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miércoles, 28 de agosto de 2019

Los Divinos, de Laura Restrepo



 
Por Raquel Ferreras.
 
“Los monicongos son dos, y el más chiquitito se parece a vos”.
Así comienza esta gran novela que también podría titularse “Los Elitistas” o “Los Intocables”, haciendo referencia a nuestros protagonistas: “Los Tutti Frutti”. Cinco hombres jóvenes de la clase alta bogotana que, siendo adolescentes y compañeros de clase del Liceo Quevedo, donde se educan los futuros dirigentes del país, deciden crear dicha Hermandad.
Es uno de ellos, “El Hobbit”, el que nos presenta a los personajes dedicando un capítulo a cada uno. En estas páginas nos da a conocer sus características personales, familiares y psicológicas. Además del narrador, este grupo está formado por:
“Muñeco”, alias Chucky, dicharachero y gracioso, pero también matón y putañero, afectuoso y perverso.
“El Duque”, alias Nobleza. Príncipe burgués, dueño de grandes heredades. Novio de Malicia.
“Tarabeo,” alias Taraz. Hombre guapo y casado con María Inés, rodeado siempre de mujeres jóvenes y bellas.
“El Píldora”, alias Pildo, es un tipo normal. Y un tipo normal, dice Gabriel Tarde, es el grado cero de monstruosidad. Es el típico amigo que siempre está deseando ayudar.
Y, como ya he dicho antes, nuestro narrador, “El Hobitt”, el último en entrar en el grupo, siempre metido en su cueva, dedicado a sus lecturas y a sus traducciones. Aún no sabe cómo pudo juntarse con esta gente. Ve la vida desde un prisma muy diferente a sus compañeros. Se siente como un infiltrado, pero la lealtad a la hermandad le hace mantenerse junto a ellos.
 El contrapunto femenino es Alicia, Malicia, mujer enigmática y de rompe y rasga que tiene el papel de novia sumisa con el duque y otro muy distinto con el resto.
Todos ellos celebran cada año en una de las fincas de El Duque “El paseo del Póquer”. Una fiesta de cinco días donde aislados e ingiriendo grandes cantidades de alcohol, dejarán aflorar muchos demonios que llevan dentro.
 Y llegados a este punto, he de deciros que estos personajes son inventados, pero que la autora se inspiró en un hecho real: el secuestro, violación y muerte de una niña de siete años a manos de un joven de clase alta de la sociedad colombiana en 2016. Aunque la agresión no se nos presenta hasta la segunda parte del libro, donde la víctima siempre es nombrada como “La Niña”.
Laura Restrepo reinterpreta los hechos y llega más allá del crimen narrado. Nos lleva a conocer los recovecos más oscuros de toda una cultura. En este momento es cuando vemos la relación de los “Tutti Frutti” con la niña. ¿Será uno de ellos el culpable o tendrán todos algo de responsabilidad?
 
A lo largo de la novela, al margen del crimen, vemos mucho maltrato y abuso hacia las mujeres. sobre las empleadas del hogar, prostitutas, amantes, hermanas, madres y esposas. Es la tónica dominante.
Restrepo retrata la anatomía y psicología de un monstruo y reflexiona sobre la mente humana, la frivolidad, el machismo y la incapacidad de desarrollar un comportamiento maduro y responsable.
Esta lectura no te deja indemne, las páginas te provocan miedo, angustia, ira y desesperación. Es un homenaje a La Niña y a todos aquellos que han sido víctimas de la violencia en una sociedad que crea monstruos capaces de cometer grandes infamias.
 
