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jueves, 29 de julio de 2021

La hora de las gaviotas


 La hora de las gaviotas, de Ibon Martín

 por Miguel Esparcia

Tenemos fama de ser malas, oportunistas y de abrir las bolsas de comida de los humanos descuidados cuando van a la playa. Pero eso  sólo lo hacen las  gamberras de las jóvenes o las viejas gaviotas cuando se demencian. El resto  sobrevivimos con lo que nos echan, haciendo una labor higiénica que nunca nos reconocen.

Soy macho y vasco, nacido en Getaria, pero el amor por una pájjara  de cuidado, con un “piquito” y  una manchita roja que ni os cuento, han hecho que me haya trasladado a Hendaia, ya en Francia, para visitar a la cuadrilla.

Hoy es un gran día, la Bandera de Donosti, soy aficionado a las traineras, así que aunque estoy con las tripas un poco sueltas por la cena de ayer, me voy “pa” la Concha.

Seguiré la costa, así no me pierdo y si he de parar por la tripa, pues mira, cerca la tengo.

Viento en calma, nubes altas...... allá que voy. Primera escala, cruzo el Bidasoa y  a ver si llego a Hondarribia  y luego rumbo 270º.......

¡¡PUM, PAM, PUM!!, esos disparos asustan a nuestra alada amiga, sus tripas se estremecen y no puede evitar lo inevitable...... algo cae a plomo, disgregándose en el aire,  posiblemente la cena de anoche.

Los restos caen en medio del caos, gente uniformada corre, plásticos negros se elevan con odio,  insultos que se  precipitan desde los balcones. Gritos de pavor, unos corren sin rumbo, otros huyen tropezándose.....y en el centro un reguero de sangre descendiendo la pendiente entre adoquines. Un cuerpo sin vida. una mujer  desangrada  en medio de todo ese maremagnum.

Así comienza esta novela trepidante, fugaz, cruda y cruel.

Novela que nos traslada a Hondarribia, precioso municipio fronterizo, que entre una belleza extrema esconde como en las mejores familias... conflictos internos que sacan a la luz sentimientos de lo más bajo y deleznable. Estamos en el Alarde, celebración el 8 de Septiembre, en honor a la Virgen de Guadalupe. Advocación en la que el pueblo de Hondarribia se  refugió para liberarse del asedio  de las tropas Francesas en 1639. Renovando anualmente dicho agradecimiento con un desfile que en las últimas décadas es foco de disputas, insultos y odio.

Mediáticamente lo tiene todo, y es allí adonde envían a la UHI  (unidad de Homicidios de Impacto) de la Ertzaintza.

Ane Cestero y su equipo se hacen cargo del caso, pero no sin dificultades.

No son queridos en el pueblo, ni por los ertzainas del lugar, no son bienvenidos a hurgar en los odios domésticos.

Contra viento y marea, se inicia la investigación. En una atmósfera que emana  costumbrismo, tradiciones, malos tratos, machismo. La sangre no queda limitada a los adoquines de la calle Mayor, habrá más.... ¿ lo dudabas?

Novela  adictiva, ágil, con giros inesperados y sorpresas que llevan al lector a seguir con ahínco la trama. Descripciones  detalladas, no barrocas ni empalagosas, pero si suficientes para ubicarse en la zona de una manera casi virtual. Se nota que nuestro autor está versado en libros de viajes. Los personajes están bien perfilados, muy cuidados. Ane Cestero es el principal, pero rodeado de un coro de secundarios a cuál mejor construido.

Ibon Martín,  donostiarra de origen, nos presenta esta segunda entrega de la serie dedicada a la UHI de la Ertzaintza. La anterior, titulada “La Danza de los Tulipanes”, es de lectura recomendable pero no imprescindible antes de la que hoy tratamos. Ambas negras, con suspense, incluso con rasgos de thriller..... una gozada para ser leída en el club de las Casas Ahorcadas. Me consta que Ibon, al que por avatares del destino conocimos en un festival, estaría deseoso de visitarnos... a ser posible en vivo y en directo. No se puede consentir que ya que han pasado por aquí Jon Arretxe, Noelia Lorenzo, Mikel Santiago.... nos falte uno de los autores vascos con más presente y futuro  dentro del panorama literario actual. 


viernes, 23 de julio de 2021

El Premio Hammett de este año

 

El pasado viernes se falló en la Semana Negra de Gijón el premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra publicada en castellano justo cuando una de nuestras negritas ultimaba su reseña.

Y aquí la tenéis.

