Muerte en
Glasgow - Denise Mina
Por
Carolina Vázzquez, la reina del pastel noir.
Una
ventana abre sus cortinas rojas, desde la cima de la colina más alta de Glasgow,
para dejarnos ver las sombras que se esconden entre luces muy escocesas.
La novela
cuenta la historia de una mujer que, una mañana de resaca, se encuentra a su
amante (un hombre infelizmente casado) degollado en el salón del apartamento
que se compró para huir de la tutela de su madre alcohólica, cuando alarmantes alteraciones emocionales amenazaban
incapacitarla al detonarse la bomba de unos abusos infantiles largamente
negados. En el camino de vuelta de la locura, Maureen se encuentra con las miradas
recelosas de aquellos que se supone la deberían ayudar: su familia con sus
traumas infantiles, los psiquiatras con sus problemas emocionales y la policía
con el cadáver de su salón. Pero todos sospechan de ella porque, a la luz de
sus prejuicios, la ven capaz de cualquier cosa.
Alguien
nos cuenta esta historia desde un punto de vista femenino, que no es el de la
protagonista, pero casi. Maureen lo tiene todo para ser una víctima hundida en
la miseria de sus experiencias traumáticas, pero Denise Mina no quiere
princesas pusilánimes y
dibuja un personaje resiliente, capaz de coger al toro (macho y negro) por unos
cuernos que ya le han herido pero amenazan con algo peor. La protagonista es una víctima invicta, la presa que no
se deja cazar porque ella misma se viste de cazador y empuña armas más sutiles
pero no menos letales. Porque la paja en el ojo ajeno, cuando es viga, da a los
que miran la falsa impresión de estar libres de pecado y tiran piedras que caen
en sus propios tejados de vidrio.
Los
abusos son el epicentro de este relato cuya onda expansiva deja con el culo al
aire a los supuestos pilares de una sociedad que los alimenta, o cuanto menos
los encubre. Familiares, policías y
psiquiatras dan cuerpo a todo de lo que la
protagonista ha aprendido
a desconfiar y la historia, que consterna e indigna, le da la razón. Según avanza la narración, vamos entrando en el lado oscuro del
lugar en el que todo tendría que empezar a mejorar y de la mano de las personas
que saben cómo. Pero cuidado, porque incluso al final del túnel puedes volver a
caer en el negro mas oscuro.
Esta es,
en suma, una historia de ventanas que abren sus blancas cortinas mugrientas
para mostrarnos las sombras que se proyectan sobre el mundo familiar, policial
y psiquiátrico.
“Muerte
en Glasgow” es el primer libro de Denise Mina y
el inicio de una trilogía que no
estoy segura de querer leer. En mi opinión, lo mejor de la novela son los
personajes, interesantes y bien delineados, pero el ritmo es inconstante y va
perdiendo fuerza según avanzan las páginas. Sin embargo, como el leer no ocupa lugar, no haréis mal en hacerle
un hueco en vuestras estanterías a esta autora escocesa cuya biografía no tiene
nada que envidiar a las de sus propios personajes.
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