El libro ha sido un doble descubrimiento para mí. Por un lado he conocido a una autora con una gran prosa, y al mismo tiempo he descubierto una obra escrita con maestría, ritmo y poesía. Usa un lenguaje coloquial propio de Bogotá, pero al mismo tiempo cuidado, lírico, muy descriptivo, que nos recuerda a Gabriel García Márquez o a Vargas Llosa.
Laura Restrepo (Bogotá, 1950) ha escrito numerosas novelas y recibido gran cantidad de premios como el Alfaguara, el Sor Juana Inés de la Cruz, el Prix France Culture, el Arzobispo Juan de San Clemente, el G. Cavour, el Antonio Gala. Actualmente vive en Barcelona y José Saramago dijo de ella: “Cuando el nivel de escritura llega hasta donde lo llevó Laura Restrepo hay que quitarse el sombrero”.

miércoles, 21 de agosto de 2019

CORAZONES NEGROS, de Noelia Lorenzo Pino



Por Cristina Asensio

 
Con esta novela, publicada en 2018, su autora ha sido finalista al premio Hammett de la Semana Negra de Gijón de este año.
 
Noelia Lorenzo Pino nació en Irún en 1948, es profesora de corte y confección y, aunque su carrera profesional se relaciona con el mundo de la moda, desde 2013 en que publicó su primera novela negra, Chamusquina, ha desarrollado una exitosa carrera literaria, siendo la primera mujer que edita la colección Cosecha Roja de Erein.
En 2015 publicó La sirena roja, la primera de la serie protagonizada por los agentes de la Ertzaintza   Eider Chassereau y Jon Ander Macua. A esta siguió La chica olvidada, de 2016, y en 2018 la tercera de la serie, Corazones negros.
 
En una entrevista, la autora manifestó “Si el muerto te atrapa en las primeras páginas, ya estás metida en la novela”, será por esto que la historia comienza con la muerte de Anna Karlatos, una chica esclavizada y obligada a ejercer la prostitución que ha decidido escapar de esa situación aunque hacerlo le cueste la vida, como de hecho así es.
Los encargados de la investigación son la agente Chassereau y el suboficial Macua que, a medida que avanzan en ella, descubrirán la vileza que encierran algunos seres humanos, esos corazones negros que no se detienen ante nada para conseguir sus propósitos.
Trata de seres humanos, prostitución, tráfico de drogas y corrupción policial son los temas que aparecen a lo largo del recorrido que siguen en la investigación del caso. Un recorrido que les lleva hasta la muerte de un oficial de la Ertzaintza ocurrida dos años atrás, a la que se quiso echar tierra, desembocando en un final sorprendente que antes se ha cobrado otras víctimas inesperadas.
La narración arranca en tercera persona, con un narrador omnisciente que nos descubre no solo lo que va aconteciendo sino los sentimientos de los personajes y sus relaciones personales. Para dar realismo a la situación por la que atraviesan las chicas que sufren la explotación sexual, la autora utiliza a una de ellas que narra en primera persona su penosa existencia, aportando detalles de su vida en ese cautiverio, de su miedo y desesperanza.
Los personajes de serie son los miembros de la Ertzaintza que ya conocemos de las dos entregas anteriores. La agente Chassereau y el suboficial Macua, ya citados, junto a la jefa Juncal Baraibar, son los que llevan el peso de la narración. Con ellos el cabo Peio Campos y el agente Eneko Pérez. A estos personajes se les da un protagonismo muy relevante, de tal manera  que además de la trama principal las vivencias de los mismos, su interrelación personal y afectiva son un gran aliciente en la historia. A estos se unen en la novela que nos ocupa otros personajes secundarios muy bien trazados, como los sicarios Mastín y Rodrigo, el todopoderoso Castillo, el misterioso Vikingo, que nos hará sospechar de todos.  Y ayudando en la búsqueda de los malos, personajes marginales como Abel el hacker e Ibón, extoxicómano, a los que recurrir extraoficialmente  en busca de información.
Los escenarios de la obra son ciudades del País Vasco, concretamente Irún, Oiartzun y Donosti, los mismos que hemos recorrido en las novelas anteriores, añadiéndose en este caso Bilbao, aunque el ambiente no se percibe tanto a través del entorno geográfico como del atmosférico, la lluvia, la bruma, la humedad.
Mi impresión personal es que es una buena novela, que se lee bien, sin perder el interés en ningún momento. Aunque el tema parezca manido, la manera de abordarlo lo hace nuevo. La autora utiliza un lenguaje directo , sin artificios ni concesiones, que te hace avanzar sin darte cuenta en la lectura. Los diálogos son francamente buenos y maneja los recursos coloquiales de manera magistral, utilizando los registros adecuados a cada uno de los personajes.
Y mi recomendación, si no has leído nada de Noelia Lorenzo Pino, es hora de que empieces.

martes, 13 de agosto de 2019

BAC de Segismundo Yojarranza




Por Begoña Carretero.

