lunes, 20 de enero de 2025
miércoles, 15 de enero de 2025
miércoles, 28 de agosto de 2024
Un viaje literario a la Patagonia
¿Cómo, que no sabes quién es
Perfumo? Pues deja lo que estés haciendo y prepara tus maletas.
Los crímenes del Glaciar, de Cristian Perfumo.
Por Elena Martínez.
¿Alguna vez
habéis fantaseado con que un día un pariente lejano os deja una herencia
millonaria? Pues precisamente eso le ocurre a Julián, un chaval de Barcelona,
que recibe con sorpresa la noticia de que es el único heredero de Fernando
Cucurell, un hermano de su padre del que éste jamás le ha hablado. Y la
herencia consiste en algo de dinero en el banco, una urna con sus cenizas y…
¡un terreno en La Patagonia!.
Julián
atraviesa un mal momento después de que la relación con su pareja haya
terminado de un modo muy doloroso para él, así que cree que es buena idea
alejarse de todo e ir a recoger su legado. A su llegada a El Chaltén, un pueblo
idílico situado en el Parque Nacional de los Glaciares, continúan las sorpresas
al enterarse de que su propiedad es en realidad un hotel, que su tío construyó
, y que lleva abandonado desde que Fernando partió hace ya más de 30 años. Y,
por fin, la sorpresa mayor, al encontrar en una de las habitaciones del hotel
el cadáver momificado de un hombre que, según todos los indicios, fue
asesinado. No es el único cadáver que ha aparecido en El Chaltén en
circunstancias extrañas; hace algún tiempo el glaciar Viedma escupió
literalmente los cuerpos de otros dos hombres también con signos de violencia.
Los tres fueron asesinados por las mismas fechas, hace más de 30 años, y los
tres llevan un extraño anillo con la cabeza de un lobo.
Todo hace suponer que su tío está implicado de
algún modo en esas muertes. Y con la ayuda de Laura Badía, una policía que
lleva tiempo investigando los crímenes del glaciar, Julián intentará averiguar
la verdad, sin sospechar que las respuestas que busca las encontrará en
Torroella de Montgrí, el pequeño pueblo de Cataluña del que procede su familia.
Y esas respuestas harán saltar por los aires su vida y la de los suyos.
La novela es
como uno de esos icebergs que el glaciar va liberando. Al principio solo ves la
parte de arriba, que es apenas una décima parte de lo que se esconde debajo y a
mí me resultó muy adictiva. Tras muchos giros de la trama, al final todo encaja
y nos deja ver completa una historia de violencia y secretos del pasado.
Está narrada
en primera persona, aunque a partir de la mitad del libro la historia se divide
en dos líneas temporales, bien hiladas. Bien escrito, entretenido y adictivo,
con un lenguaje fluido y claro. En los
diálogos se diferencia el habla y las expresiones entre los personajes
españoles y argentinos, lo que les da verosimilitud, pero sin abusar de giros
locales que dificulten la comprensión.
Tengo que
hacer una mención aparte a los escenarios en que se desarrolla la acción
(recomiendo buscarlos en Google). Los paisajes que describe maravillosamente, el
pico Fitz Roy, la Laguna de los Tres y sobre todo el Glaciar Viedma te
trasladan a otro mundo, remoto, grandioso, distinto. Reconozco que una de mis
asignaturas pendientes es conocer La Patagonia (iba a ir el año pasado, pero no
pudo ser) y el libro me ha acabado de convencer de que tengo que ir, SI o SI.
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miércoles, 21 de agosto de 2024
Una novela con tanta personalidad como su reseña (o viceversa)
Esto es lo que nos trae una de las negritas más
veteranas de la tribu, la última y más original novela del Tormo Negro 2012.
¿Qué será,
será?
Seguid, que reseña y novela lo merecen.
Sam y yo, de Joe
Álamo.
Por Ana Martínez, alias Subira.
¿Eres rosa chicle, o quizás azul eléctrico?
¿No tienes
claro cuál sería tu color?
Seguro que Sam
y Sophie te lo dirían al primer vistazo. También descubrirían tu olor y muchas
más facetas de ti que nunca te hubieras planteado.
Yo no sé de
qué color soy, pero Joe Álamo es negro, pues con sus novelas te lleva por la
crudeza más absoluta sin adornos ni florituras. Pero, si te fijas bien, no es
negro, es azul oscuro casi negro. Por eso, ni en medio de tanta violencia
abandona el humor irónico que caracteriza su obra, ni esa ternura que la hace
tan especial.
Sophie: José Elías
Álamo comenzó a escribir a los 46 años.
Es autor de varias novelas, como la
saga de Tom Z Stone.
Ha recibido varios premios, como el
Tormo Negro (2012)
Sam: Además es un
tío de puta madre y está de buen ver.
Sophie: Sam, por
favor.
Sam: Vale, vale,
has empezado tú.
Pero aparte de crudeza, humor y grandes dosis de
thriller psicológico, ¿qué nos encontramos en Sam y yo?
