Como ya es tradición, no queremos despedir el festival de este año, sin
nuestro clásico montaje fotográfico y dar las gracias a todos los que lo han
hecho posible.
En esta ocasión, queremos hacerlo a la italiana, en honor de nuestra
estrella invitada, Massimo Carlotto.
Así que Grazie, molte grazie, a todos nuestros patrocinadores: a Ángel Tomás y María Ángeles Martínez de la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha, a Marta Segarra del Ayuntamiento de Cuenca y
a María Ángeles Zurilla de la Universidad de Castilla-La Mancha, y muy
especialmente a los patrocinadores privados, Antonio López de Masfarné Cuenca y
a Javier Jaén y Ana Prados de General Óptica, porque sin su pasta, no habría ni
para un triste plato de macarrones.
Grazie, molte grazie a nuestros colaboradores: el Hotel Torremangana, la Biblioteca Municipal de Cuenca, la cadena Ser y la Escuela de Arte Cruz Novillo, por darnos cobijo, espacio, difusión e imagen.
Grazie, molte grazie a nuestros invitados, por ser mucho más que eso, por ser parte de la gran familia de las Casas Ahorcadas: a mi bro, Joe Álamo, por su fantástica charla de escritura fantástica; a Paul Pen, por un encuentro de cine; a Mikel Santiago, por dar la nota en la inauguración; a Vicente Garrido y Blas Ruiz, por unas charlas de muerte; a Carlos Bassas, Alexis Ravelo, Paul Pen y Benito Olmo, por una mesa de película; a Tony Hill, Benito Olmo, Óscar Arroyo, Carlos Bassas y Carlos Augusto Casas por su animación y sus lecturas; a Jorge Ortega, Alberto Val, Andrés Gusó y Ana Muela, por demostrar porqué Cuenca es la ciudad del crimen; a Lourdes Ortiz y María Antonia Oliver, por el privilegio de ser pioneros en reunir a las pioneras; a mi hermano Márquez por muchas más de 007 razones; a Jesús Lens, por una charla rodada; a Toni Hill, Mikel Santiago y Domingo Villar por la mesa más redonda que recuerdo; a Domingo Villar, por una inolvidable noche de los libros en Cuenca; a Massimo Carlotto, por su vida, su obra y su amistad; y a Carlos Augusto Casas, que se merece aún más premios como persona que como escritor.
Grazie, molte grazie a mi tribu, por estar siempre dispuestos a trabajar como negritos.
Y por encima de todo y de todos, grazie, molte grazie a mi gente: a mi padre, por tantos años guardándome las espaldas y prestándome los ojos; a mi jefa de prensa, Marta Marne, por tantas y tantas horas de sueño regaladas para hacer realidad el mío; y a mi madre, la verdadera “capa del festival”, por seguir haciendo posible lo imposible.
Molte grazie a todos, ¡y larga vida a las Casas Ahorcadas!
Gracias a vosotros! El programa ha estado genial, las mesas tenían mucha calidad, los invitados mucho tirón, y el ambiente distendido en las formas pero con gran seriedad en el fondo. Os habéis superado!
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