 

Un ex – alto cargo del Partido Popular, Javier Castro, aparece empalado en su chalet de Ibiza. Su cuerpo presenta signos de violencia y en la espalda marcada con sangre están las siglas BAC y la palabra corrupto.

Para descubrir al culpable,  el Gobierno conforma un equipo con jóvenes investigadores de grandes cualidades. Como Eva, la capitana de la Guardia Civil  encargada de coordinar la investigación. Diego, un mosso d’esquadra experto en interrogatorios y lenguaje corporal, Olga, que les ayuda desde la oficina, o Álvaro, un policía nacional experto en delitos informáticos.

Pero cuando el equipo se desplaza a la finca de Castro, no encuentran ninguna pista fiable, y pronto tendrán que dirigir sus pasos a Jaén, donde han asesinado a un alto empresario que también han marcado con las siglas BAC.

Estos asesinatos hacen que la clase gobernante sienta pánico, piensan que alguien se ha tomado la justicia por su cuenta o está tapando la boca a algunos para que no hablen, la gente de la calle está a favor de los asesinos, hartos de tanta corrupción y de que los ricos tengan cada vez más poder,  y los investigadores descubrirán cosas que no les agradan.

Entre reuniones a través de skype, interrogatorios, detenciones, sesiones de sexo, conversaciones borradas de whatsapp, iremos poco a poco descubriendo una trama que destaca por su verosimilitud, pues según vas avanzando en la lectura vas comprobando, puede ser la historia real de la España actual.

 

BAC es la primera novela de un autor que se oculta tras el seudónimo de Segismundo Yojarranza (fíjate bien en el apellido, algo nos dice), una obra mezcla de novela negra y thriller politiciaco que fue número 1 en Amazon.

Nacido en Bilbao en 1969, Yojarranza Estudió en un colegio de curas. Tras dejar Medicina y Derecho, probó fortuna como músico en varias bandas de punk y rock. Después se dedicó durante un tiempo a la escultura, la pintura, la mímica, los malabares y el porno. Tras fracasar en todas esas disciplinas artísticas, ahora trata de demostrar su valía con la literatura.

 Sin formación ni trabajo fijo, Segismundo se atreve a escribir una novela negra, un thriller retratando  la España actual, con sus crisis económicas y sociales, problemas políticos y corruptelas. Comenzó a escribirlo en el mes de Junio de 2015 con un portátil prestado al que le fallaban las letras “S” y “X”, aparte de la batería, y en mayo del 2017 “BAC” salió publicado con los ingresos se compra su propio portátil (pagándolo a plazos). Como ve que tiene éxito decide escribir BAC2 (Tabula Rasa) finalizada en marzo del 2019 y publicada en abril del mismo año.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Cuando es invierno en el mar del Norte, Leticia Sánchez Ruiz.


Por Almudena Torrijos.

Resumen de la editorial:
 “El cadáver de Antonio Trigo aparece en una playa cercana a la tormentosa Isla de Or, un entorno prácticamente inaccesible, oculto bajo el espeso manto de la leyenda. En la cima de la isla se levanta un antiguo manicomio, hoy mansión residencial de la familia Larfeuil. A pesar de que nadie conoce a Trigo, todos sus miembros son sospechosos de asesinato.
En una tarde encerrados en una habitación, mientras el inspector Pambley los interroga uno a uno, Guillermo Larfeuil se preguntará quién de los suyos podría ser el asesino. Al mismo tiempo, todos los cadáveres de la familia irán saliendo a flote.
 Por otra parte, Dora, una periodista cultural en paro obsesionada con la muerte de Trigo, comienza una frenética investigación para tratar de resolver el crimen. 
En una pequeña ciudad del norte en que casi todos sus habitantes han cruzado sus caminos alguna vez, Dora intentará averiguar las razones últimas del crimen, mientras Guillermo indaga en el oscuro pasado familiar de los Larfeuil. .
 
