¿Cómo, que no sabes quién es
Perfumo? Pues deja lo que estés haciendo y prepara tus maletas.
Los crímenes del Glaciar, de Cristian Perfumo.
Por Elena Martínez.
¿Alguna vez
habéis fantaseado con que un día un pariente lejano os deja una herencia
millonaria? Pues precisamente eso le ocurre a Julián, un chaval de Barcelona,
que recibe con sorpresa la noticia de que es el único heredero de Fernando
Cucurell, un hermano de su padre del que éste jamás le ha hablado. Y la
herencia consiste en algo de dinero en el banco, una urna con sus cenizas y…
¡un terreno en La Patagonia!.
Julián
atraviesa un mal momento después de que la relación con su pareja haya
terminado de un modo muy doloroso para él, así que cree que es buena idea
alejarse de todo e ir a recoger su legado. A su llegada a El Chaltén, un pueblo
idílico situado en el Parque Nacional de los Glaciares, continúan las sorpresas
al enterarse de que su propiedad es en realidad un hotel, que su tío construyó
, y que lleva abandonado desde que Fernando partió hace ya más de 30 años. Y,
por fin, la sorpresa mayor, al encontrar en una de las habitaciones del hotel
el cadáver momificado de un hombre que, según todos los indicios, fue
asesinado. No es el único cadáver que ha aparecido en El Chaltén en
circunstancias extrañas; hace algún tiempo el glaciar Viedma escupió
literalmente los cuerpos de otros dos hombres también con signos de violencia.
Los tres fueron asesinados por las mismas fechas, hace más de 30 años, y los
tres llevan un extraño anillo con la cabeza de un lobo.
Todo hace suponer que su tío está implicado de
algún modo en esas muertes. Y con la ayuda de Laura Badía, una policía que
lleva tiempo investigando los crímenes del glaciar, Julián intentará averiguar
la verdad, sin sospechar que las respuestas que busca las encontrará en
Torroella de Montgrí, el pequeño pueblo de Cataluña del que procede su familia.
Y esas respuestas harán saltar por los aires su vida y la de los suyos.
La novela es
como uno de esos icebergs que el glaciar va liberando. Al principio solo ves la
parte de arriba, que es apenas una décima parte de lo que se esconde debajo y a
mí me resultó muy adictiva. Tras muchos giros de la trama, al final todo encaja
y nos deja ver completa una historia de violencia y secretos del pasado.
Está narrada
en primera persona, aunque a partir de la mitad del libro la historia se divide
en dos líneas temporales, bien hiladas. Bien escrito, entretenido y adictivo,
con un lenguaje fluido y claro. En los
diálogos se diferencia el habla y las expresiones entre los personajes
españoles y argentinos, lo que les da verosimilitud, pero sin abusar de giros
locales que dificulten la comprensión.
Tengo que
hacer una mención aparte a los escenarios en que se desarrolla la acción
(recomiendo buscarlos en Google). Los paisajes que describe maravillosamente, el
pico Fitz Roy, la Laguna de los Tres y sobre todo el Glaciar Viedma te
trasladan a otro mundo, remoto, grandioso, distinto. Reconozco que una de mis
asignaturas pendientes es conocer La Patagonia (iba a ir el año pasado, pero no
pudo ser) y el libro me ha acabado de convencer de que tengo que ir, SI o SI.