Los negritos no tienen vacaciones
Como las Ahorcadas no cierran en verano, ahí van dos
interesantes propuestas más de la tribu
para el curso que viene.
Muchas gracias a sus autoras, y que las disfrutéis.
El asedio, Arturo Pérez Reverte
Por Aurelia Martín Mayordomo.
Esta novela
te engancha de la primera a la última página.
Cádiz, 1.811. España lucha por su independencia,
mientras América lo hace por la suya. En
las calles de la ciudad más liberal de Europa, se libran batallas de otra
índole: mujeres jóvenes aparecen desolladas a latigazos. En cada lugar, antes del hallazgo del
cadáver, ha caído una bomba francesa.
Esto traza sobre la ciudad un mapa
superpuesto y siniestro: un
complejo tablero de ajedrez donde la mano de un jugador oculto, un asesino
despiadado, el azar, las órbitas de artillería, la dirección de los vientos, el
cálculo de probabilidades, piezas que deciden el destino de los protagonistas. Un policía corrupto y brutal, la heredera de
una importante casa comercial gaditana (mujer de armas tomar y muy avanzada para su tiempo), un capitán corsario
de pocos escrúpulos, un taxidermista misántropo y espía, un enternecedor
guerrillero de las salinas y un excéntrico artillero a quien las guerras
importan menos que resolver el problema técnico del corto alcance de sus
bombas.
El asedio
narra el pulso asombroso de un mundo que
pudo ser y no fue. El fin de una época y
unos personajes condenados por la historia, sentenciados a una vida que como la ciudad que los
alberga, una Cádiz equívoca y enigmática, nunca volverá a ser la misma.
“La agenda negra, Manuel Moyano.
Por Pili “friki” Díaz Andrés.
Un absurdo accidente, debido a la negligencia o la distracción del conductor, provoca la
muerte de una mujer. Su marido, Ulises Roma, es un hombre de mediana edad que no puede recuperarse de su pérdida. De una
manera casual, nuestro protagonista,
encuentra una Agenda Negra con un
montón de asesinatos detallados al milímetro y casi sin darse cuenta, se involucra en una red que persigue vengar aquellos crímenes
que no han sido debidamente castigados por la justicia.
El libro tiene un buen
ritmo. Se lee con ganas. Y la
motivación es muy sencilla:¿Cómo se puede resolver tanto embrollo? Y, , ¿qué
puede hacer Ulises para No morir en el intento?
Lo recomendaría principalmente por la originalidad del
protagonista. Una persona enormemente desgraciada que se
refugia en el alcohol para poder sobrellevar su existencia. Además pueden
resultar interesantes los diálogos internos que a todos nos provoca su lectura: ¿dónde
reside el bien? ¿ Quiénes somos nosotros para juzgar a los demás? Y ante todo,
¿ cómo sabemos que estamos haciendo lo correcto?
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