Muerte de un nacional, Rebecca Pawell.
Por Luis Ángel Clemente.
Esta novela criminalista se desarrolla en el Madrid del día siguiente de acabar la guerra, una capital que, en un principio se nos presenta como un paseo expectante por unas calles ante un futuro incierto marcado por la muerte execrable, pero en la que luego se urde una historia policíaca que protagoniza un sargento de la Guardia Civil, empecinado en descubrir el asesinato de un cabo amigo suyo. Y así, entre los contrastes entre la esperanza y la desesperación, la mentira y la conservación, la honra y la vileza, la resignación y el inconformismo, el lector deambula a través de los elementos genuinos de la novela negra, en especial las pesquisas, que en este caso se materializan en las páginas de un cuaderno escolar hallado en el lugar del crimen.
El arte de matar dragones, Ignacio del Valle.
Por Amparo Prados.
Arturo Andrade es un teniente del Alto Estado Mayor al que se le encomienda recuperar una tabla pre-renacentista que desapareció en el traslado de los fondos del Museo del Prado entre 1936 y 1939. Los rastros de la obra le depararán a nuestro protagonista recorrer la España más profunda cercana a la Guerra Civil. La novela cuenta sus investigaciones para encontrar el cuadro y descubrir otras muchas historias en torno a esta que forman parte de una tela de araña compleja.
Es un honroso homenaje a Don Quijote con una trama inteligente. La novela engancha, un puzzle para encajar, lectura muy recomendable, nada que envidiar a muchos best-sellers.
La tristeza del samurai, Víctor del Árbol.
Por Guillermo Muñiz.
María Bengoechea, una abogada joven, ambiciosa y de prestigio, pero enferma, en la Barcelona de 1981, con el 23 F por ahí rondando.
Isabel Mola, esposa de un hombre importante del Movimiento en la Extremadura de 1941, con el franquismo en plena juventud y lozanía.
Dos historias con las que la novela comienza, que consiguen que te enganches rápidamente y vayas encaminándote hacia donde esas historias se encuentran.
Muchos personajes variopintos, hay malos, hay violencia, hay política, hay mucha desazón. También hay muertos, y muertos en vida, descreimiento, cutrez, tristeza, arrepentimiento y hasta un poquito de esperanza en algún momento. Tiene de todo, hasta algún gazapillo histórico y alguna explicación de más, fácilmente perdonables.
Aunque tiene altibajos, te mantiene interesado, y el final, siempre difícil, está bien resuelto.
Leedla, sin duda.
2 comentarios:
Enhorabuena a LUIS, AMPARO Y GUILLERMO por sus reseñas. No sé por cual empezar pues todos me parecen interesantes. Feliz año nuevo y nos vemos el martes.
Por fin !!!!me he animado a entrar en el mundillo de los bloggs y de los comentarios.....crear cuentas y teléfonos móviles...cambio de año, cambio de actitud respecto a la tecnología.
Lo dicho por Cristina anteriormente no sé por donde comenzar a leer, que buenas son las reseñas.
¿Nos vemos el martes? ¿Qué martes..? el día 10 de enero???.
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