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jueves, 26 de abril de 2012

And the winners are….



Hora de conocer a los ganadores de nuestro certamen.

Señoras y señores, negritos todos,  ahí van, en riguroso orden alfabético, los tres micros premiados en nuestro I concurso de micro fan fiction, galardonados con sendos lotes de Julio Cabria.

Enhorabuena a todos, y pronto, también el resto, que no me cansaré de repetir que muy bien podrían haber sido los afortunados.



LAS CUCARACHAS

Marta Buendía


            Cuando uno recibe una mala noticia y además inesperada todo a su alrededor queda mudo, y sólo se percibe un pitido agudo que produce una extraña paz, parecida a sumergirse en una piscina y  tocar el fondo.

            Así se sintió el Vitriolo cuando el Botines le comunicó  la muerte de Nadia. “Tanto tiempo preparándola para ser una buena soplona y ahora se la cargan, joder”. Eso le dijo en el entierro. Nadie llevó flores. Nadie lloró.

            Nadia y el Vitriolo se habían conocido hacía un año, el Vitriolo era un profesional, un traficante de palabras, las palabras son poderosas, como oro invisible, siempre había trabajado solo, libre, con sus camisas de colores, su coleta lacia y su cojera. Pero el Botines le contrató. Al principio no daba crédito a su encargo, enseñar la profesión a una mujer, era una locura.  Lo que hacía el Vitriolo era un arte, pero la suculenta suma y las razones ofrecidas le convencieron, en un mundo de hombres nadie sospecha que una mujer  pueda ser tan importante como para causar problemas.

            Y así comenzó su extraña relación de profesor-alumna, Nadia aprendía rápido, era dulce y discreta. El Vitriolo disfrutó enseñando.

- Entonces ¿somos traidores? -le preguntaba.

- Sí, uno debe saber lo que es.

- Pero a veces traicionamos a los malos…  eso nos convierte en…Vitriolo…somos ¿buenos o malos?

            Y  el Vitriolo no supo que contestar.

            Ahora frente a su tumba sin flores ni lágrimas, el enterrador intentaba matar a unas cucarachas que caminaban por el mármol.

-No son buenas, ni malas, pero a la gente no le gustan- dijo el hombre al Vitriolo.

- No las mate,… son supervivientes. –contestó el Vitriolo y allí se quedó un buen rato, frente a la tumba de Nadia, sin flores ni lágrimas.

  

LA DAGA DE PANDORA

Por Amparo Prados.



Cuando un ruido a su espalda le anunció que la habitación tenía otra entrada, se quedó esperando. En las películas ahora aparecería la imponente Nadia, y sin mediar palabra caería rendida en sus brazos, todo el mundo sabe que las treintañeras de buen ver aspiran a proporcionar un momento de placer al primer detective madurito que se cruza en su camino.

Quedó esperando sentir su aliento, allí estaba, le susurraba algo al oído, Cabria no entendía, era un sonido dulce, cadencioso, se dio cuenta que le hablaba en italiano. Se giró y encontró esos ojos cual agujeros negros, por los que no le importaría colarse y quedar atrapado para siempre.

-Has encontrado a Pandora. Por fin. ¿Quién más me está buscando?

-Sabes que no puedo decírtelo, pero podemos jugar a averiguarlo. ¿Hace un strip-poker?

Nadia sonrió. Justo es lo que estaba ella pensando, jugar al strip-poker con semejante perdedor. Pero quería saber quién andaba tras su pista, no podía permitirse que alguien la encontrara, que descubriera su identidad. La vida le había ofrecido pocas oportunidades, por eso tuvo que aprovecharlas, y nada mejor que dejar que piensen que eres un elemento decorativo, una “madonna” entre cuyas cualidades no se encuentra la inteligencia. Había puesto a su hermano a salvo, siempre cuidando de él, todo por él. Ahora tenía que salvarse a sí misma.

Cabria la miró. Ella le dijo –vamos, pregunta-. El hizo su apuesta, -¿acaso no eres tú esa Pandora a la que buscan?

Ella rió. Vaya, se había descubierto su tapadera.

-Efectivamente, Julio. Has acertado, yo soy Pandora, ya me has encontrado. Es justo pagar la prenda ¿no?

Deslizó sus dedos largos y blancos por el escote, sacó la daga de entre los pechos, y la clavó en el corazón de Julio. Es el precio por encontrar a Pandora.




CARTAS ERUDITAS Y CURIOSAS

Por Antonio Santos.


El olor empalagoso del Croquipán se colaba como un ladrón por la ventana en aquella tórrida noche veraniega en la calle Antonia Callas de Puente de Vallecas.  Anaximandro tenía razón, porque en una mesa camilla cubierta por un tapete verde se resume todo el mundo y nuestra existencia.