Pues personajes únicos y apasionantes. Conoceremos a
Eva, maltratada por la vida de todas las formas posibles. Una chica
extremadamente inteligente que encuentra una vía de escape en otras vidas. Así
nos presenta a Sam, seguidora apasionada de Jackie Chan, sinvergüenza, macarra
y socarrona; y a la dulce Sophie, de altas capacidades, tímida y encantadora.
Tres mujeres en una (o una en tres) que huyendo de una situación tras otra
acaban trabajando para FunCor, que de Fun tiene bien poco. Esta empresa nos
abre las puertas a un abanico de personajes estrambóticos, heridos e hirientes,
sin escrúpulos y sin sentido. Personajes de los que Eva (Y Sam y Sophie)
tendrán que escapar mientras planean su venganza.
Pero en medio de tanta crudeza, de la que Joe no nos
perdona ni un ápice, Sam y yo se lee con una sonrisa de ternura al conocer
personajes como las locas del coño del colmado; con carcajadas con las ocurrencias
de Sam o de su amiga Ka; con tensión ante una trama llena de curvas, pliegues y
hondonadas; con tristeza y rabia ante las injusticias sociales que denuncia; y
con deseo ante las escenas de amor y sexo que te calan dentro.
¿Por qué leer Sam y yo? La pregunta sería… ¿y por
qué no? Si lo lees te enfrentarás a un thriller psicológico de los que te vuela
la mente y te hace no parar de leer, conocerás personajes únicos maravillosamente
locos y especiales, vivirás una trama original y vertiginosa y te empaparás de
la prosa afilada, pura y sin tapujos del gran J.E. Álamo. Si no lo lees, no te
pasará nada. Pero esa apatía demostrará que eres un ser gris, casi transparente,
al que no le vendría mal un poco de emoción en estas tardes calurosas de
verano. Ponte crema protectora, porque esta novela quema, y prepárate a coger
colorcito. Transformémonos en arco iris de la mano de Sam y Sophie, de Sam y
yo.
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martes, 13 de agosto de 2024
Una novela donde tendremos que dar caza al hombre del saco
Esa es la
apetecible propuesta de esta semana, la última novela del que para mí es uno de
los mejores e injustamente infravalorados autores de género negro de nuestro
país….aunque sea murciano.
¿Quién será, será?
No tenéis más que seguir leyendo para descubrirlo.
El hombre sin
rostro, de Claudio Cerdán.
Por Beatriz Hernández.
Claudio Cerdán nos
trae su ultima OBRA: El hombre sin rostro, una novela oscura y muy adictiva, en
la que una vez que arrancas, no puedes parar, ya que nos vamos a encontrar
capítulos cortos que te dejan con ganas de leer uno mas siempre.
¿Te animas a
cazarlo?
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lunes, 5 de agosto de 2024
Una novela negra que invita a reflexionar
Esta es la propuesta de la semana. La primera entrega de la exitosa trilogía de Teresa Cardona. Una de esas novelas que nos recuerdan que el género negro puede ser mucho más que entretenimiento.
Y si no me creen, pasen y lean.
Un bien relativo, de Teresa
Cardona
Por Almudena
Torrijos.
Teresa
Cardona, madrileña con un pie en Alemania inicia con este libro, aunque se
publicó posterior al de “Los dos lados”, la historia de los casos que suceden
en el municipio de San Lorenzo de El Escorial. Se inicia aquí la nueva andadura
de la teniente Karen Blecker, recién llegada a España tras su paso por la
Europol, y su compañero, el brigada José Luis Cano. Blecker, hermética,
minuciosa y venida de procedimientos europeos va complementándose con Cano, más
visceral, pragmático, emotivo y buen conocedor del terreno.
La novela se
desarrolla en dos líneas temporales, la primera se inicia en San Lorenzo con la
aparición de un cadáver en el camino de La Horizontal, se trata del cuerpo de
una monja que no pertenece a ninguna de las congregaciones de la zona. Arranca aquí
la investigación sobre Sor Lucía, monja dominica que se presenta como
mujer firme y decidida dedicada a la mejora y actualización de la planta de maternidad
en el hospital en el que trabajaba años atrás.
La otra línea
se desarrolla en los años 80 y la protagonizan Inmaculada y Conchita, en
Carabanchel, donde madre e hija viven por y para llevar el jornal a casa, para cuidar
de los otros cuatro niños, y por evitar al esposo y padre, borracho y
maltratador.
Ese Carabanchel
es tan opuesto y tan ligado al barrio de Salamanca, que resulta ser también
protagonista de esta novela. Los barrios de “criadas y chicas del servicio” y
el de “damas, señoras y señores”. Espacios convivientes bien retratados y muy
alejados del Madrid de la “movida” tan asociado a esos años.
En estos dos
barrios viven otro abanico de personajes secundarios, potentes y bien descritos
que conforman el tejido sobre el que la figura de Sor Lucía sobrevuela, una
mujer segura, tenaz y algo déspota pero firme en su deseo de buscar “el bien de
todos”. Entonces ¿por qué matarla, quién quiere matar a una monja?