Una propuesta necesaria para una novela imprescindible

 

Catedrales, de Claudia Piñeiro

Por Almudena Torrijos

Claudia Piñeiro (Argentina 1960) es escritora, guionista de televisión y dramaturga. Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine, como Las viudas de los jueves o Tuya. Ella misma refiere que en un viaje de trabajo vio un concurso de novelas y pensó: “vuelvo y me pido vacaciones y escribo una novela porque si no, yo me voy a quebrar”; y bendito el momento en el que dejó las auditorías para dedicarse a la escritura. Su obra ha sido premiada a ambos lados del océano atlántico, y acaba de recibir el Premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón en la edición de 2021 con la obra Catedrales (Alfaguara)

 

SINÓPSIS: Hace treinta años, en un terreno baldío de un barrio tranquilo, apareció descuartizado y quemado el cadáver de una adolescente (Ana). La investigación se cerró sin culpables y su familia -de clase media educada, formal y católica- silenciosamente se fue resquebrajando. Pero, pasado ese largo tiempo, la verdad oculta saldrá a la luz gracias al persistente amor del padre de la víctima

Estamos delante de una historia familiar, o mejor dicho una historia marcada por un hecho salvaje y doloroso que, lejos de unir a la familia de Ana, la resquebraja y determina las decisiones y supervivencias de todos ellos. Es el tesón del padre de Ana (Alfredo) y su necesidad de encontrar la verdad sobre cómo y porqué murió su hija lo que sustenta su investigación al margen de los cauces oficiales.

Se trata de una novela coral, contada por 7 personas cercanas a Ana o al hecho de su muerte. Dan voz y luz a los acontecimientos que sucedieron y que han propiciado un presente tan distinto para cada uno. Estas 6 personas explicarán su verdad, lo que saben, lo que recuerdan o lo que justifica su actual presente.

La séptima voz, la del padre, cerrará estos diálogos en un epílogo sincero, intimista y con toda “la verdad que es capaz de soportar”. Expone en su monólogo la responsabilidad personal de nuestros actos cotidianos, el amor más allá de los apellidos o convenciones sociales, la creencia en una familia funcional, el ateísmo como valentía y la fe con la esperanza de poder sanarse él y a los que más quiere.

Todas estas voces, con sus saltos temporales y elipsis, nos acercan a la historia de Ana antes de su muerte, a lo que sucedió el día que falleció y las consecuencias en las personas cercanas a ella. Cada narrador aporta con su memoria una verdad colectiva y en muchos casos nada placentera. Es una novela de personajes, intimista y profundamente reflexiva, donde también en ella subyace la crítica social y sobre todo la crítica a la hipocresía.

La novela se desarrolla en Buenos Aires, ciudad manifiestamente vinculada a “la memoria de “las madres”, con instituciones enraizadas como la iglesia católica, la familia y la justicia. Esta obra ahonda en estos conceptos y la relación que se establece entre ellos, y es importante no separar el contexto porque late en el libro y nos recuerda épocas no tan pasadas de un tiempo similar en España.

La trama resulta dolorosa porque los conceptos de familia, ideología, amor, justicia, fe, responsabilidad etc. Nos resultan cercanos, y porque todos y cada uno de ellos pudieran acercarnos a tomar decisiones drásticas como los personajes, a declarar en voz alta nuestros principios y huir por no asfixiarnos, a errar en nuestra conducta por ser dogmáticos, a abandonar por dolor o a olvidar para no morir… No resulta tan inverosímil el argumento si pensamos en ello.

No es una novela donde la trama pudiera resultar imprevisible, pero sí resulta atroz; no te pierdes en la multitud de los personajes, pero sí en el fanatismo de algunos de ellos; no es un libro negro al uso aunque la negrura de sus narradores puede agobiarte. Y nos guía a seguir pensando sobre si es necesario saber la verdad siempre y aunque duela y sobre si la justicia es justa.

Me queda señalar la excelencia del paratexto del libro, las citas con las que introduce a cada narrador abren las ganas de leer a Buñuel, Borges, Raymond Carver o el mismo Génesis. Y reconozco que me gusta cuando un libro me abre las puertas a otros narradores y obras, buscar las fuentes en las que ha bebido para enlazar cada personaje con dicho epígrafe. 

Poco más puedo decir, ¡ah, sí! Esta novela es, como señala la RAE (Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed), literatura: “arte de la expresión verbal”.


lunes, 12 de julio de 2021

Cuéntame cómo mató

 

PENITENCIA, DE PABLO RIVERO

Por Alberto Val


Comenzamos Verano negro, nuestra sección de recomendaciones criminales para matar el rato en vacaciones, con recomendación ideal para estas fechas del gran autor y mejor persona Alberto Val, un thriller del escritor y actor  Pablo Rivero, famoso por encarnar al hijo mediano de los Alcántara en esa versión costumbrista de la historia interminable llamada Cuéntame.

