Internet libre tal y como se conocía. Cuando
Incognitus, Anonymous y WikiLeaks pidieron colaboración para difundir la
campaña de espionaje masivo de los EEUU que Snowden había descubierto, Lena se
instaló el programa de Incognitus y les ayudó. Luego, desde que estaba en
Portbou y tenía más tiempo, había participado en otras campañas. Poco a poco, a
medida que iba conociendo más sobre la amenaza de la privacidad de Internet, se
fue acercando a Incognitus, que era el grupo más claramente a favor de defender
la privacidad de Internet de los tres. Había ido ocurriendo sin darse cuenta.
Primero como un juego, después como una ocupación temporal, y al final se había
convertido en una cuestión personal. Alguien se dio cuenta de que aquel miembro
español tenía habilidades muy útiles, y hoy estaba allí, dispuesta a trabajar clandestinamente
para esa organización.
Fragmento de Incognitus de Antonia Huertas, Editorial Versátil 2018
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