Y es que esta
novela es negra, por truculentas acciones, muertos y denuncia social, y que interpela
una y otra vez, con un estilo reposado y diálogos que invitan a reflexionar, a
revisar nuestras propias convicciones, a cuestionarnos si “por el bien” de
alguien todo acción es buena o mala, si debe ser juzgada después de tanto
tiempo, si hay que remover el pasado según la escala social que ocupes o bien dejar
todo como está.
Conocer el
pasado nos lleva a entender el presente siempre y también en las tres novelas
de estos investigadores. El rumor que se extendía en los años 80 y 90 sobre
algunos nacimientos, muertes prematuras y adopciones ilegales, hoy la historia lo
confirma: fueron bebés robados. Y yo que en esos años ya jugaba en la calle y me preparaba para el
instituto ajena a todo esto, tuve la suerte de tener una hermana en 1984 y poco
más tarde nuevos hermanos de amigas. Tengo claro que con 13 y 18 años no entendíamos
por qué nuestras madres miraban con preocupación el parto y las horas
posteriores; lo que entonces no entendía, hoy, a la luz de la historia y la
verdad, puedo asegurar que si me hubiera sucedido yo habría revuelto la ciudad, El Escorial y el
mundo por encararme con Sor Lucía.
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martes, 30 de julio de 2024
Un premio Azorín más chungo que la realidad
Esta
es la propuesta del negrito más levantino del Club. Una de esas propuestas que después
de leer la reseña, no podrás, ni querrás rechazar.
¿No
me crees? Sigue leyendo.
LOS PERSEGUIDOS, DE FERNANDO BENZO.
Por Javier Jaén.
Esto no es una novela policíaca,
y no es una novela negra. Es una novela chunga. Porque casi todo lo que se
cuenta es chungo. Es una novela de pobreza, de ambiciones, de cloacas de
estado, de policía corrupta, de que todo tiene un precio, de periodismo
auténtico, de lealtades y traiciones, de amistades inquebrantables.
Pero es una gran novela chunga
Daniela (Dani para todos),
periodista, indaga sobre la muerte de su novio. No le cuadra el atestado
policial y comienza a investigar. Se vuelve incómoda para muchas personas muy
influyentes. Y eso le hace pensar todavía peor. La obligan a desviar su
investigación hacia otra todavía más chunga. Y en ello está cuando tropieza con
Peyo.
Peyo, expresidiario y exmiembro
de una banda pandillera de los 70, al más puro estilo del Vaquilla, con Seat
124 incluido. Banda que conforman 5 chavales del San Blas de Madrid más chungo.
Banda que asciende de pandillera a organización criminal, que sale de su barrio
para no ponerse límites, con Dardo, su líder, a la cabeza.
Dardo, un pandillero capaz de manejar
con mano de hierro el tráfico de drogas y armas por todo el mundo, a la vez que
maneja con guante de seda su amistad con Peyo. Dardo, un visionario; Peyo, el
lugarteniente perfecto
Pues ya lo tenemos. Los ingredientes,
quiero decir. Y ahora los juntamos todos. Porque lo de Dani es ahora, y lo de
la banda fue hace 30 años, pero para entender lo de Dani hay que contar la
historia de Dardo y Peyo, y de Zanco, Trompos y el Pelao, de la banda en definitiva.
La historia de antes (así la
define el escritor) la narra Peyo en 1ª persona; la historia de ahora (de nuevo
el escritor siendo impreciso) la cuenta un narrador. Y con la ayuda de Peyo,
que es el personaje que une el antes y el ahora, Dani se sumergirá en la corrupción
policial, en las cloacas del estado y buscará que triunfe la verdad por encima
de todo.
Y sabemos, ya sabes si la vas a
leer, que son historias chungas, y las historias chungas no acaban bien o,
mejor dicho, no pueden acabar bien para todos. No es posible.
Fernando Benzo te atrapa desde la
primera página, y te hace reconocible el Madrid y la España de los 70, con
episodios que, si investigas un poco, han ocurrido de verdad o tienen un
parecido muy razonable con ella. Tiene
la capacidad de meternos en la piel de sus personajes, tan variopintos, en sus
neuras, en sus ambiciones, anhelos, sufrimientos, te llegan a caer bien hasta
los que está mal visto que te caigan bien; pero también te narra como si fuera
un reportaje periodístico de investigación con un estilo claro, sin adornos,
capaz de conseguir que te sumerjas en cada uno de los ambientes que recrea en
la novela, desde los más sórdidos y repugnantes hasta los más glamorosas.
La novela va saltando del antes
al ahora, el antes ocurre en un espacio temporal de muchos años (toda una vida
de delincuencia), y el ahora sucede en mucho menos tiempo. Te mete tanto en la
trama que te olvidas que en cualquier momento saltarás al otro espacio
temporal, parecen dos novelas en una sabiendo desde el principio que todo está
interseccionado. Fascinante y genial.
Es una novela
de las que dejan poso, mal cuerpo, parece que da respuesta a esas corruptelas
que nos cuentan los periodistas y que parecen inverosímiles.
Y sí, es una
novela negra, chunga y llena de quinquis, de los de siempre y de los de traje y
corbata.
Fernando Benzo
consigue, con este Premio Azorín, que la
ficción supere la realidad.
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