A ver quién es el guapo que después de la reseña no se lanza a por la novela.

 

 Jon, un afamado actor con una trayectoria impecable, necesita respirar. Lleva veinte años interpretando al mismo personaje, un asesino en serie en la serie más longeva de la televisión española. Y tanto matar, claro, requiere descanso, no sea que el papel traspase la pantalla. Muchos años haciendo de una persona que no es le atormenta y hasta tiene dudas de si realmente él es un asesino en serie, porque ser actor supone pasar “la mayor parte del tiempo intentando impregnar al personaje con tu esencia para que cobre vida”. No lo digo yo, lo dice el propio Jon, y si él lo dice, habrá que hacerle caso…

Lo dicho, el protagonista de Penitencia necesita descansar y se retira a una casa perdida en un bosque aledaño de un pueblo perdido de Madrid. No hay diferencias entre actores famosos y gente mundana: todos elegimos el pueblo para desconectar. Solo que, en el caso de Jon, esa casita esconde mucho más de lo que vemos a primera vista. Bueno, la casita, el pueblo y él mismo tienen mucho que contarnos.

Jon se retira con la intención de conocerse a sí mismo, de saber en qué momento de la vida está y si realmente quiere seguir interpretando al famoso asesino en serie que tiene a España en vilo en cada capítulo. Esa lucha interna poco a poco saltará de su cabeza a los hechos, porque a pesar de encontrarse realmente apartado, una serie de escabrosos sucesos le acompañarán hasta el punto de temer que se convierta en el personaje que interpreta.

Cabe destacar que el peso de la novela, como no podía ser de otra forma, recae en el propio Jon. De hecho, hay que avanzar muchas páginas para encontrar interacción con otros personajes, lo cual dice mucho de la maña de Pablo Rivero para mantenernos en tensión y lograr que conectemos y empaticemos con el protagonista. Para hacer un thriller así se necesita un personaje principal muy bien construido, lo cual consigue a la perfección y, una vez inmersos en la lectura, todos nos sentimos un poco Jon. Desconcertados, aturdidos, temerosos… iremos conociendo el devenir de la novela con las mismas sensaciones del protagonista.

Como todo buen thriller que se precie, la trama irá creciendo con el paso de las páginas y todas nuestras expectativas saltarán por los aires según se acerca el clímax final. También el ritmo, que pasa de ser relativamente lento (necesario para ponernos en la piel de Jon y conocerlo lo mejor posible) a convertirse en una novela casi de acción, con un tramo final que se lee en un suspiro. Ayuda, y mucho, la pluma ágil del escritor y que los capítulos sean más o menos cortos. En definitiva, se trata de una novela oscura y perturbadora, con un estilo propio que no podrás abandonar hasta el punto y final.

Si de por sí el argumento es llamativo, todavía tiene un puntito más de morbo conocer quién es el escritor. Ya he mencionado que se trata de Pablo Rivero, quien tiene un punto en común con Jon: él también es actor y forma parte de la serie española más longeva de la televisión, aunque en la ficción es un periodista en vez de un asesino. Aun así, no deja de ser curioso el proceso de un actor para trabajar un personaje y verlo reflejado en esta novela, con el peligro que conlleva de que el personaje engulla a la persona.

Quién es Pablo Rivero

Licenciado en Comunicación Audiovisual, es conocido por interpretar a Toni Alcántara en la serie de TVE ‘Cuéntame cómo pasó’. Todos hemos crecido con él (o, mejor dicho, todos le hemos visto crecer) y, tal vez por ese motivo, nos cuesta verle en otras facetas, pero Pablo Rivero es mucho más que un actor. En esta reseña nos centramos en su labor como escritor, de la cual ‘Penitencia’ es su segunda novela. Con anterioridad lanzó otro thriller, ‘No volveré a tener miedo’ (2017), pero no la última, puesto que este 2021 lanzó su tercera obra, ‘Las niñas que soñaban ser vistas’, también enmarcada en el mismo género. En las tres novelas, ha recibido muy buenas críticas y ha sido muy bien acogido por el público.

miércoles, 7 de julio de 2021

Absolución por asesinato, de Peter Tremaine.