Comentario:
 
El libro está titulado con un verso de Ángel González, (poeta español  de la generación del 50 y Premio Príncipe de Asturias en 1985) Poema que destaca por la simultaneidad de acontecimientos en dos lugares distintos: “Cuando es invierno en el mar del Norte/ es verano en Valparaiso… Eso sucede en el mismo tiempo, /pero jamás en el mismo día.”
Y posiblemente la importancia de la novela radica en la simultaneidad de un mismo hecho en personas diferentes, lugares distintos, días diferentes y emociones e impactos desiguales para un mismo acontecimiento. 
Sánchez Ruiz relata en primera persona este libro que tiene dos voces bajo el mismo pronombre: la de Guillermo Larfeuil y Dora.
Guillermo cuenta cómo el inspector Pambley interroga y cuestiona a toda su familia, ya que todos son sospechosos del asesinato de Antonio Trigo, al que todos afirman desconocer. Por qué matar a alguien que no se conoce, puede una persona de mi misma familia cometer un asesinato?, cómo es posible que entre ellos existan tantos secretos y desconfianzas siendo familia. 
De forma paralela, Dora, periodista cultural en paro y con una ruptura sentimental a sus espaldas,  se obsesiona por este asesinato, quizá porque  ha sido su ex suegro quien encontró el cadáver y en esta coincidencia hace descansar la culpa de su ruptura. Pero el hecho de ocuparse de manera tan personal de este asesinato, quizá solo sea por llenar su vacío, por huir de su propio abandono físico y emocional. Dora, al borde de una depresión,  necesita algo que le empuje a salir de casa, de ella misma, y juega a ser detective como vía de escape.
Como si de un cluedo se tratase, todos los capítulos te llevan a buscar por ti mismo al asesino en una isla aislada, con una familia histriónica y dispersa, uniendo pistas que suceden fuera de la misma, las que te cuenta Dora, las que se recogen en las noticias. Si pensamos un poco quizá una situación límite como esta  también haría emanar en nosotros todos los fantasmas y misterios que toda familia guarda.
Se trata de una obra de personajes, de historias ocultas, de emociones a las que a veces nos enfrentamos por no encontrarnos con nuestra propia realidad. Por eso los investigadores no son importantes, porque son los narradores quienes desgranan los hechos y la trama y con ello las razones y motivos sobre por qué podrías llegar a asesinar, y más aún, cuestionarte si alguien de tu familia podría llegar a matar.
Los espacios físicos de la novela son agrestes, grises y atormentados, bastante toscos y con una bruma perenne que parece impregnarse del ánimo de los personajes.
La narrativa está muy cuidada. El uso de dos narradores permite entrever qué sucede en espacios diferentes a éstos personajes y a los que les rodean. EL título me fascina porque describe a la perfección el libro: puede ser invierno en un lado del mundo y verano en el otro. Me acerca más a esa frase de “nunca sabes la batalla que está librando cada persona con la que te cruzas”. Esto mismo es lo que más me atrajo al acabar el libro, las situaciones tan opuestas que originan un mismo hecho. Las diferentes emociones por las que cobra interés un asesinato. La deriva de los acontecimientos que se suceden al encontrar un cadáver: resolver un asesinato, saber si entre tu familia se encuentra un criminal, olvidar tu propio dolor sumergiéndote en una búsqueda inexperta, ocultarte tras una trama por no sucumbir en una depresión. 
 
Por qué leí el libro? Por la fabulosa reseña que hizo Marta Marne en su blog:  https://leersinprisa.com/cuando-es-invierno-mar-del-norte-leticia-sanchez-ruiz/ Diría parafraseando el título de este libro que “donde ella señala resalta una obra diferente”. Y esta me ha gustado especialmente, porque la trama son los propios personajes, una no siempre necesita la adrenalina de un thriller para continuar leyendo, también necesito pulcritud, orden y armonía en el texto, y por supuesto literatura.
No sólo de palabras juntas vive la mujer.