 Era la primera mano, es siempre la más importante, porque define el resto del juego, junto a la última, porque después de ella ya no hay nada.   En la mesa, para jugar a las siete y media sin banca, un juego tan sencillo que cualquiera puede perder: Carlos Escobar, el anfitrión, un paisa de Medellín que presumía de dar plomo en su país pero que aquí se dedicaba al reparto de paquetería y al menudeo, Arturo Lamela, un profesor jubilado de la USC, Julio Cabria, un rompecamisas a jornal, Alicia , simplemente Alicia o Cariño, una anoréxica de tetas recolocadas que no sé a quién de los otros tres se la había chupado para estar ahí, y yo, un estudiante que vivía de sus padres y trabajaba en el Burguer King de esa misma calle para pagarse algunas partidas como la de esa noche. 
 

Cerraba juego.  Todos antes de mí pidieron carta excepto Julio Cabría, parecía que tenía un siete y era un jugador conservador, así que yo, con un siete en el tapete pedí carta: un tres.  Las apuestas subieron, sobre la mesa, además de dinero contante y sonante, había joyas y móviles.  Cabria jugaba fiado por Escobar desde hacía ya dos apuestas bajo la consigna: las deudas de juego son deudas de honor.  Levantamos cartas.  Todos nos habíamos pasado, faltaba Cabría: un dos.  Entonces Lamela sacó un libro de su maletín y se lo dio a Cabria.


-         Lee la undécima cuando tengas tiempo.



13 comentarios:

carolina dijo...

Chicas, estoy de acuerdo. Una novela negra con mujeres, es mucho más interesante. Tengo curiosidad por ver si el resto de las participantes femeninas han conectado con vosotras y han colocado a Nadia en el lugar que se merece.
Antonio, no lo pillo. He leído la undécima carta entera y no lo pillo… ¿es la del tomo tercero? Estoy intrigada ¿Será mi falta de ingenio, de memoria o de Atención extensiva?
¡Felicidades a todos!

paco dijo...

Acepto el veredicto.PERO: esto me confirma la opinión que tengo de O. Urra como escritor,que no como persona.
Entre los relatos participntes los hay MUCHO MEJORES.Por ejemplo el de la moneda de Caronte y el del as de picas en la Cava Baja.Y conste que no sé quienes son las autoras o autores.
Por decir algo de los ganadores podría señalar alguna incongruencia,una falta en la expresión y puntuación y algún "leit motiv" flojísimo...
Paco

Anónimo dijo...

Aunque la derrota es amarga voy a ser buena contrincante y desde aquí mando mis felicitaciones a los ganadores/as. Con tan dignos oponentes, parece que se lleva mejor el fracaso, jiji.
Carolina, yo tampoco lo pillo. ¡Qué alguien nos lo explique, por favor!
Paco, ¿dónde has leído el resto? Creo que el de la moneda que hablas es el mío (¡Qué ilusión!)
Besos. Ana

Anónimo dijo...

No me hagas mucho caso pastel-master, pero yo lo he entendido como que el señor Lamela se había apostado un libro de poesías, y que como sabe de la afición de Cabria por la poesía, le recomienda la undecima, acordandose de sus muertos, eso si.
Por favor corregidme si me equivoco.
Noe

carolina dijo...

Noe, es que yo creo que no se trata de un libro de poemas sino las “cartas eruditas y curiosas” de Feijoo (por el título del relato) y la cuestión es que hay un montón de volúmenes que contienen una carta undécima. Yo había pensado que se trataría del tercero porque habla del juego y dice más o menos que no hay que ser especialmente listo para ser buen jugador. Igual es que Lamela le está llamando tonto a Cabria! No, se, ¿Vosotros que pensáis? ¿Es por ahí o la hipótesis de Noe Holmes resuelve el enigma?
Abrazos,
Pastel -master

paco dijo...

Para Ana,Carolina y Noe:conmigo ya somos cuatro que no han entendido nada;por si nos sirve de consuelo.
Antonio,por favor! que esperamos mucho de tí.No nos defraudes y "danos" algo menos enigmático,que el mercado editorial es muy duro..!!!!

Cristina dijo...

No me gusta ganar sin competencia, ya os lo había dicho, pero perder ante estos contrincantes tan estupendos no me importa demasiado. Que se anime más gente que esto es muy interesante, nos descubre cosas de los demás, como que Antonio tiene mucho que explicar. BESOS a todos.

Anónimo dijo...