 



Por Amelia Carrillo

 En nuestro ciclo de novela criminal histórica, los lectores de este  club de lectura hemos transitado por la abadía benedictina conocida por su fabulosa biblioteca sita en algún lugar de  los Alpes italianos en el siglo XIV, de la mano de Umberto Eco. Después hemos retrocedido en el tiempo hasta el siglo XII, para adentrarnos en la abadía, también benedictina, de Sjrewsburry, cerca de Gales, guiados por Ellis  Peters, con su Fray Cadfael. Ahora toca dar otro salto atrás en el tiempo, retroceder hasta el Siglo VII y colarnos en el sínodo de Whitby, que se celebra en el monasterio de Streoneshalh, dirigido por la abadesa Hilda. Y lo haremos de la mano, o mejor dicho de “la pluma” de Peter Tremayne , seudónimo de Peter Berresford Ellis, especialista en la cultura celta, miembro de la Royal Historical Society, de la Irish Literary Society y Doctor Honoris Causa por la University of East London y desde 1975 dedicado exclusivamente a la literatura. Tremayne  ha creado un personaje, la Hermana Fidelma, una religiosa celta  protagonista  de una de las series de intriga histórica de mayor éxito en Europa.

 ¿Por qué recomiendo su lectura? Aunque se trata de una novela de evasión, está muy bien ambientada en el tiempo y en el espacio. Con magníficas descripciones del paisaje de la inhóspita y acantilada costa al noreste de Inglaterra, donde se localizaba el reino de Northumbria, que estaba bañado por el mar del norte y limitaba al norte con Escocia.  Allí está situada la  abadía celta de Streoneshalh , donde van a ocurrir unos misteriosos asesinatos en los días que tiene lugar el sínodo de Whitby que pretende reconciliar las divergentes posturas entre la iglesia de Roma y la de Columba de Iona, conocida como iglesia celta.

A una buena ambientación hay que unirle un documentado contexto histórico que transcurrirá en  perfecta simbiosis con el argumento de la ficción, y en el que se desarrollará la trama: En el año 664 la Iglesia Romana y la Iglesia celta están más enfrentadas que nunca. La situación es muy delicada y puede desencadenarse una guerra de religiones que divida Europa. A la sombra de los conflictos religiosos se oculta una lucha por el poder y se prepara una conspiración contra el rey Oswio de Northumbria, en la que están implicados sus propios hijos.  Sor Fidelma, una joven monja de obediencia celta especializada en Derecho, por encargo del propio rey y de la Abadesa Hilda, deberá resolver unos misteriosos casos de asesinato en compañía de Eadulf, monje católico, sajón, con el que, a pesar de una inicial suspicacia, para sorpresa de la propia Fidelma, terminará empatizando, o puede que algo más…

Los asesinatos y la investigación se producen dentro de los muros del monasterio que acoge a  los representantes de las distintas delegaciones que han sido invitados al sínodo, y son tan estupendas las descripciones del lugar que el lector se siente dentro de sus instalaciones, sus celdas, su apotheca, su capilla,  acompañando a los personajes en su deambular por los corredores…

 Otro valor de la novela son sus personajes. Unos personajes femeninos fuertes, unos ficticios y otros históricos:

 Sor Fidelma: es una mujer inteligente, segura, sumamente independiente. Se hizo religiosa para poder desarrollar su carrera legal, ya que los monasterios eran los centros intelectuales de la época y en los de la iglesia celta la mujer tenía la misma consideración que el hombre.

Etain: Abadesa de Kildare: Su reconocida oratoria le permite discutir de igual a igual con obispos, arzobispos y abades y la convierten en la representante natural de la corriente celta en la reunión.

Hermana Gwid: secretaria de Etaín, por sus habilidades como intérprete.

Hilda: Abadesa de Streoneshath, donde se celebra la reunión, una mujer que dado su puesto ejerce un importante poder político en la zona.

Madre Abe: Hermana del rey Oswio, seguidora de la corriente Celta, quiere inclinar a este a  elegir a la Iglesia de Columba.

Como se ve, todas ellas son mujeres cultas y con poder.

 De los personajes masculinos, el más relevante es Eodulf: Acompañante del arzobispo Deusdedit, se ha educado primero en el monasterio de Dorrow y más tarde en la Famosa escuela de medicina de Tuaim Becain, ocupa su cargo actual junto al arzobispo de Canterbury.

 Otros muchos personajes son históricos, como:

 Oswio, rey de Northumbria, uno de los convocantes de la reunión, su decisión de seguir a la corriente celta o romana de la Iglesia arrastrará a los otros pueblos sajones.

Wilfren de Ripon: Dirige a los defensores de Roma en Northumbria.

 Desusdedit: obispo de Canterbury.

Alhfrith: hijo de Oswio, quiere suceder a su padre a toda costa y trama contra él frecuentes intrigas, pero no tiene ninguna posibilidad porque no es el heredero natural.

Es verdad que es tal la cantidad de datos relativos a la época que aporta que a veces ralentiza la trama, pero yo, personalmente es un precio que pago muy a gusto porque me aporta conocimientos muy interesantes.

 Y para terminar, sigamos el consejo de la abadesa Abbe: “dum vivimos, vivamus” “mientras vivimos vivamos” y yo añado: también  “leamos”.