Cuates, ahora sí que hay tomate, que diría Luis. Y además del bueno.
Los acontecimientos se precipitan, las emociones se disparan y el espectáculo está servido, merced a la capo Serrano, más conocida como Hada Traviesa por estas latitudes
No digo más.
Bueno, sí, que siga la fiesta, que ya casi se vislumbra la oscuridad que espera, paciente, al final del túnel.
Veneno intuía el peligro, no en vano, llevaba años viviendo al borde del precipicio.
Se recordaba a ella misma con 17 años, aquel viaje de estudios a Túnez, y aquel hombre... aquel hombre que le destrozó la vida para siempre.
Y se recordaba meses después, dando a luz a una niña, su hija, a la que sólo pudo abrazar durante una hora, porque aquel hombre se la arrebató de los brazos con amenazas.
Habían pasado 24 años, pero Sofía siempre se las ingenió para ver a su hija desde lejos. Leila se llamaba, ese era el nombre que le puso aquel bastardo, aquel ser despreciable que se la arrebató de las manos.
Aquel bastardo la había visto crecer, y estaba completamente segura de que jamás le habló a Leila de su madre. De eso, y de que cada día, cuando aquel mal nacido miraba a su hija, tenía que verla a ella, a Veneno: ¡Leila tenía sus mismos ojos azules!
Pero ahora las cosas se estaban complicando, Mauricio le había contado algo sin darse cuenta de todo lo que le contaba y Veneno sabía que su hija estaba en peligro. Y tenía que actuar, tenía que hacer algo.
Y no se equivocaba, las madres nunca lo hacen, como pudo comprobar cuando vio a Leila caminar deprisa y asustada y una sombra detrás de ella, una sombra que entonaba una canción:
- Tengo una muñeca vestida de azul...
Continuará
2 comentarios:
A ver, que ya dije que yo no tengo nada que ver con los asesinatos.
Y en cuanto a esa muñequita vestida de azul, va a ser mejor que le deis un poco de jarabe … con un tenedor.
No digo más que luego todo se sabe, saludos!!
Si al final va a ser una mujer la que tenga que hacerse cargo de la situación, en vista de como se están poniendo las cosas.
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