Soy Antonio. Perdón por no haber contestado antes pero esta semana no he pasado por el blog, suelo hacerlo a menudo que conste en acta, y ni me había dado cuenta de que ya estaban colgados los relatos, ahora los leeré también.
Os cuento: Yo pretendía explicar con el relato, cómo Cabria había llegado a leer a Feijoo, algo que a mí me parecía muy contradictorio y que Urra aclaró en su visita a Cuenca después de que Sergio me pisara la pregunta, con lo que me cuesta pensar preguntas que no me parezcan tontunos más allá de los clásicos “estudias o trabajas” “fumas” etc... Así, quiso el azar, tan Barroco y tan poco Ilustrado, que una noche al irme a la cama repasase un tema de la oposición (Tema 55: La literatura española del XVIII, tema que no me gusta nada.) y me diese cuenta de que había una obra de Feijoo, Cartas eruditas y curiosas, que bien manipulada en el juego literario me podía permitir relacionar el Neoclásico con la afición al juego de Cabria. (Este párrafo que realmente no aclara mucho del texto lo pongo para deshacerme de la etiqueta de cultista o cultureta que veo que cierne sobre mí en estos momentos. Cualquiera que hubiese tenido la duda que yo tenía y hubiese consultado el tema que yo encontré mientras alternaba el estudio de la oposición con la lectura de A timba abierta habría hecho, seguramente, una relación parecida. Quiero decir con esto, que aunque parezca rebuscado, no es rebuscado, sino reencontrado, que vale más llegar a tiempo que rondar cien años (hago notar que esta cita es del refranero POPULAR por si alguien sigue dándole vueltas a lo de cultureta jejeje).
Así, el relato cuenta una acción realmente muy sencilla, tan sencilla que parece que no tiene demasiado sentido, en un ambiente madrileño del tipo de Cabria. La acción es una partida de cartas en la que se juega con el código de honor de los jugadores y Cabria gana simplemente dejando que los demás piensen qué está pensando él, es decir que los demás pierden porque se basan en supuestos teóricos sin base racional alguna -Ilustración. Y la partida no es realmente una partida “erudita” o “curiosa” ni caprichosa, o no solo eso, sino que el título que parece que hace referencia a la partida realmente se refiere al título de una obra literaria y cómo Cabria llega a Feijoo. En la Carta undécima del tomo tercero Feijoo habla sobre la Causa de la destreza en el juego de Naipes (aquí os dejo un enlace a ella http://filosofia.org/bjf/bjfc311.htm) y dice que no hace falta ser inteligente para ganar a este tipo de juegos sino otras cualidades. En otra carta que ahora no recuerdo y que he buscado y no he encontrado critica las supersticiones y la creencia en el azar, por lo que cuando el profesor le da el libro a Cabria, viendo cómo les ha ganado con una mierda de jugada, le está diciendo: no te creas tan listo etc, etc… Así es como Cabria llega a este tipo de obras que buscan someter al juicio de la razón todos los aspectos de la vida y sociedad española, algo que a Cabria le gustará o le parecerá por lo menos curioso o incluso aprovechable para su trabajo.
El relato, pues, es un juego de apariencias sostenido en una referencia literaria y contradictorio de todas todas como lo es que Cabria, un detective de Tirso de Molina, lea a Feijoo. Y una de las mayores contradicciones es que por el juego de las falsas apariencias es totalmente barroco y sin embargo se sostiene sobre referencias ilustradas.

Al final no sé si he aclarado algo o lo he liado más porque tenía un profesor que decía: si es más largo que el original vete al original. Y en este caso la explicación es más larga que el relato. Me ha quedado una redacción “embrollera”, poco ilustrada.

PAter COmunitatis dijo...

Antonio:Si no te lo he dicho antes te lo digo ahora: te estimo un h... pero,chico,si para participar en este "juego" (tan divertido,por otra parte!)te metes en estos berenjenales,no quiero ni imaginarme si te presentases al Planeta o al Nadal...!!!

Anónimo dijo...

Oh Pater!! Soy Antonio de nuevo. Realmente no es tan rebuscado como parece, lo que pasa es que, como he dicho, ahora me muevo en un mundo muy reducido y concentrado de las oposiciones, y enconces acabo llegando a lugares por lo que habitualmente no me muevo. No es que me haya metido en esos berenjenales para hacer el microrrelato sino que ahora vivo en ellos. Cuando leas a Mauricio Romero te darás cuenta de que es más sencillo que el mecanismo de un Chupachups, aunque admito que también hay alguna referencia y guiño literario.

Pd: La "h" de "te estimo un h..." no es de horripilante, ¿verdad?

Anónimo dijo...

Carus Antonio:aclarado el busillis ego te absolvo.Por supuesto que la H no es de horripilante sino de OVUM.Pace tibi.
PAter COmunitatis

Anónimo dijo...

Cuidado Paco con las "haches" ya sabes lo que hace Miguel Montes con quienes llevan la "h" horripilaaaaaaaaaaaaante grabada a fuego.

Anónimo dijo...

Amparo dice:
Mi enhorabuena a todos los participantes, como ya nos contó Sergio cualquiera pudo haber ganado, estan todos muy bien, cada uno fue elegido por alguien. Pensad que, esto que en este caso es una putada para el jurado impopular, es una bendicion cuando compruebas que tu nunca te enamorarias del chico que le gusta a tu mejor amiga o a tu hermana, ¡bendita variedad de gustos! que diría Sor Ana. Claro que el dia que me encuentre a Johnny Deep tendré un disgusto con mi hija, por eso no voy a Francia, porque quiero mucho a mi hija