Inauguramos, como amenazábamos en nuestra peculiar carta de presentación, una sección semanal en la que, miembros de este vuestro selecto y psicopático club, y algún que otro invitado excelso pero igualmente desaprensivo, iremos dando vida a esta peculiar microversión del clásico “Cadáver exquisito”.
Las reglas, son sencillas: no más de 200 palabras por entrega, y que la historia avance de forma lo más coherente posible. Y para abrir la veda, la primera y peor entrega de nuestra particular micronovela. Sé optimista, de ahora en adelante, ya sólo puede mejorar….
Era tarde de viernes en la biblioteca y, por fortuna para Mila, más tarde que viernes. Media hora, y podría dar la bienvenida al ansiado descanso del becario, cien veces más merecido que el del guerrero.
Un último esfuerzo, se dijo. Disimula. Finge que no tienes ganas de mandarlos a la mierda. A ellos y a sus novelas negras como la mierda.
Mientras prodigaba maldiciones gitanas a todos los miembros del último Club de lectura en abandonar el edificio, Mila ensayaba su mejor sonrisa falsa y empujaba su carrito repleto de bodrios en dirección a su despacho, pensando amargamente que, aparte de para estar más explotada que Kunta Kinte, haber logrado ser la primera de su promoción, únicamente le había servido para batir el récord mundial de insultos por segundo. Lástima que no hubiese forma de demostrarlo, su madre estaría la mar de orgullosa.
No obstante, dudo sinceramente que exista titulación, o serie televisiva, capaz de prepararte para lo que la buena de Mila encontró esa tarde. O si no, listillo, dime, ¿qué harías si, tras regresar al aula donde despachaste, hace apenas quince minutos, a los amantes del crimen literario, te topases con un cadáver?
1 comentario:
Espero que la micronovela avance pronto. Por cierto, un diseño chulo el del blog.
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