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sábado, 11 de febrero de 2017

LADY KILLER


Qué, ¿ya echabais de menos vuestra ración de sushi literario?

Pues no dejéis de hincarle el diente a nuestro sabroso artículo en elemental sobre un viejo conocido de esta sección, Seishi Yokomizo, y sobre todo, de paladear la deliciosa reseña que el Grissom de Buenavista (y mejor oído, que el interfecto es otorrino), nos ha preparado.

¡Buen provecho! O como dirían en japolandia, ¡Itadakimasu!
 
 

Ladykiller, de Masako Togawa.
Por Miguel Esparcia.

 
Masako Togawa (1933-2016), ha sido una de las figuras con más éxito dentro de la novela negra japonesa. Mujer polifacética, siempre entregada a las artes, destacó en su país como cantante, actriz y   creadora de series televisivas de gran éxito.

Huérfana  de padre, en una familia en la que su madre tuvo que luchar para sacar adelante una familia numerosa en un país con una estricta estructura social, donde la mujer siempre ha estado discriminada, en un segundo plano, y en una época más que convulsa en el país nipón, podemos imaginar que sus inicios no fueron fáciles.

Comenzó como cantante de cabaret, consiguiendo un éxito notable, y  se ha pensado siempre que en sus creaciones  había algo autobiográfico.

Saltó a la fama cuando ganó el premio de novela negra Edogawa Rampo en 1962 con su primera obra, “la Llave Maestra”. Posteriormente publicó “Lady Killer” (1963) y “Un Beso de Fuego” (1985), con gran éxito de ventas a nivel mundial.

Cumple ciertos criterios característicos de la novela negra japonesa, que la diferencia de la occidental. La temática es cruel, sórdida. El sexo, los celos (el juego también), son ejes centrales del comportamiento de los personajes, y sobre todo, la venganza, el crimen, están hilados de forma reposada, parsimoniosa, incluso poética. No parece que hayan rencores satisfechos de forma iracunda o furiosa.

Los japoneses toman el té y el baño muy caliente, pero el crimen más bien lo prefieren en frío.

Lady Killer, ya desde su título, no deja lugar a la duda, hay una mujer asesina.

Una mujer que asesina por venganza. Venganza movida por la locura. Venganza sobre un Hombre, un canalla moral, que apaga sus necesidades sexuales insatisfechas con mujeres, también en cierto modo, necesitadas. Son sus trofeos, pero nuestro personaje, Sr. Honda, se caracteriza por ser un seductor, un Don Juan a la japonesa, un observador minucioso, un estratega, un hombre encantador…

Seduce a las mujeres, pero son amor de un día, es un verdadero depredador, pero un gentleman del amor efímero, si se me permite la expresión.

Es además un profesional con éxito, un casi héroe hematológico de la juventud, casado con una mujer de familia rica, pero ¿qué origina esa necesidad?  ¿De dónde nace esa insatisfacción?

La novela narra, de forma sencilla, ágil, rápida y cautivadora, una trama en la que la venganza no es violenta, no es física, no es sangrienta, pero no por ello menos atroz. Una orquestación de actos, datos, detalles que se ceban en nuestro Don Juan nipón. Un entresijo de fenómenos  que arrojan a nuestro personaje hacia  una muerte segura si no demuestra  su inocencia. ¡Qué paradójico!

 
Un rompecabezas que a base de una investigación laboriosa, llega a la conclusión del caso, no sin un giro final inesperado que sorprende al lector.

 
Una lectura rápida, agradable…. Y yo creo que recomendable. Del resto te encargas tú.

2 comentarios:

Cristina dijo...

Muy buena reseña, Miguel. Como he leído la novela, puedo decir que has captado perfectamente la esencia de la misma y nos lo has contado de forma magistral.

Miguel Esparcia dijo...

Muchas gracias. Es mi primera reseña de un libro y no quería desvelar nada pero sí contarlo todo. Agradezco el comentario, de corazón